Nicolae Ceausescu, símbolo de la tiranía; a 100 años de su natalicio

Él fue uno de los peores dictadores en la historia europea

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CIUDAD DE MÉXICO.

Nicolae Ceausescu es difícil de olvidar, sobre todo para Rumania, pues quien estuviera a cargo de ese país por casi 25 años es famoso por un régimen represivo y repleto de abusos. Este dictador cumple hoy 100 años de haber nacido.

Ceausescu es originario de Scornicesti, de una familia de campesinos. Las reglas de su padre, un extremista religioso, abusivo y estricto, hicieron que escapara a Bucarest y se convirtiera en aprendiz de zapatero.

A los 14 años, Nicolae se convirtió en miembro activo, en 1932. Sin embargo, debido a su corta edad sólo le daban cargos pequeños. Fue encarcelado varias veces y durante su estancia en uno de los campos militares donde estuvo preso conoció a Gheorghe Gheorghiu-Dej, quien lo adoptó como su protegido.

Cuando Gheorghiu-Dej gobernó, Ceausescu se desempeñó como Ministro de Agricultura y como viceministro de las Fuerzas Armadas. Ascendió al poder en 1967, luego de que Gheorghiu-Dej murió.

Según el Panam Post, su gobierno se basaba en un modelo socialista que gozó inicialmente de un sentimiento nacionalista, debido a dos momentos clave: en 1968 condenó la invasión rusa en Checoslovaquia y en los años 70 fungió como intermediario en la crisis árabe-israelí. Esto le dio gran prestigio internacional.

Durante su mandato buscó terminar con la deuda externa implementando un programa de austeridad. Además, su reordenación territorial que eliminó barrios enteros, dejando sin casa a miles de familias, se basaba en “valiosas indicaciones” que él daba. 

También fue famoso por sostener un estado policial de corte estalinista con la Securitate, una de las agencias secretas más brutales del mundo.

Mientras tanto, Ceausescu alimentaba la corrupción y el nepotismo, monopolizaba los cargos más importantes en torno a su familia y vivía en la opulencia (en Palacio del Parlamento de Bucarest, uno de los más grandes y lujosos) según un texto de Israel Viana del diario español ABC.

La inconformidad fue tal, que el 22 de diciembre de 1989 cientos de rumanos armados irrumpieron en el Comité Central de Bucarest, sede impenetrable del poder comunista, tan sólo para anunciar el final de la dictadura, el 25 de diciembre, con la  ejecución del mandatario y su esposa bajo los cargos de “genocidio y daño a la economía nacional”.