¡Buena suerte!
No es menor la valentía de aspirar a ser timonel en la tormenta, de querer ser voz de los silenciados, fuerza de los debilitados. Hoy, al alba de tu campaña hacia la Presidencia de la República Mexicana, mis palabras buscan ser el eco de un pueblo que, entre sueños y ...
No es menor la valentía de aspirar a ser timonel en la tormenta, de querer ser voz de los silenciados, fuerza de los debilitados.
Hoy, al alba de tu campaña hacia la Presidencia de la República Mexicana, mis palabras buscan ser el eco de un pueblo que, entre sueños y desvelos, te observa. Éste es un momento de reflexión profunda, no sólo para ti, sino también para todos nosotros, los hilos de esta tierra tejida de historias, logros, dolores y esperanzas.
Buena suerte, te digo, no como un augurio vacío, sino como el deseo ferviente de que encuentres la fuerza, la sabiduría y el valor para navegar las aguas turbulentas que te esperan. Que la buena suerte te acompañe, porque sabemos que, más allá del azar, es tu convicción, tu claridad y tu compromiso lo que definirá el rumbo de nuestra nación.
Reconozco tus méritos, aquellos esfuerzos que te han traído hasta este momento decisivo. No es menor la valentía de aspirar a ser timonel en la tormenta, de querer ser voz de los silenciados, fuerza de los debilitados. Tu camino hasta aquí es un testamento de tu resiliencia y tu deseo de servir a México, más allá de las adversidades y las dudas que puedan asaltarte en la quietud de la noche.
Pero permíteme ser lúcida y desafiante, como lo exige el amor por nuestra tierra. Los grandes pendientes de nuestro país son todavía muchos y profundos, como las raíces de cualquier árbol. La desigualdad que lacera, la injusticia que se extiende como sombra en el mediodía, la violencia que roba futuros y destruye sueños. Estos son los gigantes que debes enfrentar, con la firmeza de tus ideales y la incansable búsqueda de la justicia y de la paz.
Te deseo buena suerte, sí, pero también te pido valentía para desafiar lo establecido, imaginación para ver más allá de lo evidente, y un corazón grande, capaz de contener y abrazar las múltiples voces de nuestra nación. Que la buena suerte sea el viento que impulse tu barco, pero que tu brújula sea siempre el bienestar de México y de todas las mexicanas y los mexicanos.
Que esta campaña sea un camino de encuentro, no de división; de construcción y de reencuentro. Que cada palabra que pronuncies, cada promesa que hagas, sea un puente hacia el futuro que todas y todos soñamos. Un futuro de paz, de equidad, de respeto a la diversidad que nos define y nos enriquece.
Buena suerte, aspirante a la Presidencia. Que tu campaña sea un reflejo de lo mejor de nosotros, que inspire y movilice, que transforme y cure. Pero, sobre todo, que sea el inicio de un nuevo capítulo en nuestro andar, escrito con las letras de la justicia, la solidaridad y un amor profundo por este país. Seas quien seas, tengas la ventaja o la desventaja que tengas, tengas las presiones que tengas, afuera y adentro, tengas las dudas que tengas, grandes o pequeñas, a estas alturas ya debes saber que tu lugar en la historia ya es por demás relevante a partir de todo lo que hagas y digas desde este punto de inflexión llamado campaña. ¡Confía en ti y en todo lo que sabes! ¡Buena suerte! Porque buena suerte para ti, es buena suerte para México.
