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Histórico 1968: frenan manifestaciones y la violencia cunde

Efectivos del Ejército se plantaron en Chapultepec para desalentar a estudiantes a marchar hacia el Zócalo. la junta de Gobierno de la UNAM rechazó la renuncia del rector; conmueve a Barros Sierra el respaldo

Andrés Becerril | 26-09-2018
Histórico 1968: frenan manifestaciones y la violencia cunde
En diferentes puntos de la ciudad se suscitaban quema de unidades de transporte. En la imagen, la calle de Bucareli, a la altura del cine con el mismo nombre.

CIUDAD DE MÉXICO.

La posición del gobierno federal frente a los estudiantes se fue fraguando cada vez más. Después de varias manifestaciones, algunas pacíficas, otras no, la orden fue impedir que marcharan. El resultado fue más hechos de violencia.

El 26 de septiembre de 1968, Excélsior publicó la información de que se había impedido una marcha estudiantil. En la primera plana del diario apareció una fotografía de una hilera de tanques ligeros del Ejército en torno al bosque de Chapultepec para evitar la concentración de estudiantes en el Museo de Antropología.

También apareció la nota de que la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional Autónoma de México había determinado por unanimidad no aceptar la renuncia que presentó el rector, ingeniero Javier Barros Sierra.

Esa resolución tuvo la inmediata reacción. Barros Sierra estaba acompañado de su esposa, María Cristina Valero de Barros Sierra y de su secretario particular, Pedro Noguerón, cuando cinco miembros de la Junta de Gobierno le comunicaron oficialmente la decisión de rechazar la dimisión. Hoy hace 50 años Excélsior entrevistó al rector, quien dijo: “Estoy positivamente conmovido por el respaldo”.

La información sobre los hechos de violencia a siete días de la toma de Ciudad Universitaria por parte del Ejército y a dos de la ocupación del Poli, fue firmada por Víctor Payán. El periodista escribió que los estudiantes en paro habían realizado por la tarde y noche del 25 de septiembre de 1968 mítines callejeros e incendiaron autobuses, tranvías y trolebuses en distintos rumbos de la ciudad, poco después de que el Ejército impidió una manifestación que se había anunciado partiría a las 17:00 horas del Museo de Antropología y terminaría en la Plaza de la Constitución.

Minutos antes de las ocho de la noche, los efectivos del Ejército que estaban en las puertas de Chapultepec y en las calles adyacentes y que impidieron la marcha estudiantil se retiraron del lugar.

El tránsito vehicular se reanudó. Varios grupos de estudiantes realizaron mítines relámpagos en algunas calles cercanas al Paseo de la Reforma y después de lanzar porras a la UNAM y al Poli, continuaron por otras calles.

La información señala que se escenificaron algunos tiroteos. El primero de ellos ocurrió en Iztapalapa, donde fue muerto un hombre y lesionado otro.

Durante un choque que se inició cuando policías preventivos y granaderos dispersaron a estudiantes y locatarios del mercado de Iztapalapa que realizaban un mitin en el jardín Hidalgo, un vendedor de pájaros, identificado como Antonio Peña Anaya, fue muerto de un balazo.

Peña Anaya había puesto sus jaulas en el jardín, cerca al lugar donde se realizó el mitin. Fue herido, según dijo su compañero José Caballero Velázquez, cuando los granaderos hicieron fuego contra los manifestantes.

La policía, por su parte, afirmó que sólo hizo disparos al aire para intimidar a un grupo que los agredió con piedras y botellas vacías. La policía culpó de las heridas de Peña Anaya y otra persona a un desconocido.

En la crónica de hechos se estableció que la reunión en Iztapalapa comenzó a las 14:00 horas. Varios jóvenes hablaron y según informó el comandante de la policía de Iztapalapa, Alfredo Maldonado, instaban a la gente a tomar por asalto la delegación que está a una calle del jardín Hidalgo, plaza principal de esa delegación.

En esa reunión había unas doscientas personas cuando los uniformados, todos los policías preventivos de la comandancia y una compañía de granaderos, los dispersaron. Dijo Maldonado que fueron recibidos a botellazos y pedradas y luego los manifestantes se refugiaron en el mercado que está a un lado del jardín y allí fueron detenidas veinte personas.

En la refriega resultaron heridos, además, el policía Alberto Made Aguilar, quien recibió una pedrada en la frente y el comerciante José Guadalupe Gante Ángeles. Éstos, Peña Anaya y el desconocido fueron llevados al hospital de Xoco. En el camino murió Peña Anaya.

Entre los detenidos de la refriega del 25 de septiembre de 1968 se contó a: José Julián Barranco, Benjamín Paz Cázares, Ignacio Lechuga Domínguez, Ramón Huerta Hernández, Jorge Meneses Gutiérrez, Leobardo Enrique Báez y Mario García.

