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Nacional

Gana la batalla contra estigmas; llegué sin concesiones: Yolanda de la Torre

Ser minusválida no le impide estudiar un doctorado en Derecho y llegar a la tribuna del Senado de la Repúbica Magistrados desechan queja de Manuel Torres

LETICIA ROBLES ROSA | 05-02-2016

CIUDAD DE MÉXICO.

Impedida de volver a caminar, desde los 15 años de edad, Yolanda de la Torre tomó la mano de Luis Donaldo Colosio, entonces presidente nacional del PRI, para entrar a la vida activa de la política mexicana, hasta convertirse este año en la primera senadora con discapacidad física, con un doctorado en Derecho y todo el entusiasmo de demostrar que está ahí por su capacidad, no por una concesión.

Fue en el año 2012 cuando el senador Alonso Lujambio, en la fase crítica de la enfermedad que le quitó la vida, se convirtió en el primer legislador en llegar en silla de ruedas a la entonces inaccesible y moderna sede del Senado de la República. Un año después, el perredista Luis Miguel Barbosa, también por enfermedad, debió usar una silla de ruedas para desplazarse por las difíciles instalaciones senatoriales.

Pero fue hasta que la exdiputada federal perredista Claudia Edith Anaya Mota, quien como integrante de la Comisión Permanente, impulsó la colocación de rampas en la tribuna del pleno del Senado y la colocación de elevadores especiales para sillas de ruedas.

Sin embargo, Yolanda de la Torre es, en estricto sentido, la primera senadora de la República que vive la discapacidad física desde hace años, que ha debido crecer con ella y que desde el activismo civil, primero, y desde la militancia del PRI, después, ha formado parte de los impulsores constantes de una legislación cada vez más igualitaria para las personas con su condiciones.

Expresidenta estatal del PRI en Durango; primera mujer con discapacidad en convertirse en diputada local por mayoría, al ganar los votos en las urnas, porque el no caminar jamás le impidió hacer campaña, Yolanda de la Torre está acostumbrada a vencer el estigma con el que la mayoría de las personas trata a quienes están en su condición.

“Cuesta mucho trabajo demostrar que tienes talento. Toda la gente te estigmatiza, pero yo he estudiado mucho. Tengo un doctorado en Derecho y he demostrado con hechos que los puestos que he ocupado no son una concesión, ante la condición física que tengo, sino un justo reconocimiento al trabajo que realizo”, explica.

Se estrena

Yolanda de la Torre se estrenó el 2 de febrero como senadora de la República. Es suplente de Leticia Herrera Ale, ahora candidata a la presidencia municipal de Gómez Palacio, Durango. Y aunque no le tocó sufrir las enormes limitaciones de este moderno edificio, todavía sabe que hay mucho por hacer para garantizar la movilidad.

“Cuando tu mirada va hacia atrás, te das cuenta que hemos avanzado, pero cuando tu mirada va al frente, entonces ves todo lo que falta por hacer”, expresa esta senadora que en su primera votación emitida en una urna transparente, el pasado 2 de febrero, rechazó que alguno de los integrantes de Servicios Parlamentarios, le hiciera favor de depositar su boleta.

Ocupa el escaño 115, ubicado a sólo unos pasos de la entrada al salón de pleno. Giró su moderna silla de ruedas, que le permite ponerse de pie por unos momentos, y salió del salón. Esperó el elevador que la condujo a la planta baja –el salón está en el primer piso—y de ahí fue a la entrada de la mesa directiva. Protección Civil le ayudó a subir al elevador especial para sillas de ruedas y así pudo llegar hasta la tribuna, donde depositó personalmente su voto.

A diferencia de la Cámara de Diputados, donde fue legisladora hasta agosto pasado, en el Senado no tendrá que usar el mecanismo de su silla para ponerse de pie, al momento de hablar en la tribuna. En el Senado, el atril puede deslizarse hacia abajo para que ella no tenga problema de hablar sentada, y legislar “con mirada de mujer y con el ser humano como centro de mi atención”.

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