Medio siglo de cultura underground; un cincuentenario más vivo que nunca

El imponente complejo arquitectónico bautizado como “palacio de cristal”, estaba destinado a alojar exposiciones internacionales industriales y de arte de las que México sería anfitrión

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Vista frontal en contrapicada de la fachada del Museo Universitario del Chopo, con su estructura metálica de estilo art nouveau y detalles de cristal, diseñado por el arquitecto alemán Bruno Möhring. La imagen muestra el letrero dorado del museo y parte de su torre, bajo un cielo parcialmente nublado.
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Imagen de una sección de la exposición “Era un árbol y se convirtió en un bosque” dentro del Museo Universitario del Chopo, con carteles conmemorativos del aniversario y elementos visuales que remiten a la historia del recinto. Al fondo se observan otras piezas y el montaje curatorial en tonos verde y blanco.
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Cartel en blanco y negro con ilustraciones satíricas que anuncian el Museo Universitario del Chopo. En el centro se muestra la fachada del museo rodeada de personajes, vehículos y actividades culturales como teatro, títeres y música, acompañado del mensaje “Donde ya no está el dinosaurio”, en alusión a su pasado como museo de historia natural.
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Cartel en blanco y negro de la IV Muestra de Verano 1984 de Teatro Estudiantil organizada por la UNAM y presentada en el Museo Universitario del Chopo. La imagen muestra un diseño gráfico con un lápiz y una figura teatral, destacando el impulso del museo a las expresiones escénicas juveniles y alternativas desde hace décadas.
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Pintura al óleo de una mujer semidesnuda sentada sobre una pila de libros rojos, mordiendo con desesperación una cuerda. La obra forma parte de la exposición conmemorativa del 50 aniversario del Museo Universitario del Chopo y representa una visión crítica sobre la opresión, el conocimiento y la resistencia cultural.
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Vista general de una sala de exhibición del Museo Universitario del Chopo, con decenas de obras enmarcadas colgadas en muros oscuros. La sala presenta una curaduría diversa con piezas gráficas, ilustraciones, fotografías y pintura contemporánea como parte de la exposición por el 50 aniversario del recinto cultural.
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Panel fotográfico con imágenes en blanco y negro del antiguo Museo de Historia Natural, ubicado en el edificio del actual Museo Universitario del Chopo. Las fotos muestran esqueletos de dinosaurios, mamuts y vitrinas científicas, reflejo de la vocación museística original del recinto durante el primer tercio del siglo XX.
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Obra textil que representa un plano del Museo de Historia Natural cuando estaba ubicado en el edificio del actual Museo Universitario del Chopo. La pieza incluye animales como mamuts, reptiles, peces y aves, bordados en retazos de tela y dispuestos sobre el croquis museográfico original, con una serpiente tridimensional decorando el marco.
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Fotografía de una vitrina museográfica con objetos de archivo del Museo Universitario del Chopo, como documentos, piezas de vidrio, postales antiguas y una imagen de la antigua fachada del museo. Encima se coloca un títere de aspecto animal, aludiendo a la historia escénica del recinto y su vocación cultural incluyente.
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El Museo Universitario del Chopo celebra su 50 aniversario con una exposición retrospectiva que retrata la historia del recinto desde los tiempos del porfiriato hasta su consolidación como un espacio central de la subversión y contracultura.

El edificio, obra del arquitecto alemán Bruno Möhring, está construido de acero fundido en la ‘Mina de la buena voluntad’, Alemania, además, contiene componentes de madera y cristal que pertenecen al estilo arquitectónico art nouveau proveniente del país teutón.

El imponente complejo arquitectónico bautizado como “palacio de cristal”, estaba destinado a alojar exposiciones internacionales industriales y de arte de las que México sería anfitrión.

En los primeros años del siglo XX el inmueble albergó una exposición artística en Dusseldorf, Alemania. Un año más tarde, la estructura pasó a formar parte de la Compañía Mexicana de Exposición Permanente, propiedad de José Landeros y Coss.

La estructura del pabellón fue desmontada y trasladada a tierras mexicanas hasta llegar a la estación Buenavista de la capital para ser erigida muy cerca de ahí en la recién nacida colonia Santa María la Ribera. 

Luego de que la empresa de Landeros y Coss desapareciera, la edificación quedó en abandono hasta que en 1909 fue utilizada para una muestra de arte textil japonesa como parte de las fiestas del centenario de la Independencia de México impulsadas por el entonces presidente Porfirio Díaz. 

En 1913 se convirtió en la sede del Museo Nacional de Historia, uno de los más importantes de su tipo en Hispanoamérica de su época. Entre piezas más preciadas se encontraba la réplica de un esqueleto de dinosaurio de la especie Diplodocus Carnegii, que fue donada a México por la viuda del empresario industrial estadounidense, Andrew Carnegie, en 1926. 

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Imagen de la réplica de un dinosaurio de la especie Diplodocus Carnegii exhibida en la exposición del 50 aniversario del Museo Universitario del Chopo. La pieza remite al periodo en que el recinto albergaba el Museo de Historia Natural, antes de su reconversión en centro de arte contracultural por parte de la UNAM.

El lugar comenzó a conocerse como “El Chopo”, por estar ubicado en la calle que antiguamente llevaba ese nombre donde existía una especie de árbol conocido como álamo blanco. El 24 de octubre de 1964 se inauguró el Museo Nacional de Historia Natural en Chapultepec, parte de la colección del Chopo se trasladó al nuevo recinto. La emblemática obra de Möhring volvió a quedar en el olvido durante varios años.

A 50 años de redención

Finalmente, gracias a la labor de rescate de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el 25 de noviembre de 1975, el espacio se convirtió en el Museo Universitario del Chopo: una entidad dedicada a la difusión de expresiones contraculturales y el arte undergroud.

Ha sido sede de innumerables conciertos, obras de teatro, funciones de cineclub, exposiciones y todo tipo de eventos relacionados con las diferentes escenas de resistencia artística. