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Nacional

Un santuario en medio del Ajusco; hogar de animales de circo

Gracias a donaciones de todas partes del mundo, la reserva acoge felinos que han sido víctimas de maltrato

Ernesto Méndez | 13-09-2015

CIUDAD DE MÉXICO, 13 de septiembre.- La imagen de Eduardo Serio siendo amorosamente acicalado por Cielo, un jaguar negro de dos años y 77 kilogramos, que lengüetea una y otra vez su cabeza, es algo común para tres millones de personas que alrededor del mundo siguen el sueño de libertad de la Fundación Black Jaguar White Tiger, a través de Instagram, la red social más popular para compartir fotografías y videos.

Eddy, como lo llaman sus amigos, inició en 2013 con el rescate de grandes felinos en situación de abandono o maltrato de una manera inesperada, cuando se cruzó en su camino el caso de una hembra de jaguar negro que había quedado huérfana tras la muerte de su madre durante las labores de parto.

Sin pensarlo, el empresario con una firma de social media en Los Ángeles, California, y estudios de Filosofía en la UNAM, decidió cambiar el destino de la cachorrita, que iba directo a una tienda de mascotas en Monterrey, dedicada a tomar fotografías con animales, a los que mantenía sedados para que posaran con los clientes.

Hasta ese momento Eduardo Serio sólo tenía experiencia con perros, pericos australianos y una tortuguita llamada Burocracia que tuvo durante su infancia, pero que a muy temprana edad le despertaron un sentimiento de respeto y amor por los seres que no tienen voz.

Con la llegada de la pequeña que fue bautizada, precisamente, Cielo, comenzó a recibir múltiples peticiones para que se hiciera cargo de otros ejemplares en desgracia, al grado que tuvo que tomar la decisión más importante de su vida: vender casi todo lo que tenía, incluida una fascinante colección de obras de arte, y emprender la aventura de abrir el Gran Santuario Mexicano Black Jaguar White Tiger en la zona montañosa del Ajusco, al sur del Distrito Federal.

La construcción de esta reserva de 37 hectáreas, con opción a seguir creciendo, fue de gran ayuda al entrar en vigor la llamada Ley de Circos Sin Animales, porque se convirtió en el nuevo hogar de leones, tigres, jaguares, pumas y leopardos que dejaron de ser negocio para sus dueños.

Actualmente en este sitio, donde a la entrada hay un letrero que advierte “estás ingresando a una tierra sagrada y debes comportarte a la altura”, viven 176 grandes felinos, 115 de ellos procedentes de circos, donde por años recibieron golpes y vejaciones para aprender las rutinas que provocaban los aplausos de un público que ignoraba todo lo que sucedía detrás del escenario, cuando se apagaban las luces de la carpa.

Las andanzas de Eddy con los integrantes de su manada son subidas a diario a Instagram y Facebook, donde igual se le puede ver dándole mamila a un cachorrito que jugando rudo con un majestuoso tigre de Bengala de más de 150 kilogramos, o trepado en los árboles al acecho con un imponente jaguar.

El éxito de lo que hago está basado en el amor y el respeto. Si yo tuviera miedo no me metería con ellos a jugar, aunque no es un asunto de valentía sino de sentido común por la relación que hemos establecido en estos años”, comentó.

La gran labor de Eduardo Serio, convertido a los 29 años de edad en el rock star de los animalistas, es reconocida y apoyada por celebridades de talla mundial, que en su mayoría han visitado el santuario, como Paris Hilton, Khloe Kardashian, Kendall Jenner, Backstreet Boys, Kellan Lutz; el presidente de la UFC, Dana White, y la campeona indiscutible de artes marciales mixtas, Ronda Rousey, así como Ariana Grande, Justin Bieber y Jonas Brothers.

La fundación vive de los donativos de las personas alrededor del mundo, vive del mucho o poco ingreso que mis negocios generan y vive, podríamos decir, aunque no soy católico, del Espíritu Santo; la existencia siempre provee”, afirmó.

La salud de los “niños” de Eddy, como él llama a sus grandes felinos, es vigilada y atendida por dos de los mejores veterinarios de México: Miguel Ángel Gómez Garza y Rafael Tinajero Ayala, exdirector del Zoológico de Chapultepec.

Vestido siempre de negro, porque dice que todo el día anda lleno de tierra y el color ayuda a disimular un poco lo sucio, Eduardo Serio se encuentra en la mejor etapa de su vida, porque para él no hay nada más sagrado que estar con sus animales, quienes por haber nacido en cautiverio es prácticamente imposible que puedan regresar a su hábitat natural.

Por eso considera que ellos están en este mundo para cumplir con una misión muy importante de educación ambiental, para que la gente entienda que no son mascotas, “son seres que sienten igual que nosotros”.

Yo les llamo mártires, porque a través de ellos, a través de su semilibertad, nos estamos educando nosotros y a la gente alrededor del planeta. Espero que ellos sean la última generación que viva en cautiverio”, manifestó.

Hombre que toma muy en serio el valor de la lealtad, Eddy tiene tatuada en el antebrazo izquierdo la palabra Pats (hermanos) en honor a Billy the Kid, quien aseguraba que las personas que contaran con dos o tres Pats tenían una buena familia, y Eduardo Serio tiene una buena familia con tres millones de seguidores que comparten su sueño en internet y 176 leones, tigres, jaguares, pumas y leopardos que llenan su existencia con amor, rasguños y una que otra mordida.

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