Frente a la Preparatoria 7, de Zoquipa y Calzada de La Viga, ocurrió la segunda balacera de esa jornada. Allí, fue lesionado de una pedrada en la cara el sargento Rigoberto Sánchez Celis.

En el transcurso de la mañana (del 25 de septiembre de hace 50 años), la situación parecía en calma. Hubo mítines aislados en diferentes partes de la ciudad. Los disturbios aumentaron inmediatamente después que el Ejército rodeó la zona de Chapultepec, desde la Diana hasta Los Pinos, y, al parecer, porque les impidieron realizar la marcha.

Unas mil personas que se habían congregado hasta las 16:30 horas, fueron dispersadas por los soldados. No hubo choques, pero los manifestantes se fueron por diferentes rumbos de la capital y comenzaron a realizar mítines callejeros y a capturar autobuses, trolebuses, tranvías y vehículos oficiales.

Muchos manifestantes se dirigieron hacia las zonas escolares, principalmente a la Vocacional número 7, en Nonoalco Tlatelolco, donde efectuaron el mitin más grande de la jornada de ayer.

En la nota publicada en Excélsior hoy hace 50 años se lee que después del mitin, como a las 19:30 horas, unos mil manifestantes salieron en columna de la Plaza de las Tres Culturas hasta el Hemiciclo a Juárez en la Alameda Central. Ahí trataron de armar otro mitin, pero los granaderos lo impidieron y lo dispersaron.

Según los reportes policiacos de la época, a las 16:10 horas, en calzada de la Viga y Boturini, fue quemado un trolebús. Los estudiantes huyeron cuando se presentó la policía. A esa misma horas, en las calles de Victoria y Revillagigedo, frente al cuartel de los granaderos fue incendiado otro tranvía por los estudiantes.

En Insurgentes y Montevideo fue quemado un trolebús a las 17:00 horas. A las 19.30 horas, en Paseo de la Reforma y Sevilla, los estudiantes huelguistas quemaron una motocicleta de la Dirección de Tránsito. A las. 20:10, en, la esquina de la calzada de la Viga y avenida del Taller, fue incendiado un trolebús. A las 20:30 horas en Chimalpopoca y Niño Perdido (hoy Eje Central) fue incendiado un camión de, pasajeros. A las 20:35, en Guillermo Prieto y Rosas Moreno, fue incendiado un camión de la línea Puerto Aéreo. A las 21.15 horas, en Plutarco Elías Calles y calzada de La Viga, fueron quemados 2 trolebuses. A las 22:00, en Guerrero y Nonoalco, fueron incendiados 3 trolebuses. Los bomberos acudieron a todos los lugares antes mencionados. Cuando llegaron, los estudiantes habían huido.

Los camioneros hicieron la cuenta de que entre el 26 de julio de 1968 y el 25 de septiembre siguiente habían tenido pérdidas por 2 millones de pesos, por los daños causados a 802 autobuses urbanos de 17 líneas en el transcurso de los disturbios estudiantiles.

Esta relación de daños fue presentada ante el juez 21 penal, Benito Pliego y Pliego, con base en los informes dados por los representantes de los propietarios de las empresas perjudicadas.

Hoy hace 50 años en Excélsior se publicó una nota titulada “Extraño secuestro de un Estudiante”. El hecho fue que el pasante de comercio, Carlos Vasconcelos Elizalde, de 28 años, había sido secuestrado por varios individuos, que armados con pistolas y mediante amenazas de muerte, lo bajaron de su coche, lo subieron a otro vehículo y después de pasearlo por varias calles de la ciudad, lo abandonaron vendado de los ojos, cerca de la fábrica Palmolive, en la calzada Legaria. La denuncia del secuestro fue presentada por el mismo estudiante ante Leandro Espinosa, agente del Ministerio Público de la decimotercera delegación.

El Periódico de la Vida Nacional publicó la posición de Vicente Lombardo Toledano, presidente del Partido Popular Socialista, sobre el Movimiento Estudiantil. Dijo que el Movimiento Estudiantil tenía un trasfondo reaccionario y están encaminados a perturbar el progreso de la nación. Afirmó que el cambio de sistema de gobierno en nuestro país es lícito, pues así lo contempla la Constitución de la República. Lo que no es lícito, dijo, es organizar revueltas que “sólo benefician a la clase media conservadora, a la pequeña burguesía reaccionaria y a los enemigos de los trabajadores”.

Para Lombardo, el origen del descontento entre los estudiantes, es la falta de oportunidades de trabajo de los futuros profesionistas y la inseguridad que esto provoca para el futuro de la clase media, a la cual pertenecían los estudiantes universitarios.

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