Si el lector piensa que conoce la pintura de Siqueiros, busque Siqueiros documentado, de Irene Herner. La tenaz investigadora, con el auxilio de Mónica Ruiz, se lanzó a la compleja aventura de documentar al Siqueiros desconocido, lienzos pintados en su cautiverio, retratos, caballete.
Michael Ignatieff, el brillante filósofo canadiense, nos vuelve a sorprender. No es una novedad (Taurus, 2018). Pero ahora el mundo nos muestra sus dolorosos aciertos. La pertinencia de Las virtudes cotidianas es notable. Ignatieff, en un ejercicio filosófico/antropológico, va a la esencia: cómo proteger la convivencia pacífica de los diferentes. “Vivimos en tiempos de fractura”, qué puede salvar al pacto civilizatorio, cómo lograr que los desconocidos se tengan confianza y arrinconar los odios. Un recorrido por países y ciudades repletas de diversidad —Bosnia, Los Ángeles, Río de Janeiro, Sudáfrica, Nueva York, Fukushima—, Ignatieff le pone voz a esas diferencias que pueden ser muy profundas. Propuesta: un “sistema operativo” fuerte en esos ciudadanos diversos que debe sobreponerse a las diferencias. Apasionante y visionario. Paradojas de la vida, Ignatieff publicó (Letras Libres, 307, julio de 2024) un ensayo autobiográfico muy optimista La historia de mis privilegios. Semanas después, ganó Trump. El horizonte. Conversaciones sin ruido entre Sanguinetti y Mujica (Debate, 2023). Otra deliciosa lección de civilidad.
Si el lector piensa que conoce la pintura de Siqueiros, busque Siqueiros documentado, de Irene Herner, (Secretaría de Cultura/INBAL, 2024). La tenaz investigadora, con el auxilio de Mónica Ruiz, se lanzó a la compleja aventura de documentar al Siqueiros desconocido, lienzos pintados en su cautiverio, retratos, caballete. Otras facetas deslumbrantes del artista. La portada: un retrato memorable de Ofelia Guilmáin.
Pablo Ortiz Monasterio, ese orgullo de la fotografía mexicana, nos entrega ahora una relectura de Tenochtitlan. A partir de los vestigios de lo que fuera el islote ocupado a la llegada de los conquistadores. Ortiz Monasterio documenta la presencia viva de nuestro pasado, presencia transformada en que aparecen peatones, colores sorprendentemente arbitrarios, altares y procesiones, esquites y elotes callejeros, en un provocador desnudo sobre cortina metálica. Pero también la imagen de la tortura a Cuauhtémoc. Preciosa edición, texto de Álvaro Enrigue (Reverté Management, 2025). Rob Riemen, el gran humanista contemporáneo de los Países Bajos, lanza La palabra que vence a la muerte. Actualiza a la necesidad releer la GRANDEZA de espíritu, ahora con los ejes de la devastación que la CANTIDAD ha traído al mundo. La verdadera GRANDEZA languidece. Adriana Malvido, esa brillante mujer que ha dedicado su vida a la cultura en sus múltiples expresiones, regresa con una reedición conmemorativa de su Reina Roja, uno de sus grandes textos publicado hace 30 años. Apasionante y devorable (Penguin).
Rogelio Cuéllar da vida a un bellísimo libro-objeto El retrato detrás de una historia (La Cabra Ediciones, 2025). Ahí están el instante íntimo entre fotógrafo y retratado. Toledo, Rosario Castellanos, José Emilio Pacheco. Un testimonio entrañable. Fieras interiores (Random House), de Andrés Cota Hiriart, el zoólogo y escritor nos conduce con amabilidad por el cuerpo humano con ese humor tan suyo. El hombre que plantaba árboles —un clásico—, de Jean Giono, ha cruzado por múltiples ediciones. La de Duomo es particularmente bella. Un par de horas de lectura edificante. Vivir para amar, puro clásico (Alamah). José “Pepe” Gordon, el gran divulgador de la ciencia y escritor sin límites, nos regala Los sueños de Patanjali (Grijalbo). El mundo onírico de “Pepe” como territorio a explorar. Indescriptible. ¿Un buen regalo?, una suscripción a la Revista de la Universidad de México. Jorge Comensal ha abierto horizontes en contenidos y diseños fantásticos. (Re)Generando, el catálogo de la exposición del mismo nombre en el museo Kaluz. Recuperación del mundo femenino. Novedoso y bellísimo.
Se acabó el espacio y me falta Mala espina, de Xavier Velasco, Ese montón de espejos rotos, del gran Gonzalo Celorio, y la colosal aventura fotográfica de Pedro Meyer.
¡Felices lecturas!
