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Xantolo, la celebración de los muertos en la Huasteca

Heredera de fiestas prehispánicas, esta ceremonia es una de las más importantes de la zona y que comienza desde septiembre para culminar el 2 de noviembre

Redacción/ Fotos: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos (cdi.gob) | 27-10-2017
Las celebraciones comienzan el 30 de octubre y culminan el 2 de noviembre por la noche con una gran fiesta de despedida para los difuntos.
Las celebraciones comienzan el 30 de octubre y culminan el 2 de noviebre por la noche con una gran fiesta de despedida para los difuntos. Fotos: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos (cdi.gob)

CIUDAD DE MÉXICO. 

Méxi​co es un país rico en tradiciones y el ‘Día de Muertos’ es la representación perfecta de la mezcla entre las tradiciones prehispánicas y la influencia europea con la llegada de los españoles y el establecimiento de la Colonia.

Es común que el 1 y 2 de noviembre se lleven a cabo fiestas para recordar a los muertos, se colocan altares, se hacen procesiones y los panteones se inundan de flores de cempasúchil. Sin embargo, en la región de la Huasteca, una celebración pinta de colores las comunidades de esta zona y le da un toque diferente a lo que estamos acostumbrados, el Xantolo.

La Huasteca está conformada por las comunidades establecidas al norte de Veracruz, el sur de Tamaulipas, la Sierra Gorda de Querétaro y algunas regiones de San Luis Potosí e Hidalgo, y todas comparten esta fiesta.

Xantolo es una derivación del Milkailjuitl (celebración prehispánica para adorar a los muertos) y es una de las más importantes de la región.

Las preparaciones comienzan mucho antes de que noviembre aparezca en el calendario. El 29 de septiembre, día de San Miguel se coloca la primera ofrenda y el 18 de octubre, día de San Lucas, se pone la segunda.

El 30 de octubre es cuando las comunidades comienzan con los preparativos fuertes para los próximos días, se hacen las últimas compras de alimentos, se preparan los adornos del altar, los fuegos artificiales y se ensayan los últimos bailes.

Ese mismo día se da el arranque oficial, en cada casa un mantel bordado de colores y un arco de caña de azúcar adorna el interior. Del arco cuelgan frutas, pan de muerto y canastas con cacahuates y dulces; al centro de todo esto va la imagen de algún pariente difunto o en algunos casos de un santo. Este permanecerá hasta 1 de diciembre.

Los niños y angelitos tienen su celebración el 31 de octubre, se colocan caminos de cempasúchil para que puedan llegar al arco y degustar de la ofrenda colocada.

El 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, es para los difuntos adultos, por lo que se encienden velas grandes desde temprano y guiarlos por buen camino. Los tamales hacen presencia en este día, así como el chocolate y pan de muerto, que normalmente se comparten con otras familias, para celebrar así a todas las almas que han regresado a convivir con sus parientes.

Cuando llega el Día de los Fieles Difuntos, el 2 de noviembre, la celebración alcanza su máximo esplendor. Muy temprano, las ofrendas se llevan hasta las tumbas de los difuntos, se adornan, se come y se convive en el cementerio con las ánimas de los familiares.

Al medio día comienzan a repicar las campanas de las iglesias y los cuetes se hacen presente en las calles de las comunidades.

La celebración se alarga hasta entrada la noche, donde se hace una última ofrenda para despedir a los difuntos, deseando un buen camino y su eterno descanso, hasta el siguiente año.

Durante estos cuatro días las calles se llenan de fiesta y colores, adornadas con flores de cempasúchil, compartiendo chocolate o café, servilletas y manteles bordados adornan las mesas de las casas. La música acompaña cada rincón durante el Xantolo, las bandas de las comunidades hacen sonar el violín y la jarana para bailar al ritmo del son huasteco, los huapangos, las cuadrillas (hombres se colocan máscaras de mujer) y por supuesto la Danza de los Huehes o la Danza de los Viejitos es un baile que no puede faltar.

La manera tan vivaz de celebrar a los muertos en la Huasteca es lo que hace del Xantolo una fiesta única y especial.

No solo remite a las prácticas prehispánicas de los primeros pobladores de México, pero, también muestra cómo las tradiciones son parte fundamental de una sociedad, ya que representan valores como la unión, participación, hospitalidad, solidaridad, refuerzan la identidad y, sobre todo, que se puede salir de la vida cotidiana y abrir las puertas a lo místico y a aquello que no podemos comprender por completo.

fbp

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