El “chou” escolar

Es increíble cómo los papás nos comportamos como imbéciles cuando llega el día del festival escolar de nuestros hijos… y ni qué decir del escándalo que hacen los abuelos. Sí, porque a esos festivales van más abuelos que padres de familia y como no ven y no oyen, ...

Es increíble cómo los papás nos comportamos como imbéciles cuando llega el día del festival escolar de nuestros hijos… y ni qué decir del escándalo que hacen los abuelos. Sí, porque a esos festivales van más abuelos que padres de familia y como no ven y no oyen, nunca se dan cuenta del ridículo que están haciendo sus nietos en el escenario.

Sí, leíste bien, escribí: ri-dí-cu-lo.

¡Ningún niño se sabe la coreografía! ¡97% no tiene ritmo! ¡90% no sabe cantar! 5% no tiene presencia en el escenario y 100% de los papás afirmamos que nuestro/a hijo/a es lo máximo.

El miércoles en el festival de la escuela de mi hija hubo una “criaturita” (que es precisamente de la que está enamorada mi hija) a la que se le olvidaron por completo sus diálogos, se puso a llorar, se tropezó con sus lágrimas a la mitad de la coreografía y su mamá le dijo:

Patricio, mi amor, fuiste el mejor de todos. Tu papá, tus abuelos, tu nana, el chofer y yo estamos muy orgullosos de ti. ¡Nadie baila ni canta como tú!

No lo puedo creer. ¡Qué mal está esa señora! ¿Te das cuenta de lo que hizo la mamá de Patricio? ¡Se paró al baño en el momento cumbre de mi hija y no la vio cantar ni bailar!

¿Dónde quedaron aquellos tiempos en los que al niño se le ponía en evidencia delante de toda la escuela?

Hace 30 años la historia de Patricio hubiera sido distinta.

—¡Patricio! Ven acá. ¿Ah, no vienes? ¿Quieres que vaya por ti y te traiga de las orejas? ¿Quién te dijo que tú sabías cantar y bailar? ¿Sabes lo estúpido que te veías en el escenario?

Más te vale que esas lágrimas que te están saliendo sean de felicidad. ¡No llores! ¿Quieres que te dé un buen motivo para llorar de verdad? ¿Eh? ¿Quieres un buen motivo? ¡Es la última vez que me haces faltar a mi trabajo para verte enmudecer y tropezar a la mitad de tu festival escolar! Y si crees que tu vida va a mejorar con el tiempo, espérate a que vayas a una reunión de ex alumnos.

No vayas a pensar que yo soy el típico papá que llora desde que empieza el festival hasta que se acaba, ¿eh? ¡No!

¿Qué jalada es esa de llorar durante el festival escolar de tu hija? Hay que ir llorando desde los ensayos y llorar un poco más en la prueba de vestuario y ser un mar de lágrimas cada vez que ves los videos de todos los festivales escolares.

Me encanta ver a mi hija reír, correr, bailar, cantar, gritar, dormir, comer, llorar, soñar, hablar, nadar, jugar, subir, bajar, vivir, crecer, amar, pero sobretodo: me gusta verla feliz.

Yo no sé si los niños de hoy son más felices que los niños de hace 30, 40 ó 50 años, pero lo que sí me queda muy claro, es que los niños de hoy tienen TODO lo que nosotros no tuvimos a su edad... obesidad, úlceras, neurosis, hipertensión, déficit de atención y hasta depresión.

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