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Nacional

Destellos de la heroica defensa del puerto de Veracruz

La batalla duró más de doce horas, hasta que el fuego de los buques de guerra estadunidenses y la falta de ayuda del gobierno de Victoriano Huerta, obligaron a los defensores a retirarse

Redacción | 21-04-2021

El saldo de esa acción fue de 19 marines y 126 mexicanos caídos

CIUDAD DE MÉXICO.

La ocupación estadunidense del puerto de Veracruz se efectuó el 21 de abril de 1914, llevada a cabo por los contralmirantes Frank F. Fletcher y Henry T. Mayo, por órdenes del gobierno de EU para evitar el arribo del buque alemán "Ypiranga", que transportaba armamento destinado al gobierno de Victoriano Huerta.

A las 8:00 horas, el almirante Frank Friday Fletcher, que se encontraba al mando de la flota de la armada de Estados Unidos en el puerto de Veracruz, recibió un comunicado del secretario de Marina de su país, Josephus Daniels, para ocupar las principales instalaciones del lugar.

Desde el 9 de abril de ese año, con el Incidente Tampico, en el que ocho marinos de Estados Unidos fueron arrestados por 90 minutos, el gobierno de Washington, encabezado por Woodrow Wilson, buscó un pretexto ideal para debilitar y sacar de la presidencia de México a Victoriano Huerta.

Fletcher ordenó el descenso de los marinos y los cadetes de la Escuela Naval Militar defendieron el puerto. El Teniente José Azueta se destacó por su ímpetu en la defensa y en el ánimo que imprimió a sus compañeros de batalla; fue gravemente herido y murió días después.

Por la tarde, más tropas estadunidenses desembarcaron por el lado del Malecón de Paseos, pero los cadetes los obligaron a retirarse, reembarcándose en medio de serias bajas, lo que originó que los marines continuaran su avance sobre la Escuela Naval Militar. Las tropas federales al mando del General Gustavo Maas se retiraron por órdenes de la Secretaría de Guerra, por lo que los estadunidenses  pudieron consumar la ocupación de Veracruz, la cual se prolongó hasta el 23 de noviembre de 1914.

La invasión de Veracruz fue uno de los muchos intentos de los Estados Unidos por intervenir en el proceso revolucionario mexicano, sin embargo, México salió airoso de esta prueba y pudo consolidar su revolución. De este acontecimiento histórico se recuerda el valor y entrega del personal de la Escuela Naval Militar, en especial del Teniente José Azueta Abad y el Cadete Virgilio Uribe, ambos perdieron la vida en defensa de la Soberanía Nacional.

De acuerdo con diversos documentos, en el navío alemán se transportaban 15 mil cajas con armas o más de 23 mil municiones de diferentes calibres, todas para las tropas federales de Huerta, lo que motivó la orden definitiva de invasión.

11:00 horas, el desembarco

Tres horas después del comunicado enviado al almirante Frank Friday Fletcher, las tropas de la Marina de Estados Unidos comenzaron a desembarcar para tomar las principales instalaciones del Puerto de Veracruz.

Empieza una serie de radiogramas que le mandan al almirante Fletcher, que está en Veracruz, para que se prepare porque van a llevar a cabo el desembarco.

Hacia las ocho de la mañana llega un telegrama del secretario Daniels que ordena que tomen la aduana marítima, que es en donde van a descargar las armas, y que no permitan que ningún grupo político las vaya a tomar, y le dan la orden a Fletcher de interceptar al Ipiranga, lo cual hace el armado Utah..

Aproximadamente a las 11:00 horas comenzó el desembarco, los mandos navales hacen el aviso a autoridades de otros países que se encontraban en el puerto, y hasta el final notifican al general Gustavo Maass, mando militar en el puerto.

Huerta ordenó a las tropas federales replegarse para dejar a su suerte a los habitantes del puerto, quienes se vistieron de gloria al formar grupos de resistencia para la defensa de la ciudad.

De acuerdo con los investigadores de este momento histórico, la fuerza de desembarco de la armada estadunidense fue de mil 289 hombres, con refuerzos que llegaron en días posteriores.

Los primeros combates ocurrieron en la calle Emparan y hacia la Escuela Naval, en donde debido a que nadie los había puesto al tanto de lo que ocurría, comenzaron a planear la defensa del puerto.

La defensa es comandada por el director de la Escuela Naval, el capitán Rafael Carrión, y por el comodoro Manuel Azueta, así es como comienza. Son combates que se van a dar todo el día 21, y hacia el 22 ya han logrado tomar la ciudad.

Hacia el 23 se declara la Ley Marcial, para el 27 llegan refuerzos, y ya la cantidad de hombres de Estados Unidos es de más seis mil.

A la salida de las fuerzas federales de Huerta, algunos mandos y cadetes de la Escuela Naval, y la población de Veracruz, entre ellos los internos de la prisión de San Juan de Ulúa, se sumaron a la resistencia, lo que le otorgó el cuarto título de heroica a esta ciudad.

El comodoro Manuel Azueta Perillos, su hijo, el teniente Luis Felipe José Azueta Abad, y el cadete José Virgilio Uribe Robles fueron los encargados de asumir la defensa del puerto.

Ante una inminente declaración de guerra, Canadá, Argentina, Brasil y Chile realizaron la reunión de las Cataratas del Niágara (Niagara Falls), del 18 de mayo al 12 de junio de 1914.

Huerta dejó la Presidencia el 13 de agosto de ese año, y posteriormente el país para exiliarse en Estados Unidos, y las tropas estadunidenses se retiraron de Veracruz el 23 de noviembre de 1914, sin dar mayores explicaciones.

Para recordar la gesta heroica del Centenario de la Defensa del Puerto de Veracruz, la Secretaría de Marina (Semar) realizará este lunes una ceremonia encabezada por el presidente del país, Enrique Peña Nieto.

Además de una exposición fotográfica en las rejas de Chapultepec, la Semar prepara tres publicaciones relacionadas con un análisis de los hechos históricos, otro con fotografías y uno más relacionado con documentos históricos de la invasión.

Así se gestó la defensa

El 21 de abril, al iniciarse el desembarco de las fuerzas estadunidenses, el comodoro Manuel Azueta Perillos se dirigió de inmediato a la comandancia militar con el propósito de recibir órdenes del general Gustavo Maass, quien no se encontraba en su puesto, por lo que decidió ir a la Escuela Naval Militar.

En el camino, cuenta Azueta Perillos, “No quiero pasar por alto el estupor, sorpresa e indignación que en aquellos momentos se apoderó del pueblo veracruzano, que a mi paso me pedían armas para repeler aquel atropello inaudito que se consumó ante los ojos de aquella población heroica...”.

Al llegar el comodoro a la Escuela Naval Militar y traspasar la Guardia en Prevención, exclamó en medio del patio al personal del plantel: “¡Viva México!, ¡Viva México!” Cada grito fue contestado por los cadetes gritando “¡Viva!”, expresando finalmente el comodoro: “¡A las armas, muchachos, la patria está en peligro!”

 

 

 

 

 

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