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Nacional

Michoacán fue el inicio de la crisis; combate al crimen

En 2006 comenzó en la entidad la llamada guerra contra el narco; especialistas coinciden en que la estrategia del Operativo Conjunto en el estado fue equivocada

Miguel García Tinoco | 12-12-2016

APATZINGÁN, Mich.

A partir del Operativo Conjunto Michoacán, ordenada por el presidente Felipe Calderón días después de tomar posesión, el 10 de diciembre de 2006, Michoacán no sale de la crisis de violencia, a pesar de que los operativos están diseñados no sólo con presencia policial y militar, sino aparejados a otras acciones de carácter social. La llamada “guerra de Calderón” en su tierra natal, tiene muchos detractores, particularmente porque consideran que con una operación “mal planeada” se “sentaron las bases para la violencia generalizada a todo el país”, expresaron especialistas en el estado.

En la Tierra Caliente, pero particularmente en Apatzingán, durante el sexenio de Felipe Calderón se modificaron las costumbres, de casi todos los habitantes; la sociedad civil fue sometida por el crimen organizado y las autoridades locales fueron incapaces de enfrentarse a un grupo criminal que se impuso a punta de balazos.

Durante el sexenio de Felipe Calderón, el operativo federal no logró la captura de los principales capos; tampoco se desarticularon los cárteles de La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, grupos delictivos hegemónicos en distintos momentos de la administración 2006-2012.

Surgieron al escenario nacional del crimen organizado, personajes como Nazario Moreno González, José de Jesús Méndez Vargas, Servando Gómez Martínez, Enrique Plancarte Solís y Nicandro Barrera Medrano, quienes por encima de 10 mil policías y soldados, se fortalecieron y formaron un imperio capaz de poner de rodillas a las autoridades municipales, infiltrar a las policías estatales y desafiar al gobierno federal a quien hizo fracasar continuamente.

Fue en el sexenio de Felipe Calderón cuando más policías federales asesinaron en Michoacán, 40, según cifras oficiales, en tanto que 37 militares también perdieron la vida en el combate a grupos delincuenciales. 

Para Ignacio Mendoza Jiménez, abogado postulante y exfuncionario de los gobiernos perredistas de Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel, el operativo militar que inició el 10 de diciembre de 2006 sentó las bases para la crisis de inseguridad extendida por todo el país.

Exsubprocurador regional de Justicia en Morelia y Zamora, Mendoza Jiménez, ahora defensor de personajes como José Manuel Mireles Valverde, considera al operativo Michoacán de Felipe Calderón, como un fraude donde se enriquecieron funcionarios de la administración 2006-2012 y se dejaron de combatir a otros grupos delictivos para concentrarse en la entidad natal del entonces presidente de México, “tierra por la cual Calderón tenía una gran obsesión porque nunca pudieron él y su familia, ganar un elección”.

Ignacio Mendoza estuvo preso ocho meses, derivado del operativo federal conocido como El Michoacanazo; fue fundador del Partido de la Revolución Democrática y se mantiene muy cercano a la familia Cárdenas. Renunció al PRD y ahora encabeza un despacho jurídico. Cuestiona las formas del operativo de Felipe Calderón “porque nunca tuvieron como fin atacar las finanzas de los grandes cárteles de la droga, todo lo quiso hacer a base de macanazos y convertido en el gran policía de México”, expresó.

El historiador Arturo Herrera Cornejo, también considera que las “cosas se pusieron peor a partir del Operativo Conjunto Michoacán. Tras la incursión de aproximadamente 10 mil elementos de las fuerzas federales, según las cifras oficiales, las cosas empeoraron; dicen que cuando la medicina es buena el enfermo sana, bueno pues, en este caso el enfermo casi muere”, dijo.

“Algo que demuestra el fracaso también de esta estrategia es que al presidente Enrique Peña Nieto se le complica demasiado la situación de Michoacán al grado que tiene que ordenar en 2014 la creación de una Comisión Especial para la Seguridad y  el Desarrollo Integral de Michoacán, ante el movimiento de autodefensas que prácticamente había incursionado en un tercio de los municipios del estado que era la muestra de que Los Caballeros Templarios se habían convertido en los amos y señores de muchas regiones del estado”, agregó.

Explicó que, en su opinión, por la mala estrategia de la administración calderonista, en Michoacán se motivó el estallido social, porque “ni con los miles de elementos enviados en 2006 a través del Operativo Conjunto, se pudo detener el dominio del crimen organizado”.

En contraste, Eduardo García Chavira, diputado local por el partido Acción Nacional, defendió las acciones de su correligionario, porque “consideramos y en su momento era la opción de abrir una guerra abierta en contra del crimen organizado, pues fue una situación que se tenía que implementar, se tenía que hacer uso de lo que se tenía en el momento y que era sobre todo el Ejército y fue lo que obligó a llevar al Ejército a las calles”.

El legislador, quien dos veces compitió por la presidencia Municipal de Apatzingán y en la segunda oportunidad se quedó a solo cuatro votos del perredista Genaro García Guízar, dicen que al final de la presidencia de Felipe Calderón “hubo algunos avances”.

