El dalái lama disipa dudas: sí habrá sucesor, según la tradición tibetana

El líder espiritual tibetano reafirma la continuidad de su linaje y pone en tensión al gobierno chino sobre el control de la reencarnación

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El dalái lama, con túnica azafrán y gafas, ofrece bendiciones con las manos levantadas desde su residencia en Dharamsala, India, durante una ceremonia espiritual realizada el 20 de diciembre de 2024, frente a un fondo decorado con motivos tibetanos tradicionales
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El dalái lama afirmó este miércoles que se designará un sucesor tras su muerte para asegurar la continuidad de su función como líder espiritual de la comunidad tibetana, en una declaración publicada con motivo de su 90 aniversario.

"Afirmo que la institución del dalái lama continuará", indicó en un mensaje leído en el monasterio de McLeod Ganj, la localidad india donde ha vivido exiliado desde su salida del Tíbet, bajo control de China, en 1959.

El dalái lama afirmó el miércoles que se designará un sucesor tras su muerte para asegurar la continuidad de su función como líder espiritual de la comunidad tibetana, en una declaración publicada con motivo de su 90 aniversario.

Su avanzada edad había generado preocupación por el futuro del liderazgo tibetano y por un posible intento de China de influir en su sucesión.

"Afirmo que la institución del dalái lama continuará", indicó en un mensaje leído en el monasterio de McLeod Ganj, la localidad india donde ha vivido exiliado tras su salida en 1959 del Tíbet, bajo control de Pekín.

La decisión es histórica no solo para los tibetanos sino también para sus seguidores en el mundo, que ven al dalái lama como un símbolo de la no violencia, la compasión y la lucha por la indentidad cultural tibetana bajo el mando chino.

Pero las autoridades chinas lo consideran un rebelde separatista.

Nacido el 6 de julio de 1935, Tenzin Gyatzo es la 14ª reencarnación del dalái lama.

Dijo haber recibido numerosos llamados en los últimos 14 años de la diáspora tibetana, budistas de la región del Himalaya, Mongolia y partes de Rusia y China "pidiendo que continúe la institución del dalái lama".

"En particular he recibido mensajes a través de diferentes canales de tibetanos en el Tíbet con el mismo llamado", dijo en un video divulgado al inicio de una reunión de líderes religiosos en McLeod Ganj.

Él y decenas de tibetanos han vivido exiliados en India desde que las fuerzas chinas aplastaron un alzamiento en la capital tibetana de Lahsa en 1959.

Muchos tibetanos exiliados temen que China designará un sucesor para fortalecer su control sobre el territorio que invadió en 1951.

Pero el dalái lama afirmó el miércoles que la responsabilidad de designar a su sucesor "recaerá exclusivamente" en el Ganden Phodrang Trust, el despacho del dalái lama en India.

Una decisión clave para el futuro del linaje

La afirmación del dalái lama sobre la continuidad de su linaje reviste gran relevancia, dado que en años recientes había planteado la posibilidad de que la institución concluyera con él. Su mensaje ahora disipa esa incertidumbre e implica que ya se han iniciado, o se iniciarán, los procedimientos para identificar a su sucesor, conforme a la tradición budista tibetana del tulkú, en la que se reconoce a líderes reencarnados.

El actual dalái lama, Tenzin Gyatso, es el 14º en una línea iniciada en el siglo XIV.

Tensión entre la tradición religiosa y el control político

El proceso de selección del próximo dalái lama ha sido motivo de tensiones políticas con China. Desde 2011, el gobierno chino insiste en que la reencarnación debe contar con su aprobación, mientras que el dalái lama y el gobierno tibetano en el exilio rechazan esa interferencia, al considerarla un asunto exclusivamente religioso.

El conflicto gira en torno a la posible existencia de dos candidatos rivales: uno reconocido por las autoridades religiosas tibetanas en el exilio y otro designado por Beijing, como ya ocurrió con el Panchen Lama, la segunda figura más importante del budismo tibetano.

Implicaciones espirituales y geopolíticas

Según el censo del gobierno tibetano en el exilio, la diáspora tibetana suma alrededor de 130,000 personas, mientras que se estima que cerca de seis millones de tibetanos residen en la Región Autónoma del Tíbet y zonas adyacentes bajo administración china.

La continuidad del dalái lama como figura espiritual podría tener implicaciones tanto religiosas como geopolíticas, especialmente en el contexto del control chino sobre el Tíbet y la relación entre el budismo tibetano y los derechos humanos en la región.