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Alzheimer, no los olvidemos

Ruth Rodríguez

Ruth Rodríguez

En el quirófano

Un día empezó a olvidar dónde dejaba las cosas. Otro, dejó las llaves del carro pegadas a la puerta. Y conforme pasaron los días, meses y años olvidó su nombre, que tenía esposa, cuatro hijos, nietos y familia; que le gustaba leer los periódicos y hacer plática con cualquiera que le sonriera. Su mirada empezó a quedarse vacía. Poco a poco, es una velita que se apaga, pero que sigue iluminando a quienes lo quieren con el corazón. Hoy, depende de su familia, que empíricamente ha aprendido a ser cuidadora de un paciente con Alzheimer, que necesita ayuda para levantarse de su cama, asearse, comer, caminar y dormir. 

La mayoría del millón 300 mil personas en México, mayores de 65 años, que padecen Alzheimer, no tienen ese apoyo familiar. Muchos son olvidados en asilos públicos, que no cuentan con personal especializado, o son encerrados y maltratados en sus propias casas porque sus familias no entienden lo que es el Alzheimer. No entienden que implica la pérdida progresiva de la memoria, cambios de conducta ligadas a alucinaciones, apatía, depresión, ansiedad, y un creciente deterioro de las actividades básicas de la vida diaria. 

Ayer, se conmemoró el Día Mundial del Alzheimer 2021, una enfermedad devastadora, y más en nuestro país, porque no hay centros de salud especializados en el sector público. Tampoco hay casas-hogar públicas y en las privadas, que son pocas, la atención de supera los cien mil pesos mensuales. A eso súmele que ni el IMSS y ni el ISSSTE cuentan con los cuatro principales medicamentos para la atención de este mal. Por tanto, todo el gasto y la atención recae en la familia del enfermo. 

En teoría, desde 2014, México cuenta con un Plan de Acción Alzheimer y otras demencias, diseñado por el Instituto Nacional de Geriatría, cuyo objetivo es prevenir y promover el diagnóstico temprano, así como el apoyo a los pacientes y cuidadores. Pero en la práctica no es más que un plan más, irónicamente olvidado en el escritorio de algún funcionario.  

De ejecutarse, ayudaría a miles de pacientes y familias que se empobrecen y se desgastan física y emocionalmente. debido al Alzheimer.

 ABATELENGUAS

Las mujeres son la base de la atención del Alzheimer. Para José Alberto Ávila Funes, jefe de Geriatría del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, en México, el cuidado de personas con enfermedades neurodegenerativas, recae principalmente en las familias. En su mayoría, explica, mujeres: hijas o esposas, las que invierten alrededor de 40 o 50 horas de su tiempo, dependiendo la gravedad del padecimiento, por semana al cuidado de sus familiares enfermos. En la mayoría de los casos, estas mujeres presentan sus propios problemas de salud (enfermedades crónicas y sicoemocionales), que dejan de lado para poder atender a su familiar. Elisa Otero, neuróloga de la Clínica de Trastornos del Movimiento, UTMON del Hospital Español, destaca que la detección de los primeros signos de Alzheimer en las etapas iniciales es crucial. Lamentablemente, en el país, la detección de este mal se da de siete a diez años después de que comenzaron los primeros síntomas.

 BAJO EL MICROSCOPIO

La pandemia por covid-19 ha agravado más la situación de embarazos no deseados en adolescentes, alerta Josefina Lira Plascencia, expresidenta del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia (Comego). Y las cifras lo dicen todo. México ocupa el primer lugar en embarazos en población adolescente de entre todos los países de la OCDE con 390 mil nacimientos anuales en menores de 19 años, lo que significa más de mil nacimientos diarios. “Es una cifra que agobia”, reconoció Mercedes Álvarez, gerente médico de Bayer, en vísperas del Día Mundial para la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes (26/septiembre). Los embarazos no deseados pueden alterar drásticamente la vida de una niña, arruinar su educación y disminuir sus perspectivas laborales futuras. Se vuelve más vulnerable a la pobreza y la exclusión y, a menudo, su salud se ve amenazada porque su cuerpo aún está en desarrollo. Tengámoslo presente.

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