A 40 años de la huelga en la LMB
Los peloteros decidieron, como protesta, ya no jugar el partido entre Diablos Rojos y Tigres

CIUDAD DE MÉXICO.
A la hora mágica del beisbol, 19:30 horas, y ante más de 15 mil aficionados en el Parque del Seguro Social, se anunció por el sonido local que el primer duelo de la guerra civll, entre Diablos Rojos y Tigres capitalinos quedaba suspendido. La peculiar lluvia de cojines apareció, mientras que los silbidos desaprobaron la decisión. “Los boletos serán válidos para mañana”, se escuchó en las bocinas.... pero ese día nunca llegó.
Aquel martes 1 de julio, los jugadores, cansados de pelear por sus derechos laborales y de algunas injusticias recientes con sus compañeros, decidieron unirse para frenar una peleadísima temporada de la Liga Mexicana de Beisbol, que por aquellos años presumía de excelentes asistencias en sus estadios.
A cuatro décadas, el circuito veraniego no se recupera de aquel episodio, sobre todo en cuanto el número de aficionados, mientras que el jugador sigue desprotegido.
De cancelarse la temporada 2020 de la LMB, anuncio que se podría confirmar hoy, cientos de peloteros se quedarán sin cobrar su salario durante más de medio año, sin el apoyo de un sindicato, como los buscaban aquellos peloteros que le dieron vida a la Asociación Nacional de Beisbolistas (Anabe).
Ramón Abulón Hernández, uno de los mejores jugadores en la historia de los Diablos Rojos, fue el representante del gremio.
Alejo Peralta, entonces Alto Comisionado de la LMB y dueño de los Tigres, se negó a escuchar a representantes de la Anabe y envió un mensaje de que “él no dialagoba con ignorantes”, según se relata sobre este episodio en el libro El Brillo del Diamante, en el que participó el Abulón Hernández.
Los jugadores consiguieron ser recibidos por el entonces presidente de México, José López Portillo.
La audiencia en la Biblioteca de Los Pinos tuvo lugar el 14 de julio de 1980. El encargado de leer el discurso fue el segunda base de los Diablos Rojos, pero otros jugadores como Alfonso Houston Jiménez. José Elguezabal y René Chávez aprovecharon también para hablar de sus inconformidades, recuerda el libro Casa llena, bola roja, del periodista Benito Terrazas.
En contra de la legislación laboral, se nos obliga a trabajar gratis durante un mes en la llamada pretemporada, de esta manera trabajamos seis meses y se nos pagan cinco”, expuso el Abulón Hernández.
Al concluir nuestra carrera deportiva no percibimos prestación alguna que tenga su origen por los años transcurridos en el ejercicio de nuestra actividad.
Al final, en la inmensa mayoría de los casos, nos esperan el olvido y la miseria”, agregó el popular jugador de los Diablos Rojos.
El presidente López Portillo escuchó con atención a los jugadores y prometió la creación de una comisión con las autoridades deportivas para darle seguimiento a la situación.
Dos hechos terminaron por convencer a los peloteros para formar la Anabe y analizar la necesidad de consolidar un sindicato.
Durante la temporada de 1980 se presentó de una trifulca durante un partido en Veracruz, en la que participaron jugadores del equipo monarca, Ángeles de Puebla. La policía local intervino y más tarde cuando los jugadores salían del estadio fueron detenidos algunos de ellos, hasta que se pagó una multa para obtener su libertad.
La directiva del equipo poblano decidió correr al manager, Jorge Fitch, lo que ocasionó la reacción de los jugadores ante lo que consideraron una injusticia.
El equipo Ángeles, que defendía el título, marchaba como el mejor de la temporada, por lo que no se entendía el despido del piloto.
El catcher de los Tigres, Víctor Peralta, fue dado de baja al conocerse que era parte de la Anabe.
Los jugadores decidieron que la Guerra Civil era el marco ideal para iniciar con la suya.
El manager felino Fernando Pulpo Remes habría entregado su lineup, por el lado de los Diablos Rojos, entonces dirigidos por Benjamín Cananea Reyes, no había noticias a pesar de que la práctica previa se había realizado con normalidad.
Los elementos de Tigres salieron al terreno de juego, presionados por el dueño del equipo según recordaron algunos de ellos, mientras que los de los Diablos Rojos optaron por bañarse y preparar su salida del inmueble.
El ampayer Humberto Lobo Saiz decretó el forfeit. Mientras que entre los aficionados sólo había desconcierto .
La campaña de 1980, en la que participaron 20 equipos y que para entonces vivía sus mejores momentos, quedó inconclusa.
El circuito decidió organizar lo que llamó una temporada extraodinaria con seis equipos, pero que no fue reconocida por la asociación de ligas menores de beisbol, organismo a la que pertenece la LMB.
La Anabe formó su liga, nunca encontró el apoyo de las autoridades y con sacrificios se mantuvo hasta 1986.

EL DATO
- Ramón Abulón Hernández, quien jugó sus 15 temporadas con Diablos Rojos, se quedó a 96 imparables de alcanzar los dos mil en su carrera.
- Luego de encabezar la Anabe ya no volvió a jugar en la LMB.
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