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Abarca, una historia criminal

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

El expresidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, uno de los responsables directos de la desaparición de los jóvenes, un personaje ligado al narcotráfico, casado con María de los Ángeles Pineda, hermana de tres de los líderes de Guerreros Unidos y con largos antecedentes de violencia en el propio municipio, puede ser el próximo liberado del caso Ayotzinapa.

La historia de Abarca la contamos con detalle en el libro La noche de Iguala (Cal y Arena, 2018). Hoy queremos recuperar una parte que ha sido ignorada: su participación en el asesinato de otros dirigentes de izquierda, opositores suyos en el municipio y a su vez ligados con la normal de Ayotzinapa.

Para el matrimonio Abarca-Pineda, la presencia de los estudiantes en el municipio no era nueva: el 3 de junio de 2013, los normalistas habían tomado violentamente el Palacio Municipal para exigir la presentación con vida del entonces desaparecido Arturo Hernández Cardona, dirigente de la organización Unidad Popular de Guerrero, de la que los alumnos de la normal se habían hecho aliados políticos.

Ese día prendieron fuego, derribaron puertas y pintarrajearon paredes. Abarca era el principal sospechoso de la desaparición del líder social Hernández Cardona, quien había sido levantado cuatro días atrás, el 30 de mayo de 2013, junto con Félix Rafael Bandera Román y Ángel Román Ramírez, quienes formaban parte, además, de la corriente Izquierda Democrática Nacional del Partido de la Revolución Democrática (de la que René Bejarano es fundador).

Sus cuerpos fueron encontrados muertos a balazos y con huellas de tortura en el municipio de Tepecoacuilco. Otras cuatro personas que estaban con ellos, Héctor Arroyo Delgado, Efraín Amates Luna, Gregorio Dante Cervantes y Nicolás Mendoza Villa, lograron escapar de sus captores.

El punto de quiebre entre Arturo Hernández Cardona y José Luis Abarca tuvo lugar el 1 de abril de 2013, en una reunión con el cabildo. Ese día, la Unidad Popular, que aglutina a 15 asociaciones de campesinos y colonos de asentamientos irregulares en Iguala, exigió la renuncia de los familiares de Abarca (había más de 30 trabajando en el municipio). La reunión terminó mal. Ambos protagonizaron otra acalorada discusión la noche del miércoles 29 de mayo de 2013, también en el salón de cabildo, justo un día antes de la desaparición de los miembros de la UP. La agrupación reclamaba la entrega de 100 toneladas de fertilizante a las organizaciones campesinas. El ayuntamiento aseguraba que el producto ya había sido entregado. Hernández Cardona y sus acompañantes acusaron a Abarca de corrupto y mercenario.

Furioso, José Luis Abarca abandonó la reunión mentando madres y amenazando a Hernández Cardona, que volvió a responsabilizar al alcalde de Iguala por lo que pudiera ocurrirle en el futuro.

Terminada la reunión, Hernández Cardona organizó una manifestación en la Autopista del Sol para que se atendieran sus demandas. La caseta de cobro Iguala-Puente de Ixtla fue el último lugar donde familiares y amigos vieron con vida a Hernández Cardona, el jueves 30 de mayo de 2013. Ese día fue secuestrado con sus colaboradores.

Según una reconstrucción realizada a partir de la declaración ministerial del sobreviviente Nicolás Mendoza Villa, Abarca, auxiliado por su entonces secretario de Seguridad Pública, Felipe Flores Velázquez, asesinó a Hernández Cardona. Al borde de una fosa, Abarca le disparó en el lado izquierdo del rostro. Ya en la fosa, volvió a dispararle. Félix Rafael Bandera Román trató de escapar, pero se atoró en una alambrada y los cómplices de Abarca lo asesinaron a golpes y pedradas.

El resto de los sobrevivientes fue sometido a torturas e interrogatorios. Tras una llamada que recibió la gente de Flores Velázquez, sacaron los cuerpos y los subieron a una camioneta junto con los otros secuestrados. “A nosotros nos pusieron encima de los cuerpos y nos colocaron una cobija de cuadros… nos llevaron a Mezcala (a 55 kilómetros de Iguala), ahí tiraron los cuerpos… cuando nos bajaban de la camioneta Ángel Román Ramírez trató de escapar, pero uno de los sujetos le dio un balazo y cayó muerto”, declaró Mendoza Villa.

El 12 de junio de 2013 la PGR inició una averiguación previa contra Abarca y remitió tres tomos a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada para que se hiciera cargo de la indagatoria. Desde entonces se investigó el hecho de que supuestos integrantes de Los Rojos, la banda rival de Guerreros Unidos, estuviera infiltrada en las protestas que realizaba la Unidad Popular contra el gobierno municipal, infiltrado por Guerreros Unidos. No pasó nada. Un año después fue la Noche de Iguala.

Hoy, Abarca está a punto de quedar en libertad.

 

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