Así se manda al diablo a las instituciones
En una frase que ha quedado ya para la posteridad, Andrés Manuel López Obrador dijo el pasado viernes que “por encima de la ley de Transparencia está la autoridad moral y la autoridad política del presidente”. No olvidemos que desde 2006 ya había mandado “al ...
En una frase que ha quedado ya para la posteridad, Andrés Manuel López Obrador dijo el pasado viernes que “por encima de la ley (de Transparencia) está la autoridad moral y la autoridad política (del presidente)". No olvidemos que desde 2006 ya había mandado “al diablo" a las instituciones, y en abril de 2022 dijo: “no me vengan con ese cuento de que la ley es la ley".
El desprecio absoluto al Estado de derecho por parte del Presidente, y que muestra su peor faceta de autócrata, también es compartido por su partido y su candidata Claudia Sheinbaum. Sobran ejemplos de ello, y para muestra me refiero a tres casos de opacidad y falta de transparencia en la CDMX.
Primero. En el gobierno de Sheinbaum siempre se hizo lo posible por evitar el funcionamiento de los órganos ciudadanos que deberían vigilar a las autoridades. La CDMX es la única entidad federativa en la que, de facto, no existe un Sistema Anticorrupción, debido a que los integrantes de su Comité de Participación Ciudadana renunciaron hace un año porque el gobierno nunca aportó los recursos que por ley les correspondía para cumplir con sus funciones. Sheinbaum mató de inanición al Sistema Anticorrupción de la ciudad, lo que fue interpretado por varios funcionarios morenistas como una “licencia para robar", como diría el presidente.
Segundo. A finales del año pasado, Morena en el Congreso de la CDMX desapareció de un plumazo treinta años de historia parlamentaria de la ciudad (Asamblea de Representantes, de 1988 a 1997, y Asamblea Legislativa, de 1997 a 2018); así, sin más, se esfumaron del sitio de internet todos los diarios de debates, las versiones estenográficas, los dictámenes de las leyes, los informes de los jefes de gobierno, todo dejó de existir; y en cuanto a los documentos físicos, tampoco aparecen, dicen que existen, pero nadie los ha visto. Como en un Estado totalitario, Morena no sólo quiere imponer su ideología, sino desaparecer de la memoria colectiva todo lo sucedido antes de su llegada al poder.
Tercero y más reciente. Una de las funciones más importantes de los órganos legislativos, es la fiscalización. En el Congreso capitalino esta labor se realiza a través de la Auditoría Superior de la CDMX, quien recientemente envió el Informe del Resultado de la Fiscalización de la Cuenta Pública 2022. La Constitución dispone que este informe debe entregarse al Congreso de la Ciudad, cuya presidenta es la Diputada Gabriela Salido; sin embargo, el informe no le fue enviado a la presidenta, por lo tanto, no se ha publicado en la Gaceta Parlamentaria, es decir, sigue sin ser un documento que pueda ser consultado por cualquier ciudadano para conocer si hubo o no irregularidades en el manejo de los recursos públicos de la ciudad en el 2022. Para Morena, entre menos gente se entere del resultado de la fiscalización del gobierno de Sheinbaum, mejor.
Al no enviarse a la presidencia de la Mesa Directiva, el documento no ha sido publicado y por ello ningún medio de comunicación ha tenido acceso a la información, a diferencia del ámbito federal en donde ya es público. Yo en mi carácter de integrante de la Comisión de Vigilancia cuento con el informe, pero inexplicablemente me lo hicieron llegar sin que oficialmente lo tenga el Congreso. Esas son las formas de Morena.
Sheinbaum y Morena mostraron ser los amos de la opacidad y de la corrupción. Extinguieron al Sistema Local Anticorrupción al desaparecer presupuestalmente al órgano ciudadano de este sistema; han pretendido borrar la memoria histórica legislativa de la Ciudad como si ésta hubiere sido fundada cuando ellos llegaron al poder; y ahora, pretenden que nadie se entere de sus corruptelas al esconder el informe de la fiscalización de la Cuenta Pública 2022. ¿Cuánto miedo le tendrá Morena y Sheinbaum al resulta de la fiscalización de su gobierno como para que quieran que nadie se entere de su propia cuenta pública?
Más allá del discurso, los hechos muestran que Sheinbaum nunca ha creído en la transparencia, tampoco en la participación ciudadana que vigila al gobierno. Quienes crean que no puede haber un presidente más autoritario que López Obrador, que volteen a ver cómo gobernaron Sheinbaum y Morena en la CDMX.
