Cambio climático, el reto pendiente que sigue creciendo

Frente a una situación de emergencia como la que actualmente vivimos, los temas ambientales, desafortunadamente, pasaron a un segundo nivel en importancia para muchos, o quedaron en stand by, incluso argumentándose que la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero habían disminuido, como nunca antes.

Sin embargo, esto es temporal ya que se debe, en buena medida, a la reducción de la actividad económica por los cierres implementados para tratar de contener la pandemia por covid-19, más que a acciones permanentes enfocadas en el cambio climático.

Y es que, a pesar de la pandemia, no debemos olvidar este otro gran reto ambiental, el cual sigue y seguirá una vez superada esta crisis de salud, y para el cual se necesitan tomar medidas significativas que permitan limitar y, sobre todo, disminuir la cantidad de gases de efecto invernadero que se están emitiendo a la atmósfera, adoptando objetivos y metas basados en la ciencia y que puedan traducirse en estrategias y acciones concretas a corto y largo plazos.

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Así como la pandemia por covid-19 ha puesto sobre la mesa la relevancia de la salud por las lamentables perdidas de familiares, amigos y/o conocidos que muchos hemos sufrido, y los grandes impactos negativos en la economía, para muchos aún es desconocida o ignorada la relación de esta situación con aspectos ambientales, como la contaminación de suelos, agua y aire, la pérdida de biodiversidad o la destrucción de ecosistemas, por sólo mencionar algunos, y que de una o varias maneras se vinculan con el cambio climático y el surgimiento de nuevas enfermedades o la reaparición de algunas otras que se pensaban controladas o erradicadas.

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De esta manera, podemos darnos cuenta de que el cambio climático no es un fenómeno alejado de nuestra vida diaria y que sus efectos tendrán grandes impactos en la salud y la vida de las personas, si no se toman urgentemente todas las medidas necesarias para revertirlos, ya que, en este caso, las acciones de mitigación y adaptación a éstos probablemente no serán suficientes.

Para ello, en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, se recomienda transitar hacia una descarbonización acelerada de la economía, promover la creación de empleos verdes y el crecimiento sostenible e inclusivo; invertir en tecnología y soluciones sostenibles; abordar de manera integral los riesgos climáticos, y lograr la cooperación entre sectores y a distintos niveles, entre otras líneas de acción que bien pueden ser abordadas desde el sector público, pero también desde el privado y el de la sociedad civil.

Pero al ser una de las grandes amenazas que como humanidad enfrentamos, el cambio climático no es solamente responsabilidad de unos cuantos, llámense gobierno, empresas u organizaciones, sino que es una corresponsabilidad que nos atañe a todos.

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Como ciudadanos, deberíamos tener esta situación más consciente y actuar decididamente en consecuencia, empezando con pequeños cambios en nuestros hábitos de consumo que puedan ir creciendo y expandiéndose a nuestras familias, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etcétera, exigiendo un cambio en los modelos de producción, inversión y consumo a gran escala, orientados hacia el desarrollo sostenible y en beneficio del medio ambiente.

*Director del Centro IDEARSE para la Responsabilidad Social y Sustentabilidad de la Empresa de la Universidad Anáhuac México.

Twitter: @J_ReyesIturbide y @Centro_IDEARSE