86 años de Magazine de Policía, donde el misterio y el delito cobraron vida 

Desde su surgimiento en el último tramo del siglo XIX, la información policiaca se convirtió en parte fundamental de los periódicos a nivel nacional

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Corría la década de 1930 en la Ciudad de México, durante los primeros días de enero de 1939 comenzó a circular el primer número de la revista Policía, uno de los suplementos de Excélsior dedicado a la nota roja. 

Desde su surgimiento en el último tramo del siglo XIX, la información policiaca se convirtió en parte fundamental de los periódicos a nivel nacional. En el caso de Excélsior, con el paso de sus primeros años de vida comenzaron a aparecer las primeras notas rojas, principalmente relacionadas con riñas y asesinatos.

Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, las necesidades informativas dieron un giro drástico en el amplio sector de los lectores de diarios y semanarios. La noticia adquirió un dinamismo propio de tomar en cuenta por las diferentes empresas periodísticas.

Prueba de ello fue la creación de Últimas Noticias de Excélsior (Primera Edición) en enero de 1936, con la intención de ampliar la agenda noticiosa de Excélsior. Posteriormente, en septiembre de 1939, se ideó el complemento de Últimas Noticias (Segunda Edición), este comenzaba a circular por la tarde, tenía la misión de informar sobre los detalles más relevantes del conflicto internacional.

Un arranque contundente

El 2 de enero de 1939 se publicó el primer número de la revista Policía de Excélsior, “Vacaciones de muerte” resaltó el encabezado de la portada, se trataba del relato de un dramático caso del descarrilamiento de un tren que se dirigía a Veracruz; a bordo se encontraban Lupe y Luis, una pareja de jóvenes.

Poco antes de llegar a su destino, el tren se tambaleó inesperadamente, el movimiento provocó que varios vagones, incluido en el que viajaba la pareja se descarrilaran de forma violenta. El estrepitoso colapso dejó como saldo un amplio número de lesionados y fallecidos, entre ellos Lupe, cuyo cuerpo nunca pudo ser identificado debido a la severidad de los golpes. 

La narración del episodio verídico fue presentado con un lenguaje literario que resaltó los aspectos dramáticos del accidente. Además, se incluyeron fotografías que ilustran como pudo haber ocurrido el percance. 

En su columna de bienvenida, la publicación periódica estableció su labor social en favor de señalar y destapar a los criminales que atormentaban las calles en aquel momento. En esa misma página, se muestra la fotografía de un hombre que corresponde a William Clarck, quien ostentaba hasta ese momento el título del hombre con más tatuajes, cuyo costo había oscilado en unos dos mil pesos; obra de un artista japonés.

Por aquellos años, las personas con tatuajes eran catalogadas como “precriminales”, lo que refleja los prejuicios morales de la época, un atributo presente en la Policía a través de sus más de treinta años de vida.

De ese modo, se da el lanzamiento de la revista Policía, que poco después pasaría a llamarse Magazine de Policía. Bajo el lema “Señalar a las lacras de la sociedad es servirla”, el hebdomadario editado por Excélsior, pronto se posicionó en el gusto de los lectores. Cada martes abordaba los temas oscuros de la ciudad. 

Por un costo de 10 centavos de la época, se tenía al alcance los pormenores de los sucesos que marcaban el día a día de la vida pública. Se caracterizaba por su doble portada, además brindaba un adelanto del contenido que aparecería en el siguiente número acompañadas de imágenes sugerentes.

La última canción

Las primeras páginas interiores contenían un crucigrama de temática policiaca. Lo acompaña en la siguiente plana el caso de un cantante de cantinas, luego de una riña con otros de sus colegas, el cancionero llamado Oswaldo Pérez, fue privado de la vida de una puñalada en el pecho.

La nota aparece firmada por Demetrio (Medina Estrella), el primer director de la recién aparecida revista de nota roja. Él, un constante reportero de las páginas de Excélsior, fue el encargado de dirigir la publicación periódica encargada de perseguir la información policiaca.

Asesinatos, robos, prostitución, drogadicción, corrupción, crímenes pasionales, desnudos, y hasta vampirismo, formaba parte del contenido explícito. Considerada pionera en el género policiaco por excelencia, se unió a los suplementos de la familia Excélsior (Revista de Revistas, Jueves de Excélsior, Últimas Noticias, Ja-Já!) como uno de los semanarios consentidos entre los lectores.

A lo largo de tres décadas, estableció un importante vínculo con su público gracias a las minuciosas investigaciones realizadas por sus reporteros, quienes salían a las calles en búsqueda de las noticias; aportaban datos relevantes para las investigaciones policiacas en curso.

Destacó por sus series especiales de toreros muertos, policías corruptos, asesinos seriales, reportajes sobre las condiciones de las penitenciarías, magnicidios, eventos paranormales y otros relatos de interés general.

En su libro Los mil y un velorios, Crónica de la nota roja en México, Carlos Monsiváis escribe sobre Magazine de Policía, “en la década de 1930 la primera revista de éxito es Magazine de Policía de Excélsior, que dura hasta 1969, y que en relación a lo que sigue es un semanario discreto o, por lo menos, no solicita emociones crispadas”.