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Norteamérica fuerte

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Ricardo Alexander M.*
 

Desde que México es independiente ha tenido que lidiar con un vecino complicado en el norte, el cual a partir de la Segunda Guerra Mundial logró consolidarse como la mayor potencia económica y militar.

La relación entre las dos naciones tuvo su mayor crisis tras el conflicto armado que derivó en la pérdida de más de la mitad del territorio de México, en 1848. Por décadas, este episodio generó en los mexicanos— tal vez de forma justificada— cierta unidad patriótica en contra de Estados Unidos, que la historia oficial se encargó de recalcar.

A pesar de ello, desde hace años gran parte de los mexicanos y estadunidenses ha sabido dejar atrás esa visión y empezado a ver nuestra relación de forma diferente.

Sin embargo, por los dichos del presidente Donald Trump, parecería que México no es el aliado que, por lo menos a partir de la administración Kennedy, Estados Unidos ha encontrado en nuestro país. También parecería que, aun con nuestros 3,142 km. de frontera común, somos menos socios de lo que podríamos ser. Y parecería que la cooperación que México brinda a Estados Unidos en materias como seguridad, no es fundamental para que sus ciudadanos duerman tranquilos.

Pero Trump se equivoca. La firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte durante el sexenio del presidente Salinas revolucionó la región. Es el acuerdo comercial más grande del mundo, impacta a un mercado de 482 millones de personas (7% de la población mundial), genera 28% del PIB mundial y realiza el 16% del comercio global. Incluso para el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, es una prioridad mantener el acuerdo.

En Estados Unidos se calcula que viven —según datos del Migration Policy Institute— cerca de 23.2 millones de mexicanos de primera o segunda generación.

Asimismo, los acuerdos en materia de seguridad, como la Iniciativa Mérida (2008), demuestran que México está dispuesto a trabajar de la mano con Estados Unidos en problemas regionales, alineando objetivos y reconociendo corresponsabilidades. Incluso, esta misma semana se anunció la conformación de un grupo de coordinación, con sede en Chicago, contra Nemesio Oseguera, El Mencho, prioritario para la DEA y a quien el gobierno mexicano no ha podido detener.

Pero, también por el discurso del presidente Trump, parecería que ese gobierno no entiende que con el crecimiento militar y económico de China es probable que dentro de la próxima década deje de ser el “administrador del sistema” mundial y se imponga un nuevo orden internacional. Pero se vuelve a equivocar.

Existen muchas voces calificadas que abogan por la consolidación de Norteamérica. Por ejemplo, Alan Bersin, quien fuera comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), ha dicho que Estados Unidos tiene dos aliados naturales con los que comparte frontera y problemas regionales. Por ello, el futuro de ese país necesariamente es el futuro de Norteamérica.

También, Nicholas Burns, profesor de Harvard y exembajador de Estados Unidos ante la OTAN, refiere que es muy posible que su país, derivado del crecimiento de China, deje de tener la influencia y poder que tiene hasta ahora si se sigue considerando como un país independiente; no así si continúa sus esfuerzos de integración.

Además de ellos, tanto en México, Canadá y Estados Unidos existen cientos de catedráticos, economistas, politólogos y servidores públicos que entienden que la región tiene más futuro que los países que la conforman.

Si Estados Unidos quiere mantener su liderato internacional frente a China y otras potencias, necesita a México y Canadá como aliados en una Norteamérica fuerte; principalmente en temas estratégicos como economía, energía, medio ambiente y seguridad.

Con un gobierno como el de Donald Trump, el reto es enorme para la administración entrante de López Obrador y su equipo, pues deben demostrarle que lo que más conviene a la región es la integración y la cooperación; pero si no están interesados en trabajar con nosotros y tratarnos como socios estratégicos, México también puede subsistir y crecer de la mano de nuevos aliados.

           * Maestro en Administración Pública por         la Universidad de Harvard

                Twitter: @ralexandermp

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