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La alianza Vietnam-EU es contra China

El presidente Obama levantó un embargo de armas al país asiático con la finalidad de potenciar a los enemigos cercanos de Pekín

José Carreño Figueras | 31-05-2016

CIUDAD DE MÉXICO.

Hace medio siglo Estados Unidos fue protagonista de una intervención militar en Vietnam que dejó más de 50 mil bajas en las fuerzas armadas estadunidenses y hasta 1.4 millones de muertos vietnamitas, entre combatientes y civiles.

Hoy sin embargo se han convertido en aliados entrañables que colaboran en temas que van del comercio a la seguridad o la ecología.

“Hace medio siglo (...) nunca hubiéramos imaginado que nuestro país trabajaría un dia con el gobierno en Hanoi...” escribieron en The New York Times tres notables veteranos estadunidenses de la guerra en Vietnam: John Kerry, ahora secretario de Estado, el senador republicano John McCain y el exsenador demócrata Bob Kerrey.

El acercamiento no es nuevo. Lleva 20 años en desarrollo y Barack Obama, que estuvo en Hanoi la semana pasada, es el tercer Presidente estadunidense que visita Vietnam. Los anteriores fueron el demócrata Bill Clinton (1992-2000) y el republicano George W. Bush (2000-2008).

Durante su visita a Hanoi, Obama anunció el final de un embargo para que Vietnam pueda adquirir armas estadunidenses, en una muestra de apoyo que llevaba una dedicatoria específica: China.

El acuerdo es mucho más que simbólico y tiene muchas aristas.

“En mi opinión, los chinos todavía no son una significativa amenaza militar, en el mundo o en la región. Pero al mismo tiempo su intención es incrementar sus capacidades y Estados Unidos deben planear de acuerdo con eso”, afirmó George Friedman, un influyente especialista en geopolítica.

“La geografía dicta que Estados Unidos deben encontrar aliados que tengan significativas disputas con China y necesiten respaldo para enfrentar una amenaza potencial”, agregó.

Aliados y enemigos

De hecho, la historia de Vietnam y China es de rivalidades, tanto que la última guerra entre los dos países ocurrió en 1979, pocos años después del final de la intervención estadunidense que China ayudó a combatir, como uno de los principales proveedores de armas del gobierno del entonces Vietnam del Norte.

Pero ese es un hecho que no importa –ni a unos ni a otros por cierto–.

Parecería que los imperativos de la geopolítica se han impuesto para unos y otros, pero no tanto como para ignorar que en el seno del gobierno de Vietnam hay lo que algunos definen como una facción conservadora pro-China, que mantiene vínculos con el poderoso vecino.

Sin embargo, el sector partidario de una mayor apertura económica y vinculación con el mundo, bajo la dirección del Partido Comunista, parece haber tenido mas éxito durante los últimos 20 años.

De acuerdo con el análisis de la revista The Diplomat, especializada en temas de Extremo Oriente, “el partido está aguda y ampliamente al tanto de que necesita continuar con elevadas tasas de crecimiento y mayor prosperidad si ha de frustrar la creciente disensión doméstica y los desafíos a su autoridad”.

Más aún, al margen de cambios de personal en el liderazgo, añadió, “Vietnam está decidido a continuar su rumbo hacia una economía más abierta, competitiva y una más “diversificada” (léase menos dependiente de China) postura de política exterior”.

Y otra vez, el tema de la geografía política no puede ser ignorado.

De hecho, hasta la colaboración para ayudar a Vietnam a salvar el delta del Rio Mekong, al ayudar a crear una iniciativa para administrar el ecosistema y lidiar con los efectos del cambio climático tiene un mensaje político dirigido a China: el Mekong, el cuarto río mas grande de Asia, nace en China, pero su curso –y su caudal– afecta a Birmania, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam, donde está su desembocadura.

China y tiene actualmente la capacidad de regular el flujo de aguas del Mekong y poner en graves problemas a sus vecinos, algo que los países en cuestión reconocen y ven con evidente recelo.

China es una nación que tras lo que algunos de sus historiadores califican como “el siglo de la vergüenza”, el 19, se vió en un prolongado periodo de guerras civiles y tras la consolidación del régimen comunista en la década de 1950 comenzó una larga marcha que culminó en los 90 con el inicio de una etapa de masivo desarrollo económico acompañado de un incremento de su poder militar.

La consecuencia inmediata es la necesidad de proteger sus fronteras y sus líneas de comercio internacional, que considera como dominadas por Estados Unidos y que pasan por los estrechos en el Mar del Sur de China, donde hay reclamos de soberanía de media docena de naciones, incluso Vietnam, Filipinas, Brunei, Malasia y Taiwán.

El camino elegido por China ha sido hacer valer sus reclamos históricos a través de medidas de fuerza, como la ampliación artificial de islotes el archipiélago de las Spratly para construir puertos, pistas de aterrizaje, sistemas de radar, edificios y barracas. Fortificaciones similares se han visto en otras islas reclamadas por China, como las Paracelso.

“Vistos desde Pekín, éstos no son temas de política exterior china. Bajo la ley china, la mayor parte del Mar del Sur de China es parte de la provincia de Hainan –un lago chino de hecho”, señaló la influyente revista The Diplomat.

Pero desde el punto de vista de los otros países, son medidas de fuerza que sólo pueden ser balanceadas mediante la asociación con Estados Unidos, que a su vez encuentra conveniente la alianza.

“Para Estados Unidos, los países que están en la región y por tanto no pueden escapar al peligro son los mejores aliados... Vietnam no va a ningún lado y su temor de China –y el temor chino sobre Vietnam– es de largo tiempo. Por tanto, mientras más fuerte sea Vietnam mejor para Estados Unidos”, afirmó Friedman.

Para el analista, con el acuerdo de vender armas a Vietnam, Estados Unidos abrió la puerta a una amenaza aumentada contra China en su flanco sur, o en el peor de los casos a la posibilidad de colaborar con Vietnam para sujetar a China en el sur.

La alianza de conveniencia es fruto de otros factores, también.

El último medio siglo ha reducido la enemistad entre Estados Unidos y Vietnam, que aun bajo el régimen comunista protagoniza una apertura económica que ha permitido el establecimiento de maquiladoras, un turismo creciente y un comercio que pasó de 450 millones en 1996 a  unos 45 mil millones en 2015.

De hecho, según los veteranos Kerry, McCain y Kerrey, un medio millón de estadunidenses visita Vietnam al año, hay 19 mil estudiantes vietnamitas en universidades estadunidenses y alrededor de 1.5 millones de vietnamita-estadunidenses, muchos de ellos refugiados que llegaron a la caída de Vietnam del Sur.

Más aún, el Politburó (Oficina Política) del Comité Central del Partido Comunista Vietnamita incluye a dos exbecarios de la Institución Fulbright, que ahora establecerá una universidad en Vietnam encabezada por Kerrey.

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