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50 años del Tratado de Tlatelolco

México Global

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Por Miguel Ruiz Cabañas*

 

Hace poco más de 50 años el mundo se encontraba al borde de una catástrofe nuclear como resultado de la “Crisis de los Misiles”, uno de los momentos más tensos de la Guerra Fría. Ante tal situación, que amenazaba no sólo la existencia de las naciones que se confrontaban, sino de la humanidad, el 29 de abril de 1963, los presidentes de Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México emitieron una Declaración Conjunta para anunciar la intención de convertir a América Latina en una zona desnuclearizada.

Dicha declaración, promovida por el entonces presidente de México Adolfo López Mateos con el propósito de librar a la región de las consecuencias de un enfrentamiento nuclear, fue la plataforma de los esfuerzos que culminaron en la desnuclearización de América Latina mediante el Tratado de Tlatelolco, es decir, del Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, firmado el 14 de febrero de 1967 en ese sitio histórico de nuestra ciudad.

El tratado es reconocido como una de las contribuciones más trascendentales de la diplomacia mexicana para la humanidad y uno de los aportes más importantes de Latinoamérica en favor de la paz y la seguridad internacionales. Con su entrada en vigor, se estableció la primera zona libre de armas nucleares en un territorio densamente poblado. Esto quiere decir que los países latinoamericanos y aquellos poseedores de armas nucleares están impedidos para desarrollar, producir, albergar, poseer, transferir y, sobre todo, para emplear este tipo de armas en la región. El tratado, también, destaca como pieza clave contra la proliferación y la contención de la carrera de las armas nucleares al haber servido como referente para la creación de otras cinco zonas de este tipo y por haber generado condiciones que contribuyeron a la exitosa negociación del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares. Como legado del Tratado de Tlatelolco, 115 países integran hoy día zonas libres de armas nucleares. Esto significa que nuestra región puede siempre honrarse del papel que jugó para que tres cuartas partes de las naciones hayan renunciado a las armas nucleares.

El 50 aniversario de la apertura a firma del tratado nos permite reconocer los valiosos esfuerzos que, con base en lo más noble de la diplomacia y los propósitos y principios de las Naciones Unidas, todos estos países hemos hecho en favor de garantizar un mundo más seguro, estable y justo para las generaciones presentes y futuras. Sin embargo, no perdamos de vista que la ocasión también reclama que reflexionemos acerca de la alarmante existencia de más de 16 mil armas nucleares en posesión de unos cuantos Estados, armas que —por su propia naturaleza— representan un riesgo para la vida de toda persona en cada región de los cuatro puntos cardinales, así como para el medio ambiente, el desarrollo, la salud global y la seguridad alimentaria.

El 14 de febrero del 2017, los Estados parte del Tratado de Tlatelolco celebrarán el 50 aniversario de su apertura a firma. La Secretaría de Relaciones Exteriores y la Organización para la Prohibición de las Armas Nucleares en América Latina (OPANAL), organismo establecido por el tratado con sede en la Ciudad de México, han invitado a cancilleres de Estados miembros, representantes de los seis Estados vinculados al tratado (China, Estados Unidos, Francia, Países Bajos, Reino Unido y Rusia), así como a personalidades internacionales en materia de desarme nuclear, la sociedad civil y el cuerpo diplomático acreditado en México, a una conmemoración significativa en torno al tratado.

En el marco de la celebración, destacadamente, la OPANAL celebrará su XXV Conferencia General con el propósito de refrendar la vigencia del tratado y el compromiso inamovible de los Estados latinoamericanos para mantener la región libre de armas nucleares.

El aniversario del Tratado de Tlatelolco brindará la oportunidad para exhortar a la comunidad internacional a trabajar con entusiasmo en favor de la paz, la seguridad, el desarrollo y el desarme nuclear. Por su parte, conforme a los principios de su política exterior y su firme tradición pacifista, México continuará impulsando el desarme y la eliminación total de las armas de destrucción en masa.

*Subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos

 

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