Diputadas aguerridas en tribuna, en la puja política y en la construcción de reformas   

En el Palacio Legislativo de San Lázaro, ubicado entre los primeros lugares del ranking de las cámaras más paritarias del mundo, con 250 diputadas entre un total de 500, las mujeres siguen sin formar parte del máximo espacio de poder, la Junta de Coordinación Política (Jucopo), donde sus 7 integrantes son hombres.  

Pero en la Mesa Directiva, en las comisiones legislativas que procesan los dictámenes, en el tejido de las reformas a favor de las de su género y en el siempre intenso debate cotidiano, las legisladoras son protagonistas de la feminización de la política parlamentaria en México.  

Destacan las vicecoordinadoras Aleida Alavez Ruiz (Morena), acuciosa y disciplinada en concretar transformaciones relevantes pero ajenas a los reflectores como la puesta al día del Código Federal Civil; Blanca Alcalá Ruiz (PRI), conocedora de las posibilidades de la ley y de los márgenes de la política para ponerla al día; Mirza Flores Gómez (Movimiento Ciudadano), enfocada en mejorar la aplicación de las políticas públicas en materia de equidad de género, dada su cercanía con la realidad que éstas afrontan en el gobierno de Jalisco; y Elizabeth Pérez Valdez (PRD), firme en la defensa de los derechos de las mujeres y en visibilizar las violencias de género.  

Un presidente entre mujeres 

Al frente, en el pleno del salón de sesiones, el presidente Santiago Creel es el único varón de una Mesa Directiva conformada por 3 vicepresidentas: Karla Yuritzi Almazán Burgos (Morena); Berenice Luna Ayala (PAN) y Marcela Guerra Castillo (PRI); y 7 secretarias: Brenda Espinoza López (Morena), Saraí Núñez Cerón (PAN), Guadalupe Guerrero Esquivel (PRI), María del Carmen Pinete Vargas (PVEM), Magdalena Núñez Monreal (PT), Jessica Ortega (MC) y Macarena Chávez Flores (PRD).   

En las presidencias de las comisiones destacan Ana Lilia Herrera Anzaldo (PRI), atenta a las situaciones de las niñas, niños y adolescentes; y Julieta Vences Valencia (Morena) en equidad de género, incorporando a la tarea parlamentaria las voces de la sociedad civil y garantizando la viabilidad de cambios que prevengan y castiguen la violencia contra las mujeres.  

Por sus causas las conoceréis  

Por sus causas sobresalen Cynthia López Castro (PRI) en el seguimiento del debate global en educación y de las situaciones que al respecto se viven en el país; Norma Aceves (PRI) en defensa de las personas con discapacidad, la agenda de derechos humanos y denunciando las anomalías que se presentan en la atención a grupos vulnerables.  

La diputada Lilia Aguilar Gil (PT) ha llevado a la tribuna la denuncia de las omisiones con las que se desatendió la desaparición y el feminicidio de su madre en Chihuahua, formulando la iniciativa de la Ley Matilde con la que se busca establecer castigos a las autoridades que ignoren las denuncias en estos casos y se abstengan del cumplir el derecho de las personas a ser buscadas.   

La ex comisionada del IFAI y del INAI, diputada María Elena Pérez Jaén (PAN) pone en aprietos a sus compañeros de bancada con la exigencia documentada de darle seguimiento a los casos de presunta corrupción del actual sexenio como SEGALMEX y exhibiendo a través de puntos de acuerdo la parsimonia que en el rubro de rendición y transparencia hay en la Cámara de Diputados.  

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La diputada trans Salma Luévano (Morena), presidenta de la primera Comisión de Diversidad en San Lázaro, ha colocado a la Camara de Diputados en la conversación global de los derechos de la comunidad LGTBITTQ+.  

Y si bien la causa de erradicar los matrimonios infantiles es compartida por legisladoras de todas las fuerzas políticas, Eufrosina Cruz (PRI) consiguió ir más allá de la prohibición, estableciendo la necesidad de penalizar a los padres y tutores que lo permiten.  

Protagonistas en la tribuna y el debate 

A la hora del debate y en los intercambios encendidos que requieren temple, agilidad mental y dominio escénico, las diputadas también toman la tribuna. 

O exigen la palabra desde sus curules, destacando por su capacidad para interpelar a representantes de bancadas contrarias, auxiliadas del conocimiento que tienen de las reglas parlamentarias y de los temas de coyuntura, sin escapar en ocasiones de la estridencia y la confrontación. O incluso del escándalo.   

En ese grupo figura una de las legisladoras más jóvenes y quien ha sido calificada por el propio presidente de la República como representante del relevo generacional de Morena: Andrea Chávez Treviño.  

También sobresalen las panistas Mariana Gómez del Campo y Teresa Castell; las priistas Sue Bernal y Frinné Azuara Yarzábal; la emecista María Elena Limón y las morenistas Susana Prieto y Clemente García.  

Por su oficio político, liderazgo y reconocimiento entre sus compañeros, son un referente del poder femenino en el Poder Legislativo las ex gobernadoras y actualmente diputadas de MC, Amalia García e Ivonne Ortega; las secretarias generales del PAN, Cecilia Patrón Laviada, y del PRI, Carolina Vigianno; la ex dirigente de Morena, Yeidckol Polevnsky; y la panista Margarita Zavala.  

Ellas son parte de las diputadas aguerridas que por sus hechos, gestiones, propuestas, reivindicaciones, reclamos y mensajes son protagonistas de la crónica de la 65 legislatura autodenominada “de la paridad, la inclusión y la diversidad”. 

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