Soy neuróticamente estúpido
Las estadísticas dicen que nueve de cada diez asesinatos son cometidos por gente que conoce a la víctima… Razón suficiente para ser antisocial, ¿no? Teniendo pocos amigos disminuyen las probabilidades de morir asesinado y disminuyen también las de quererte convertir ...
Las estadísticas dicen que nueve de cada diez asesinatos son cometidos por gente que conoce a la víctima… Razón suficiente para ser antisocial, ¿no?
Teniendo pocos amigos disminuyen las probabilidades de morir asesinado y disminuyen también las de quererte convertir en asesino.
Sí, lo sé, (y tú también lo sabes): soy un neurótico.
No soporto que ningún amigo o conocido me diga:
- “Mi casa que es tu casa”.
- “Estaba comiendo en mi casa, que es la tuya”.
- “En el 126 de la calle de Jardín, tienes tu humilde casa”.
Cada vez que alguien me dice alguna de estas frases, ¡me dan ganas de matarlo!
Si no he jalado del gatillo todavía es porque me distraigo diciendo “gracias”, “muchas gracias”, cada vez que alguien me ofrece su casa.
¿Por qué esa maldita manía de querer hacer de tu casa la casa de los demás?
Y para aderezar la ridiculez; convierten la casa que nos están ofreciendo en una “humilde casa”.
¿Por qué queremos ser educados de una manera tan forzada y ridícula?
Hagamos una cosa: tú vive en tu casa y yo en la mía… ¿de acuerdo?
Cuando voy a salir de viaje no soporto que me digan:
- “Ay, no sabes la envidia que me da saber que te vas de viaje a Nueva York, pero envidia de la buena, ¿eh?”…
¿Envidia de la buena? ¿De cuándo acá existe envidia de la buena? La envidia es envidia, punto, y no hay de la buena.
Ahora resulta que sentir pesar por el bien ajeno y sentir deseo por algo que no posees se puede ver de manera buena… ¡Es absurdo!
¿Te da envidia de la buena que me vaya de viaje? Con razón no tienes ni un solo enemigo, pero curiosamente todos tus amigos te odian. Pero con odio del bueno, por supuesto.
Cada vez que hay un accidente aéreo lo único que pasa por mi mente es:
¿Quién se queda con las millas de viajero frecuente de los muertitos?
En nuestro futbol taaaaan competitivo, el equipo que está en el primer lugar de la tabla de posiciones no es el líder, es el súperlider.
No se juega un clásico sino un súperclásico. (Olvídate del Real Madrid vs Barcelona).
El futbol mexicano es el único que tiene un Clásico de Clásicos. A la liguilla le dicen la Fiesta Grande.
Y para que las cosas sean parejas, la exageración se da también a nivel de los directivos, porque no es que sean idiotas, son exageradamente idiotas… y ni qué decir de los árbitros.
Aunque reconozco que eso de arbitrar un partido me parece algo muy complicado, ya que se requiere de muchísima elasticidad para que un árbitro se lleve el pito a la boca.
Y tiene un grado “extra” de complicación si lo hace mientras está corriendo.
¿Cuándo se tomó la decisión de que en la medicina hubiera reglas de puntuación?
Y ya que existen, pues por lo menos deberían de utilizarse correctamente, ¿no?
Ya que un paciente en coma, en realidad debería de estar en puntos suspensivos (que en este caso deberían de llamarse “puntos en suspenso”) o también podría estar entre signos de interrogación. Y si muere, ¿deja de estar en coma para estar en punto final? Si es declarado muerto clínicamente y vuelve en vida, ¿es un punto y seguido?
Y si existiera la reencarnación, ¿sería punto y aparte?
El único punto que yo disfruto es el punto G, pero disfrutar del punto G es más viejo que el camino a mi casa, a mi humilde casa que también es la tuya.
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