¿Cómo fue el funeral de la princesa Diana?

En medio de un ambiente de incertidumbre y desconcierto, se llevaron a cabo las exequias de Diana de Gales el 06 de septiembre de 1997.

La princesa Diana Spencer de Gales, también conocida como Lady Di, murió durante un choque de auto ocurrido en calles de la capital francesa el 31 de agosto. La versión oficial indicó que se trató de un accidente ocasionado por la alta velocidad a que era conducido el Mercedes S280, además de la presencia de alcohol en la sangre del chofer Henri Paul, quien también perdió la vida en el siniestro.

 

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Después de varios días de silencio, la familia real se unió al luto de los británicos ante la pérdida de Lady Di; la reina Isabel II apareció en cadena nacional del Reino Unido donde pronunció un mensaje en el que se refirió a Diana como “un ser humano excepcional y dotado de innumerables virtudes. Nadie que conoció a la princesa la olvidará nunca”, dijo. Hasta antes de emitir su mensaje, Isabel había permanecido en su residencia vacacional ubicada en Balmoral, Escocia.

 

 

Asimismo, la soberana inglesa envió una carta de condolencias a Mohammed Al-Fayed, padre de Dodi Al-Fayed, pareja sentimental de Diana, también fallecido en el accidente automovilístico de París, según anunció el portavoz del magnate egipcio.

EL FUNERAL

Al acto multitudinario acudieron miles de personas para despedir a la princesa Diana, quienes inundaron el espacio público con flores, fotografías y otros obsequios en honor a una de las mujeres más populares del siglo XX, al mismo tiempo de controvertida que con su irreverencia cambió la imagen de la corona inglesa desde el comienzo de su fallido matrimonio con el príncipe Carlos de Gales, principal heredero al trono de del Reino Unido.

 

 

Otros cientos de miles de personas abarrotaron el Hyde Park y Regent’s Park, dos de los parques reales más importantes de Inglaterra, para observar la transmisión del evento póstumo en pantallas gigantes instaladas en el lugar.

 

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El féretro de la princesa Diana fue guiado por una guardia de honor, así como una escolta ecuestre del reino de Gales, mientras que seis caballos irlandeses de la guardia real jalaban la cureña -un tipo de carro de madera utilizado para montar y transportar cañones de artillería- en que era transportado el ataúd con los restos de la princesa cubierto con la bandera de la casa de Windsor.

 

 

Según informó Excélsior, a través de su servicio de información internacional, en su edición del 07 de septiembre de 1997, “sobre el féretro iban tres coronas de lirios, una por su hermano el conde Spencer, y los otros dos por el príncipe Guillermo y el príncipe Harry. Sobre una de las coronas iba una tarjeta que decía “Mamita””.

La bandera de la Gran Bretaña ondeó a media asta en el palacio de Buckingham ante la vista de la Reina Isabel II quien observó la partida del cortejo con tintes de protocolo de estado con la presencia del pueblo. La procesión comenzó a avanzar, solo podían escucharse sollozos, gritos y uno que otro aplauso. El silencio dominaba la escena entre la multitud. Los asistentes lanzaban flores ante el paso del féretro.

“Mientras pasaba el cortejo por el Palacio de Buckingham minutos antes, la reina Isabel II, su hermana la princesa Margarita y el resto de la familia real, de negro riguroso, se reunieron frente al palacio para ver pasar el féretro”, se puede leer en las páginas de Excélsior.

 

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Por su parte, los hijos de Diana, Guillermo y Harry, acompañados de su padre, el príncipe Carlos de Gales, el príncipe Felipe de Edimburgo y el príncipe Carlos Spencer, hermano de Diana, se unieron al recorrido a pie del cortejo fúnebre que partió del Palacio de Kensington hasta la abadía de Westminster, a través de las enlutadas calles londinenses, en una caminata de 5 kilómetros.

 

 

Amigos y familiares de la princesa se sumaron durante la comitiva para caminar detrás del féretro, entre quienes se encontraban más de 100 representantes de todas las organizaciones humanitarias apoyadas por Lady Di durante su labor caritativa realizada en vida.

EN LA ABADÍA

Después de casi una hora de recorrido, el féretro llegó a la abadía de Westminster. Comenzó a resonar el órgano del recinto religioso con las notas del himno nacional inglés, después el coro de la iglesia entonó las oraciones fúnebres de tradición, mientras el féretro era cargado hasta el principal montículo sagrado.

Entre los principales asistentes a la ceremonia funeraria, se encontraban diversas personalidades internacionales del mundo político y artístico, entre quienes destacaron la primera dama de Estados Unidos, Hillary Rodhman Clinton, los cantantes George Michael, Luciano Pavarotti y Elton John, este último buen amigo de la princesa.

 

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Otros importantes personajes reunidos en el funeral fueron los exministros británicos Margaret Tatcher, John Major, Edward Heath y Leonard James Callaghan, así como el nieto del emblemático Windston Churchill del mismo nombre, entre otros miembros de la familia real y representantes de casi todos los países en el mundo. Por su parte, Mohammed Al-Fayad se encontraba sentado al interior del recinto religioso con un semblante de profunda tristeza.

 

 

El revendo, decano de la abadía, Wesley Carr fue el encargado de oficiar la misa fúnebre. Una vez concluido el sermón ofrecido durante la ceremonia religiosa, las hermanas de Diana, Sara McCorquodale y Jane Fellowes hicieron uso de la palabra. Entre cantos y reverencias, el entonces ministro británico, Tony Blair, tomó el estrado para refrendar el luto de la casa real ante la pérdida de Lady Di.

Posteriormente, Elton John quien modificó una de sus principales piezas musicales ‘Candle in the wind’, convirtiéndola en ‘Goodbye England's rose’, se hizo presente con su piano para interpretar la emblemática melodía. Uno de los momentos más emblemáticos del homenaje luctuoso.

EL DISCURSO FINAL

Entonces el hermano de Diana, Carlos Spencer, pronunció un duro discurso en contra de la monarquía británica encabezada por Isabel II, al afirmar que Diana era “alguien con nobleza natural… que probó en el último año que no necesitaba un título real para generar su particular clase de magia”.

La interpretación del himno nacional de Gales por parte del coro puso fin al servicio religioso en honor de Diana de Gales. Cabe señalar que la ceremonia se caracterizó por la ausencia de la familia real española.

 

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Finalmente, el féretro de Lady Di fue retirado de la abadía donde se ofreció un minuto de silencio ante el resonar de las campanas. Una vez afuera se colocó en un automóvil para ser trasladado a la finca de su familia. Los restos de la princesa fueron depositados en la Isla enclavada en las propiedades de la casa Spencer a la mitad de un lago ornamental en Althorp Park, Inglaterra.

 

 

Después de ese día, la leyenda de Lady Di cobró relevancia internacional y las teorías comenzaron a surgir. La figura de Diana ha sido objeto de inspiración para canciones, películas, libros, así como miles de artículos académicos e investigaciones periodísticas sobre su vida, su legado y, sobre todo, los misterios que esconde su fallecimiento. Para muchos, nunca dejó de ser la princesa.