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Biden y la herencia de Trump

Luis F. Lozano Olivares

Luis F. Lozano Olivares

Avvocato del Diavolo

Hablábamos en la primera entrega sobre la anexión rusa de Crimea y el envenenamiento de un presidente de Ucrania que era proclive a los intereses de Occidente. Estos actos fueron sancionados por Occidente expulsando a Rusia del Grupo de los 8, que son las principales economías del mundo más Rusia por su relevancia geopolítica. Desde entonces, Putin no accede a dichas reuniones estratégicas. Dichas medidas fueron tomadas en la era de Obama y aunque fueron consecuencias a la anexión de Crimea, fueron consideradas tibias para efectos de los intereses y los fines que tiene Putin para Rusia.

Putin no ha dejado de trabajar para sus intereses internos y externos. Los internos son obvios, él quiere perpetuarse en el poder y hay versiones que lo colocan como el hombre más rico del mundo “no oficial”. Los últimos reportes de su palacio de verano en Gelendzhik, en las costas del mar Negro, que fueron hechas virales por Navalny, líder opositor a Putin, actualmente encarcelado y víctima, también, de un envenenamiento, han destapado el descontento de la gente ante el exceso. Si no ha visto usted el palacio, búsquelo en internet.

En el exterior, Putin sigue pensando que puede regresar a las glorias de la dominación zarista de Rusia y los territorios aledaños mediante la estrategia de que la mejor defensa es el ataque. Más aún cuando no hay consecuencias hacia ello.

Trump llega a la presidencia de Estados Unidos con la idea de que el orden internacional (diseñado por los americanos) no debería ser un tema de interés para los americanos. Con ello dejó desamparados a sus aliados históricos. Amenazó con retirarse de los principales organismos internacionales o dejó de interesarse en los mismos.

De todos los organismos multinacionales creados después de la Segunda Guerra Mundial, no hay uno tan relevante como la Organización del Tratado del Atlántico Norte, u OTAN, por sus siglas.

La OTAN es una alianza de ejércitos en donde se establecen presupuestos mínimos de inversión militar para mantener un nivel alto de fuerzas armadas listas para defender o atacar. Los 30 miembros están ubicados en Europa, salvo por el caso de Estados Unidos y Canadá. La alianza fue creada en 1949, bajo el acuerdo de que, si un país era atacado, los otros estarían obligados a entrar en guerra para defenderlos. Sin embargo, Trump dejó ver que Estados Unidos no cumpliría con dicha obligación. Eso alertó a los aliados europeos y Francia encabeza un esfuerzo de organizar un ejército europeo para defenderse de Rusia y, potencialmente, del Reino Unido, que también ha anunciado el incremento de su presupuesto militar.

Vale la pena mencionar que Putin ha aprovechado el espacio y la falta de consecuencias para influir tanto en la elección americana para que Trump ganara a Clinton, como en el Brexit apoyando a los grupos que querían la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Las divisiones debilitan al enemigo siempre.

Oeste logró la integración de Polonia a la OTAN y a la Unión Europea, algo que no se puede repetir en el caso de Ucrania. En la actualidad, Rusia ha desplegado más de 100 mil tropas en su frontera con Ucrania. La excusa es que los rusos parlantes ucranianos están siendo hostigados y están en riesgo de un genocidio (imaginario) por parte de Ucrania. Rusia ha repartido miles de pasaportes y la nacionalidad rusa formalmente para poder tener la escusa legal de intervenir para defenderlos. Como a Putin le había salido todo muy barato, hasta ahora, ha seguido su plan sin mucha interrupción.

Sin embargo, algo cambió: la llegada de Biden al poder es un cambio geopolítico que no pudo evitar. Biden ha cambiado brutalmente su política exterior hacia Rusia en forma y fondo. De enero a abril, ha dicho reiteradamente que Rusia pagará su intervención y hackeos a Estados Unidos. Llamó asesino a Putin, expulsó diplomáticos rusos y por primera vez en décadas se han retirado embajadores de ambos países.

Putin debe pensar cuidadosamente su siguiente jugada porque hay un nuevo sheriff en el pueblo. Seguiremos.

 

                *Abogado y opinante

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