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Respetar, colonizar o destruir

Carlos Elizondo Mayer-Serra

Carlos Elizondo Mayer-Serra

Contrapunto

Ya hemos visto al TEPJF rescatando a partidos de la pérdida de registro. Lo hizo con el PT en el año 2015, a petición del PRI. No hubo en este entonces, sin embargo, una barbaridad constitucional como la que quieren hacer ahora.

El PT le pagó el favor apoyando al candidato priista en una elección extraordinaria para la gubernatura del estado de Colima en 2016. Luego el PT sería un aliado central de AMLO. Nadie sabe para quién trabaja.

El PRI logró construir una mayoría en el Tribunal que lo apoyó en gran parte de los temas que le importaban. Ahora el Tribunal parece haberse puesto al servicio de Morena, deseoso de mantener con vida a su socio el PES, después de la presión del gobierno para que renunciara su presidente, Janine Otálora, para luego poner a la cabeza del TEPJF a Felipe Fuentes Barrera, hombre cercano a Humberto Castillejos Cervantes, quien fuera consejero jurídico de la Presidencia en el sexenio de Peña Nieto.

Las instituciones autónomas que se fueron construyendo a partir de la creación del IFE como órgano autónomo en el año 1996 tenían como principio fundamental estar controladas por un grupo de ciudadanos apartidistas para que sus decisiones no estuvieran sujetas a los deseos del poder. Ciertamente, y casi de manera inevitable, en más de una ocasión estos ciudadanos simpatizaban con algún partido político, pero en la medida en que no había partido con mayoría calificada como para nombrar sólo a sus amigos o aliados, se fue construyendo una mezcla de consejeros técnicamente sólidos, algunos con ciertas simpatías políticas, pero sin que partido político alguno pudiera tener una mayoría estable, ni por lo tanto el control.

Más de uno exhibió en momentos difíciles la independencia frente al partido que los propuso. Cómo olvidar la seriedad de Alonso Lujambio, consejero del IFE a propuesta del PAN, sancionando al PAN y al PVEM por el modelo de financiamiento ilegal llamado “Amigos de Fox”, o el rigor de Mauricio Merino, propuesto por el PRI, apoyando una multa de mil millones de pesos a ese partido por el Pemexgate.

Con su regreso a Los Pinos en el 2012, el PRI logró colonizar el TEPJF, que ahora parece estará listo para apoyar a Morena. En los otros órganos autónomos, sin embargo, el PRI tuvo que negociar los nombramientos y, por ello, estos órganos han mostrado su independencia en más de una ocasión. Se podrá decir que no siempre. Pero no han sido meros empleados.

En el caso del Banco de México, AMLO ha optado por respetarlo y proponer para su Junta de Gobierno a expertos de muy buena reputación. Hizo lo mismo con su primer candidato a ministro de la Suprema Corte, Juan Luis González Alcántara. En la Cofece, el nombramiento de Pérez Valdespín aprobado el martes es el de un especialista en el tema.

Sin embargo, AMLO ha ido perdiendo el pudor. Así, su nueva propuesta a ministra de la Suprema Corte es Jazmín Esquivel, esposa de su constructor favorito, José María Riobóo, viene acompañada en la terna de dos activistas de Morena.

La tentación original de AMLO frente a aquellos órganos autónomos que ha despreciado siempre fue desaparecerlos. Pero si opta por no pagar el costo de tener que cambiar la Constitución, los puede ir colonizando. Tiene tal mayoría en el poder legislativo que no tendrá ninguna dificultad para hacerlo. En la Cámara de Diputados su control es total. Antes del 2021 podrá nombrar a 4 consejeros del INE, de los 11 que conforman su Consejo General. En el 2023, podrá nombrar otros tres.

La primera prueba de esta estrategia va a ser la composición de la CRE. Hoy faltan por nombrar a cuatro comisionados, de un total de siete. El gobierno ha presentado candidatos con poca o nula experiencia y muy cercanos a AMLO, como Ángel Carrizales, integrante de su equipo de logística y militante activo de Morena.

Si esta colonización se da, van a desmantelar una infraestructura institucional que ayudó al país a resolver muchos problemas, y logró, ni más ni menos, que tengamos elecciones limpias, como en las que ganó AMLO. En materia económica ha dado certidumbre a inversionistas que entran a mercados donde domina un solo actor, como en el caso del energético o en el de telecomunicaciones.

Espero que AMLO resista la tentación de colonizar lo que no le gusta. Pero dependerá de sus principios morales y cálculos estratégicos. Tiene el poder para hacer lo que desee, o casi.

 

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