Con el ‘enemigo’ en la piel

El aficionado de Pumas con el tatuaje del delantero chileno cuenta que, a diferencia de la tinta, los sentimientos por el jugador que pudo ser ídolo auriazul ahora se desvanecen con su presente americanista

Con el ‘enemigo’ en la piel
Con el ‘enemigo’ en la piel

CIUDAD DE MÉXICO.

El divorcio entre Nicolás Castillo y Pumas se consumó con la llegada del delantero chileno al acérrimo rival, el América. En esa ruptura fueron los aficionados auriazules quienes salieron lastimados, ofendidos, entre ellos Eric Gómez, a quien la admiración lo llevó a marcarse la piel con el retrato del andino y ahora busca opciones para quitarlo de su cuerpo.

Me han llegado a decir que me corte el brazo, pero la gente exagera, no toma dimensión a las cosas. Esta es una de las tantas locuras que he hecho y no me arrepiento”, contó entre risas el barrista de Pumas que en octubre de 2017 gastó casi 6 mil pesos para llevar a su ídolo en el brazo derecho.

La permanencia de la tinta en la piel del aficionado de Pumas no se compara con la efímera carrera de un futbolista en una natural migración a diversos clubes. El reclamo radica en la incongruencia de Castillo, quien no pudo respaldar con acciones las palabras que dijo algún día como elemento auriazul.

Yo no estoy dolido con Castillo, no creo que fuera traición al equipo porque es un profesional y como tal debe buscar un mejor trabajo, aumentar su calidad de vida, pero lo que sí hizo fue traicionar su palabra: cuando jugaba con Pumas denunció supuestas ayudas al América y le gritó al ‘Piojo’ Herrera que le dieran la Copa por esas irregularidades y ahora resulta que está de su lado”, comentó en un desahogo antes de desempolvar el inicio de esta historia.

Fue en un viaje a Chile donde Eric Gómez se convenció de dejar las drogas y el alcohol. Ahí mismo nació la admiración por el delantero andino, por la forma en la que jugaba, más cuando supo que Castillo fue barrista de la Universidad Católica, equipo al que posteriormente, como profesional, ayudó a obtener un bicampeonato.

El punto final a las adicciones lo puso en ese tatuaje, con el número 30, edad en la que retomó un camino saludable y que coincidió con el dorsal que usó Castillo en Pumas. La imagen del atacante, celebrando un gol precisamente contra el América, terminó por ser el aliciente que necesitaba para dejar los excesos.

La llegada del delantero a Pumas fue un anhelo cumplido para el fiel seguidor auriazul, quien previo a un partido de Pumas en Monterrey decidió mostrarle la hazaña a su ídolo.

Me hice el tatuaje cuando Nico pensaba irse del equipo porque sentía que la entrega que ponía no la tenían los demás. Intenté mover algo en él con ese gesto. Acá en Pumas quisimos mantenerlo ofreciéndole cariño, pero en América lo convencieron con dinero.

Cuando le enseñé el tatuaje le dije que me lo hice porque lo admiraba y que quería que sintiera cariño por este equipo. Él se quedó callado, sólo sonrió. Ahora me doy cuenta que le fue indiferente”, reconoció.

Eric Gómez piensa modificar su tatuaje. El rostro del seleccionado chileno pasará a tomar forma de una botella con bengalas alrededor para dejar atrás otra especie de relación tóxica a las que parece estar acostumbrado Pumas. La tuvo con jugadores que cambiaron del auriazul al azulcrema como Alberto García Aspe, Hugo Sánchez, Braulio Luna y Rubens Sambueza entre otros. Para los universitarios el amor a un jugador es una utopía. Por encima de los colores nunca habrá un nombre propio.

Jugadores van y vienen. Los aficionados somos lo más importante, sin nosotros el futbol no sería lo que es. Estas locuras que hacemos, en mi caso de tatuarme a alguien que viene de paso por intentar convencerlo a que se quede, son parte de esa pasión”, dice el hombre de 35 años que ahora visualiza el próximo Clásico Capitalino.

Con 26 años recién cumplidos este 14 de febrero, Nico Castillo enfrentará uno de los más complicados partidos el próximo domingo. América visitará a Pumas en un estadio Olímpico Universitario que apuntará directamente al chileno para desfogar su despecho.

Seguramente lo recibirán con abucheos y silbidos. Será una bienvenida hostil la que le de la afición de Pumas, pero hasta ahí”. El mensaje del barrista felino se centra en la civilidad que exista entre ambas aficiones para tener un Clásico pacífico: “Tenemos que demostrar que somos adultos. Está bien que haya rivalidad, pero debe haber tregua entre seguidores para que la grada vuelva a tener ese lindo colorido”.

—¿Y si Nico Castillo anota?

“Pues que celebre. Da igual. El daño ya está hecho”.

cmb

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