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Nacional

'Sobrevivo gracias a los antidepresivos', damnificada 19-S

Patricia Muñiz perdió a su hija en el terremoto de septiembre pasado; solo vivían ellas dos en un departamento en Rancho Los Arcos, el cual se derrumbó durante el movimiento telúrico

Aline M. González López | 27-11-2017

CIUDAD DE MÉXICO

“Me siento sin vida, vacía, a pesar que mi familia me está apoyando al 100 por ciento; me faltan ganas de vivir. He estado sobreviviendo gracias a los antidepresivos y otros medicamentos para tratar de conciliar el sueño”, comentó Patricia Muñiz, damnificada del terremoto del 19 de septiembre.

Ella vivía con su hija Lorena en un departamento localizado en la calle Rancho de los Arcos 32, en la colonia Los Girasoles, en la delegación Coyoacán.

Aquella tarde del 19 de septiembre, Patricia se levantó como todos los días, saludó a su única hija, quien se quedó acostada en cama un rato más.

Nos dimos nuestro abrazo, le dije: `Mijita nos vemos después’. En realidad, salíamos poco. Ese día salí con una amiga a tomar un café; cuando sentimos el temblor inmediatamente le llamé (a Lorena) y nunca me pude comunicar con ella”.

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Recuerda que una vez que en el restaurante les permitió salir se dirigió inmediatamente a su casa para platicar con su hija sobre el sismo; sin embargo, Canal de Miramontes estaba “atascado. No había paso de autos; había un mundo de gente, en el radio sólo decían que en la plaza que estaba cerca de ahí olía mucho a gas”.

“Cuando llego, veo que mi edificio estaba cayéndose. Desesperada entre tanta gente empezaron a vocear a Lore. Encontré a una amiga de ella, empezamos a buscarla, le preguntamos a todo mundo. Fueron horas terriblemente desesperantes. Todos decían que la habían visto, otros decían que no. Otros amigos fueron a buscarla a hospitales cercanos”, dice Patricia, quien es profesora.

Señala que fue hasta el día siguiente que pudieron sacar el cuerpo de su hija. Añade que los brigadistas y médicos estuvieron muy atentos a lo que sucedía en la zona, además “estuvieron todo el tiempo monitoreándome, porque soy diabética”.

POLICÍAS SAQUEARON LA HABITACIÓN DE LORENA

“Identifiqué la recámara de mi hija, estaba toda saqueada por los policías, no me dejaron acercarme; también vi ropa mía. Todo, lo tenían resguardado; muebles, computadora, cama. Según ellos estaban resguardando la integridad de la gente. Todo tenían cercado”, asegura Patricia.

HUBO TRES LLAMADAS DEL CELULAR DE LORENA

La mamá de Lore comenta que nunca pudo recuperar ninguna de las pertenencias de su hija, solo algunos papeles. Recuerda que del celular de su hija recibió tres llamadas. Había una esperanza. “Era el teléfono de Lorena y lo traía un policía. Dijo: Soy policía y encontré el celular de tu hija. Pero, nunca entregó”.

EL CALVARIO DEL TÍTULO UNIVERSITARIO DE LORENA

Lorena era una chica de 27 años, tenía poco de haber acabado la licenciatura en la Universidad Insurgentes, plantel Xola, en la Ciudad de México. Estudió Diseño y Comunicación Visual, su toma de protesta iba a ser el 18 de octubre, pero el sismo no se lo permitió.

“Amaba su carrea, le iban a entregar su título… Sus maestros nos acompañaron en la funeraria. Hablaron muy lindo de ella. Lore se merecía el título, era una alumna muy linda, entregada y creativa”, expresa Patricia.

Muñiz González acudió a la Universidad Insurgentes para hablar con la coordinadora de la carrera, Claudia B. Vázquez Barajas, y obtener el título de su “pequeña”, pero sólo recibió “una sonrisa muy burlona, sarcástica”.

“Pues ya no se puede, porque se necesita la firma de Lore”, fue la respuesta que recibió de la coordinadora de la carrera, Claudia B. Vázquez Barajas, cuenta Patricia.

La madre de Lore no desistió y al día siguiente acudió con la directora del plantel, quien, de acuerdo con Muñiz González, también perdió una hija en el sismo. “Confié en que era una madre hecha pedazos como yo. Ingenuamente creí que resolvería esta situación. Pero con las manos cruzadas me dijo que no hay nada que hacer. Que la UNAM era muy especial en esos casos, y que ya no se podía hacer nada”.

Lo único que pudo hacer Patricia fue exigir la devolución del dinero de la titulación. “De aquí no me muevo, con título o con el dinero”, le advirtió Paty a la directora. “Yo creo que hicieron una vaquita, porque me dieron mucho cambio, pero al final me entregaron íntegro el costo de la titulación… Padres no asistan a ese tipo de lugares porque la administración es pésima”.

La profesora jubilada sigue buscando el título de su hija. Una amiga de la familia ofreció su ayuda para conseguirlo.

“No me quedó nada, no tengo nada de ella, por lo menos el orgullo de ver su logro, su título que tanto nos costó económicamente ya ella (Lorena) desvelos y trabajos”, comenta Patricia.

LAS DONACIONES DEBEN REPARTIRSE

Muñiz González exige a los gobiernos que repartan el dinero que gobiernos de otros países y famosos donaron a los afectados. “Si de verdad se repartiera, sería lo justo. Quiero que se haga llegar ese dinero, y no que se quede en los bolsillos de los políticos. Ese dinero es para apoyar a los estados, a las familias; tantos millones no sé dónde van a quedar”.

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La profesora retirada asegura que no le interesan los créditos que los gobiernos están ofreciendo. “Hablan de créditos, y no me interesa otro crédito. No quiero endeudarme otra vez por 20 o 30 años de mi vida. No es justo”.

“NO SÉ QUÉ SIGUE PARA MÍ; ME SIENTO VACÍA”

Patricia vive con su mamá en una casa localizada en Azcapotzalco. Agradece la ayuda que ha recibido por parte de sus familiares, conocidos y personas que nunca ha visto. Sin embargo, le falta su “mayor ilusión”.

“Me siento tan vacía, mi hija era mi mayor ilusión, la saqué adelante sola, éramos la una para la otra. Me siento sin vida. Me distraigo, me entretengo, pero me da igual todo. No sé si va a haber reconstrucción, la verdad es que no me interesa, me da lo mismo. Perdí 30 años de mi vida, me costó mucho trabajo tener mi departamento; incluso nunca pude liberar las escrituras del banco".

EL INCONDICIONAL SCHATTEN

Schatten es el otro miembro de la familia. Un gato negro que por varios días estuvo perdido en la unidad donde se encontraba el edificio donde vivían Patricia y Lorena. “Schatten está conmigo y nos hacemos compañía, solo nos hace falta Lore”.

 

*amgl

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