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Indiferencia cómplice

Jorge Camargo

Jorge Camargo

Cuánto dolor y desesperación puede haber en una madre para verse empujada a presentarse en una conferencia presidencial y demandar justicia para su hija María del Sol Cruz, víctima de feminicidio. Y cuánta falta de empatía de los mexicanos para que no nos importe el inconcebible número de muertes de mujeres y niñas por violencia. No movemos un dedo, no nos inmutamos ante las ocurrencias oficiales.

México llegó al 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, con terribles números. Bajo la presidencia de Morena suman 2,271 feminicidios; 7,041 homicidios y 3,550 mujeres desaparecidas, según cifras oficiales.

Arriba con una indiferencia oficial que niega la violencia, la politiza y la pervierte, haciéndola pasar como una estrategia de sus adversarios, que sólo existen en el discurso. Son nueve, nueve mujeres asesinadas al día.

A la par de la pandemia de covid, la ONU ha declarado otra, que es la de la violencia de género, acelerada por el confinamiento a nivel mundial. Y con base en el reporte de su secretario general, António Guterres, el cierre de actividades, especialmente de refugios para mujeres violentadas, ha enviado un mensaje poco favorable para ellas, además de que debilita el trabajo de las organizaciones ciudadanas que les sirven de soporte.

Lo que habría que subrayarle a Guterres es que en México las autoridades cortaron los fondos y fideicomisos que sostenían dichos refugios, al igual que los recursos de apoyo a las ONG, las cuales han pasado de ser coadyuvantes en el combate al fenómeno de la violencia, a adversarias político-electorales.

El día mismo de la conmemoración, el Presidente se negó a particularizar la violencia contra las mujeres. Dijo que era contra mujeres y hombres y consecuencia del neoliberalismo. Se explica todo.

ONU Mujeres replica en México la campaña ÚNETE, que consiste en abrir un espacio de 16 días, a partir del pasado 25 de noviembre y hasta el 10 de diciembre, con el tema “Pinta el mundo de naranja: financiar, responder, prevenir y recopilar”.

Por su parte, la campaña Generación Igualdad, también de la ONU, amplifica el llamado a la acción mundial para subsanar las brechas de financiación, asegurar servicios esenciales para las sobrevivientes de violencia durante la crisis de covid, y concentrarse en la prevención y la recopilación de datos que puedan mejorar los servicios para salvar vidas de mujeres y niñas.

Esta campaña es parte de los esfuerzos de ONU Mujeres para Beijing+25 y se prepara para lanzar nuevas acciones y compromisos para poner fin a la violencia contra las mujeres en el Foro Generación Igualdad en México y Francia en 2021.

Las cifras a nivel mundial se han agravado de manera exponencial por el confinamiento. En lo que va de 2020, 243 millones de mujeres y niñas han sufrido maltrato por parte de sus compañeros sentimentales en todo el mundo. Mientras tanto, menos del 40% de las mujeres que sufren violencia lo denuncian o solicitan ayuda.

En algunos países, como es el caso de México, las llamadas a las líneas de ayuda se han multiplicado por cinco. En otros, las denuncias formales de violencia doméstica han disminuido por las dificultades de las supervivientes para pedir ayuda y acceder a servicios de apoyo.

Adicionalmente, consideremos que los cierres de escuelas y las dificultades económicas han empobrecido a las mujeres y a las niñas, haciéndolas más vulnerables a la explotación, el maltrato, al matrimonio forzado y al acoso.

La ONU pide aumentar los fondos presupuestales nacionales e internacionales de ayuda destinados a las organizaciones de derechos de las mujeres, que constituyen la primera línea de respuesta durante ésta y todas las crisis. Pero para el gobierno mexicano no sólo no es esencial, sino sospechoso.

En las otras recomendaciones igual estamos en falta: garantizar que los servicios para sobrevivientes de violencia se consideren servicios esenciales; salvo el Poder Judicial federal, la respuesta policial es deficiente; no hay políticas de prevención y tampoco se recopilan datos.

Como parte de estos 16 días de activismo, ONU Mujeres pasará el micrófono a sobrevivientes, activistas y entidades asociadas de las Naciones Unidas, que trabajan sobre el terreno, para que expliquen la historia de lo que ocurrió tras el brote de covid.

Todas y todos los mexicanos debemos escuchar su dolor y ser capaces de sentirlo, ser empáticos y expresar un “ya basta”.

Participemos en esta campaña y donemos al Fondo Fiduciario de la ONU para ayudar.

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