Guerra Hamás-Israel, afectaciones regionales
Desde luego que el costo de la guerra en vidas está siendo inmenso, como lo es también el costo económico para los pueblos enfrentados. Sin embargo, los daños se extienden mucho más allá. Un ejemplo que es paradigmático es el del deterioro inmediato sufrido en el tema del turismo regional.
Luego de la pausa de una semana que permitió la liberación de 81 rehenes israelíes, 23 tailandeses y un filipino, además del paso a Gaza de 200 camiones diarios con ayuda humanitaria, los combates se han reanudado debido a que Hamás dejó de cumplir con las condiciones para prolongarla al no haber entregado la lista de nuevas liberaciones y haber reiniciado lanzamientos de cohetes a ciudades israelíes. De tal manera que el panorama indica que la guerra será larga y sangrienta, con la consecuente incertidumbre acerca de sus resultados finales.
Las ocho semanas transcurridas desde el 7 de octubre cuando Hamás realizó su brutal ataque contra población civil israelí, han tenido un pavoroso saldo de víctimas en ambos bandos. A los más de mil doscientos civiles israelíes asesinados en los primeros dos días, 80 soldados han caído en combate, mientras que miles de gazatíes –terroristas de Hamás y civiles– han muerto por efecto de la embestida israelí por aire y tierra. Cerca de un millón de habitantes que residían en el norte de la Franja se han desplazado al sur, mientras que aproximadamente 200 mil israelíes que habitaban en las zonas sur y norte de Israel también han tenido que moverse a otras partes del país en virtud de la devastación y el peligro de quedarse en sus viviendas, continuamente amenazadas por los disparos de misiles por parte de Hamás y el Hezbolá.
Desde luego que el costo de la guerra en vidas está siendo inmenso, como lo es también el costo económico para los pueblos enfrentados. Sin embargo, los daños se extienden mucho más allá. Un ejemplo que es paradigmático es el del deterioro inmediato sufrido en el tema del turismo regional, una de las más importantes fuentes de ingreso en la zona. Los visitantes habituales han dejado de llegar, y no sólo a Israel, sino también a Jordania, Egipto y Líbano.
En Jordania se ha registrado una avalancha de cancelaciones, y la atractiva ciudad de Petra, que habitualmente recibe 900 mil turistas al año, está ahora semivacía. La mayoría de quienes viajaban desde Estados Unidos y Europa a Egipto han buscado otras opciones, mientras que Líbano, cuya economía está de por sí hecha pedazos, ha perdido también uno de los pocos ingresos con que contaba, al desaparecer por completo el turismo, junto con la masiva cancelación de vuelos por parte de las aerolíneas, que consideran riesgoso aventurarse por esos cielos, constantemente amenazados por proyectiles. Varios cruceros con rutas en el Mar Rojo y el Mediterráneo, programados para la temporada decembrina, han sido igualmente cancelados.
Otro ejemplo de daños regionales derivados de la guerra Hamás-Israel, es el caso de la suspensión del llamado “Proyecto Prosperidad”, cuyo costo total era de tres billones de dólares. Se trataba de un proyecto firmado por Emiratos Árabes, Jordania e Israel hace un año, en el marco de la COP27. Israel construiría en Jordania una planta solar fotovoltaica de 600 megavatios, complementada con almacenamiento eléctrico, a fin de producir energía limpia para su exportación a Israel, mientras que éste pondría en práctica un ambicioso programa de desalinización de agua que exportaría a Jordania anualmente 200 millones de metros cúbicos del líquido, con objeto de aliviar la permanente escasez de agua padecida por Jordania.
Emiratos participaba en calidad de inversionista y promotor, pero, lamentablemente, la guerra actual y los obligados alineamientos políticos que ésta ha provocado, han empujado a la monarquía jordana al congelamiento de ese proyecto que tantos beneficios en tantas áreas prometía. Por lo visto en estos momentos al rey Abdalah no le ha quedado más remedio que distanciarse de Israel y condenarlo por sus acciones en Gaza, puesto que no hacerlo le habría generado graves turbulencias internas que serían muy riesgosas para la estabilidad de su país.
Las afectaciones arriba expuestas son sólo una gota en el océano de repercusiones negativas de esta guerra que, junto con la de Rusia-Ucrania, han sorprendido al mundo en este último año y medio. Es así que se cierne una angustiante incertidumbre acerca del futuro próximo para nuestro mundo globalizado, ya que las flamas de ambas confrontaciones podrían extenderse hasta límites incalculables, apocalípticos en el peor de los casos.