Momentos de la batalla

El combate al crimen organizado en Michoacán ha tenido momentos clave desde 2006. Aquí, un recuento de las situaciones que dejaron cicatrices tanto en la población  civil como en las autoridades:

  • El 10 de diciembre de 2006 dio comienzo la llamada  Operación Conjunta Michoacán.
  • En 2008 ocurrió el primer atentado con granadas de fragmentación a la población civil, la noche del 15 de septiembre durante la ceremonia del Grito de Independencia.
  • El 26 de mayo  de 2009 se llevó a cabo el llamado Michoacanazó,  en el   que fueron aprehendidos por elementos de la Policía Federal Preventiva y del Ejército Mexicano  11 presidentes municipales, 16 altos funcionarios y un juez del estado por vínculos con el crimen organizado.
  • En 2006 hubo mil 349 homicidios; al año siguiente ya con el Operativo Conjunto Michoacán hubo más homicidios: mil 484; en 2008 fueron mil 906; en 2009 dos mil 265; en 2010, dos mil 029; en 2011  dos mil 272; y en 2012 hubo dos mil 287 asesinatos en Michoacán.
  • Las autoridades lograron neutralizar  a máximos líderes del crimen , El Chayo y El Quique, así como la captura de La Tuta, prácticamente quedaron desarticulados Los Caballeros Templarios.
  • Los objetivos actuales de las autoridades que conforman el Grupo de Coordinación Michoacán, integrado Sedena, Semar, PGR, PF y las policías estatales, son:  Homero González Silva, El Gallito, primo de Nazario Moreno; Nicolás Sierra Santana, El Gordo;  líder de Los Viagras; Sergio Gilberto Gómez Magaña, El Chanda, y  Luis Antonio Torres González, El Americano.

Se pulverizan los grandes cárteles

Con la muerte de dos máximos líderes del crimen , El Chayo y El Quique, así como la captura de La Tuta, prácticamente quedaron desarticulados Los Caballeros Templarios, pero esto provocó la proliferación de más grupos delincuenciales.

Quedan libres personajes como Miguel Gallegos Godoy, El Migueladas, a quien se ubica como socio de cártel de Sinaloa; Ignacio Rentería Andrade, El Cenizo, sucesor de Servando Gómez en la región Costa Sierra; Sergio Huerta Tena, El Tena, traficante de drogas sintéticas y de minerales, en Aquila; y Pablo Toscano Padilla, El 500, quien fuera lugarteniente de La Tuta. Todos ellos están boletinados por la Procuraduría General de la República y por quienes se ofrecen sumas millonarias a quien proporcione información fiel para lograr su captura.

Con la desintegración de Los Templarios, de acuerdo la procurador General de Justicia de Michoacán, José Martín Godoy Castro, mando medios de esa organización se asentaron en algunas regiones de la entidad, particularmente en el Occidente, donde pelean por el control del tráfico de combustible, el narcomenudeo y la fabricación de drogas sintéticas.

“Ahorita en la estructura original que teníamos ya vamos en el cuarto nivel de, los que antes estaban en un cuarto nivel de la estructura piramidal delincuencial, ahora ya los encuentras como líderes en algunas regiones y vamos a agarrar a éstos y van a surgir otros”, ha dicho el funcionario designado por el gobierno federal, con el aval del gobernador Silvano Aureoles Conejo.

Esos mandos medios referidos por el procurador Godoy, pelean sin tregua en Zamora, La Piedad,Tanhuato, Yurécuaro, Sahuayo y Jiquilpan. Es una región donde se limita con Jalisco, pero igualmente con Guanajuato, donde el Cártel Jalisco Nueva Generación tiene control de casi todas las actividades delincuenciales.

Los mandos medios a que se refiere el procurador michoacano ya son objetivos de las autoridades estatales, particularmente por la ola de crímenes de “alto impacto”, que convierten a la región Occidente en la más conflictiva de Michoacán, por encima de Tierra Caliente y la Costa.

El Sistema Nacional de Seguridad Pública ubicó a Zamora, la tercera ciudad más grande de Michoacán, como la demarcación donde más homicidios se cometieron durante el primer semestre de 2016, 84 en total; esa tendencia se mantiene hasta noviembre de este mismo año, de acuerdo a cifras de la Procuraduría General de Justicia de Michoacán.

En el Occidente de Michoacán las oficinas de inteligencia policial de la entidad, ubican como generador de violencia extrema a Mario Álvarez Espinoza, El Metro, exlugarteniente de Nazario Moreno; El Metro, según el informe confidencial,  opera con una estructura donde su hermano Javier Álvarez Espinosa, El Tiro, es el segundo al mando; también identifican a Marco Antonio Beltrán Martínez, Marvin como el operador financiero.

En Occidente, según el informe policial al que Excélsior tuvo acceso, el grupo de Mario Álvarez Espinoza pelea indistintamente con José Carlos Sierra Santana, La Sopa, líder de Los Viagras y con Germán, El Chaparro, jefe de grupo del CJNG.

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