Mujeres: causas y exceso de muerte

Para las mujeres, la composición de la mortalidad implica enormes retos para la política pública, pero no sólo en el marco del sector salud, sino para toda la política de igualdad y garantía de derechos humanos, vinculada a las políticas económicas y sociales, pues, a pesar de que, en general, las enfermedades del corazón, la diabetes y covid-19 fueron las causas que mayor número de defunciones provocaron, el desglose por edades muestra las amenazas que se enfrentan dependiendo de la edad en que se encuentran.

Así, por ejemplo, para los grupos de menores de un año y hasta 4 años, entre las principales causas de defunción se encuentran las malformaciones congénitas, pero también los accidentes, la influenza y la neumonía, así como otras enfermedades infecciosas.

Para quienes tienen de 5 a 9 años, las principales causas de defunción fueron: tumores malignos, accidentes, malformaciones, homicidios e influenza y neumonía; en el grupo de 10 a 14: tumores, accidentes, suicidios, malformaciones y suicidios; en el de 15 a 24 años, homicidios, accidentes, tumores, suicidios, homicidios y covid-19.

Para quienes están en el grupo de 25 a 34 años, es covid-19, los tumores, los homicidios, los accidentes y las enfermedades del corazón; entre los 35 y los 44 años las mayores amenazas están en covid-19, los tumores, la diabetes, las enfermedades del corazón, la influenza, los homicidios y los accidentes; mientras que a partir de los 45 años las principales causas de muertes son enfermedades del corazón, diabetes, covid-19, tumores malignos, influenza y neumonía.

Como se observa, entre las niñas, las principales causas de muertes son malformaciones congénitas, infecciones y causas accidentales y violentas; entre adolescentes y jóvenes, muertes violentas, tumores malignos y covid-19; mientras que entre las mujeres adultas y adultas mayores son, en la mayoría de los casos, enfermedades crónico-degenerativas y covid-19.

Es importante decir que, en general, entre las principales causas de mortalidad en las mujeres, la octava corresponde a las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC), muchas de ellas causadas por el consumo de tabaco, pero, sobre todo, con estar en contacto directo de manera prolongada con el humo, por lo que no puede descartarse que el cocinar con leña podría ser uno de los factores determinantes de la salud y mortalidad de poco más de 10 mil mujeres cada año. La cuestión no es menor, pues, de acuerdo con el propio Inegi, en el 2020 había en el país 4.84 millones de viviendas (13.8% del total) donde se cocina con leña o carbón.

El exceso de mortalidad, hay que insistir todas las veces que sea necesario, no se encuentra únicamente en el número de personas fallecidas, sino en lo inaceptable de la persistencia de los determinantes sociales de la salud y la muerte, vinculados a la pobreza y las inacabables desigualdades que tenemos como país.

El panorama epidemiológico y de salud pública que provoca la mayor cantidad de las defunciones entre las mujeres muestra igualmente la ausencia de las perspectivas de género y de derechos de la niñez, en todo el entramado institucional y de políticas públicas en los tres órdenes de gobierno.

Los datos del Inegi permiten dar dimensión de la magnitud de las tragedias que enfrentan miles de familias todos los días y, sobre todo, la magnitud de las acciones que deben implementarse, a fin de transformar los determinantes sociales y económicos que, como producto de décadas de persistencias, nos han colocado en esta situación.