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El reto del agua en México

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Eduardo Vázquez

Hablar de la problemática del agua en nuestro país puede resultar desalentador. Si hablamos de lagos y ríos, muchos están contaminados; de los 653 acuíferos con disponibilidad de agua, 115 están sobreexplotados; 8 de las 13 regiones hidrológicas sufren estrés hídrico, 77% de la población vive en las regiones donde hay menos agua y los ecosistemas que nos garantizan la disponibilidad de agua se encuentran seriamente amenazados por la deforestación, la tala inmoderada, las invasiones ilegales y los procesos de urbanización acelerada.

En adición, las consecuencias que el cambio climático tiene sobre los recursos hídricos son devastadoras. Según el Informe Global de Riesgos del Foro Económico Mundial 2020, las crisis de agua y los fenómenos climáticos extremos como inundaciones y sequías se ubican en el top 5 de los riesgos globales en términos de impacto.

En el caso de México, la Comisión Nacional del Agua señala que, para 2050, el clima en el país será entre 2 y 4 grados más cálido, y entre 2060 y 2090 se predice una reducción en la precipitación entre 10-28 por ciento. Estos efectos se han manifestado de manera patente en el país desde inicios de año, por la fuerte sequía que ha provocado una marcada afectación en la disponibilidad de agua en sus distintas regiones.

Sin duda, los niveles de desigualdad, desarrollo e inequidad social de la población se agudizan por la falta de acceso al agua en calidad y cantidad suficiente, lo cual es uno de los grandes retos a resolver a nivel nacional.

De acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Evaluación, cerca del 45% de la población del país se encuentra en pobreza y 9.6 millones de ellas en situación de pobreza extrema, dichas personas viven en comunidades en donde no están cubiertas las necesidades más básicas de servicios y disponibilidad de agua y saneamiento. Por su parte, la Conagua estima que aproximadamente 10 millones de personas no tienen acceso al servicio de agua de manera continua y segura.

Este breve panorama de la problemática del agua en México, si bien es complejo, también abre la posibilidad y presenta la necesidad de hacer un abordaje con nuevos enfoques y políticas públicas que atiendan la problemática de manera integral, pues, hasta ahora, muchos de los esfuerzos se realizan de manera aislada o perspectivas ya superadas por la evidencia científica y técnica.

La magnitud del reto al que nos enfrentamos es por demás grande y sin duda requiere de una visión común y acción colectiva que parta del entendimiento del problema e identificación de las decisiones necesarias.

Para lograr la seguridad hídrica debemos impulsar soluciones de fondo, innovadoras y con perspectiva de largo plazo con la participación de todos los sectores de la sociedad, a través de políticas, acciones y mecanismos de financiamiento, un enfoque preventivo ante el riesgo climático y que consideren de manera prioritaria la protección y conservación de los ecosistemas y las fuentes de agua. Sin ello, difícilmente se contará con la disponibilidad y acceso al agua necesario para los distintos usos. El reto del agua es un problema del presente, pero estamos aún a tiempo de atenderlo. No debemos esperar más.

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