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Cambios en gabinete ¿ya?…

Enrique Aranda

Enrique Aranda

De naturaleza política

 

A la vista el cierre del período –“de gracia”, diría algún cínico– que integrantes del aún (imberbe) nuevo régimen asumieron como de aprendizaje y acoplamiento al cargo, y ante la abrumadora multiplicación de evidencias de incapacidad e ineficacia de muchos de ellos, no son pocos ahora quienes en el entorno más cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador exploran alternativas de cambio en posiciones clave del gabinete.

Se trata, explican, de “definir opciones de relevo en secretarías y/o direcciones” donde los resultados no han sido, ni con mucho, los que el tabasqueño esperaba y que, en temas específicos o relaciones con sectores importantes –iglesias, cúpulas empresariales o partidos, entre otros–alientan incertidumbre, desencanto y hasta un mal disimulado malestar que, se acepte o no, impacta cada vez de manera más clara en la popularidad de la administración promotora de la 4T y, más específicamente, de su titular.

Es entonces que los involucrados en el ejercicio –“informal aún, que quede claro…”– proceden a “desgranar” la lista de funcionarios que apenas iniciar 2020, estiman, podrían migrar de una posición a otra en el equipo presidencial o despedirse del gobierno e incluso, de personajes que pudieran incorporarse al mismo.

Hablamos, por una parte, de una decena de figuras cuya mención, salvo opinión en contrario, no es en forma alguna ni novedosa ni positiva: de la cuestionada Olga Sánchez Cordero que prácticamente desde el inicio del sexenio ha sido objeto de críticas por su falta de oficio político y experiencia en el manejo de temas propios de Gobernación: relación con actores u organizaciones partidistas, gobernabilidad o con líderes sociales relevantes; de los “inexistentes” titulares de Agricultura (Sader) y Medio Ambiente (Sedarnat) Víctor Villalobos y Víctor Toledo de quienes apenas se sabe el nombre; del responsable de Salud Jorge Alcocer Varela a cuya secretaría se acredita la mayoría de los problemas “mediáticos” del régimen, el infaltable Javier Jiménez Espriú o la protagónica Rocío Nahle a quienes se atribuye buena parte de la confusión social prevaleciente…

Frente a ellos, como eventuales relevos, se cita igual a Julio Scherer Ibarra que a Marcelo Ebrard en el Palacio de Covián, a Lázaro Cárdenas Batel que dejaría la coordinación de asesores o a Rogelio Ramírez de la O que si bien lejos hoy de la administración pública conoce bien la propuesta oficial y goza de la confianza de YSQ e incluso, a los subsecretarios Horacio Duarte y Luis Miranda que podrían ser promovidos.

Son nombres que, hoy por hoy, están en el imaginario de no pocos de quienes se mueven en el entorno más íntimo de López Obrador y obvio, ante la problemática que en distintos rubros enfrenta el proceso de la 4T, pronto podrían ser llamados a dejar el juego o a la caja de bateo…

 

 ASTERISCOS

* Cuando propios y extraños al interior de la 4T celebraban la marcha “sobre ruedas” de la ocurrencia de construir el Tren Maya, organizaciones indígenas lideradas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el Consejo Nacional Indígena y el Consejo Indígena de Gobierno, denunciaron que “para avanzar en su guerra, el mal gobierno” apuesta por el desmantelamiento de los tejidos comunitarios. Ufff…

Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.

 

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