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Una vacuna contra la corrupción para 50 años en las Aduanas de México

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

En la última edición del Índice de Desempeño Logístico de la Organización Mundial de Aduanas, México se encontró en el lugar 51 de 160. Este índice se encuentra integrado por las siguientes variables: plazo de entrega para las exportaciones, eficiencia del despacho aduanero, calidad de la infraestructura relacionada con el comercio y el transporte, así como facilidad para coordinar embarques a precios competitivos. En el caso de México, en una revisión del desempeño de cada uno de los indicadores, se puede observar que la mayoría tiene un desempeño bajo.

El resultado de la puntuación de México, con respecto al índice, fue de 3.05. Por sí misma, esta cifra no revela mucho. En el contexto del concierto de las naciones, México se posiciona de la siguiente manera.

Por una parte, en un comparativo con respecto a los países de América Latina, México se encuentra en un atractivo segundo lugar, en el primer puesto se encuentra Chile, que tiene una institución fuerte y moderna, dependiente del Ministerio de Hacienda. Chile tiene un poco más de 14 millones de habitantes.

Por otra parte, México está muy por debajo de los países de la OCDE, Asia (Japón, China, Hong Kong, Corea del Sur, Tailandia, Vietnam y Malasia) y, peor aún, hay una brecha importante entre sus principales socios comerciales, Estados Unidos y Canadá.

A pesar de que México se encuentra imbuido en bajos estándares de desempeño por la inercia del ciclo del Comercio Exterior, se recaudan 949 mil millones de pesos anuales por concepto de IVA por importación y el IEPS.

Sin embargo, como lo establece la misma Organización Mundial del Comercio, “persisten algunos obstáculos al comercio y a las inversiones. El ingreso per cápita sólo ha crecido a una tasa modesta y la reducción de la pobreza sigue constituyendo un desafío. Parecería necesario acelerar el crecimiento de la productividad buscando en particular mejorar la competencia en el mercado interior”.

Existe una oportunidad histórica para la Cuarta Transformación de la Aduana de México de remediar estas situaciones mediante acciones concretas como:

Recuperar la confianza en Aduanas, creando un ente del nivel de sus interlocutores internacionales, una visión de Estado que confirme su naturaleza de seguridad nacional y área estratégica de enorme desarrollo económico.

Potenciar a las Aduanas del próximo mega proyecto del Corredor Transístmico, que será el imán financiero del Continente Americano.

Rehabilitar y acrecentar la infraestructura férrea del norte del país para impulsar el desarrollo de las economías locales y acrecentar las operaciones del comercio exterior de la zona.

Impulsar el crecimiento de las aduanas interiores y las de la frontera sur.

Impulsar la modernización de la infraestructura aduanera, fomentando el uso de la tecnología y el uso permanente de inteligencia comercial e informática para prever la comisión de delitos y abusos en el despacho aduanal, conforme a los parámetros internacionales.

Cooperar con las agencias homólogas internacionales para acrecentar la cooperación para el desarrollo entre México, EU, Canadá y Centroamérica.

La implementación de la tecnología debe ser un parteaguas en la operación consuetudinaria de las Aduanas de México; el combate a la corrupción no se ejerce sólo con la voluntad, aunque es la parte más importante, hay que enviar un mensaje muy claro de lucha contra la impunidad, entablar procesos penales contra quienes han cometido conductas ilícitas y demostrar que el cambio añorado por todos los mexicanos no sólo fue ejercido en las urnas, sino que también se confirma en el cumplimiento de la expectativa.

Tenemos la obligación de heredar un futuro habitable para los mexicanos más preciados, nuestros niños y jóvenes. Un área estratégica del país merece la toma de decisiones de Estado, un legado que pueda permanecer por 50 años impoluto, un ejemplo institucional replicable para las instancias que deseen cambiar su ADN, una metamorfosis adecuada para un país con ganas de sanar.

 

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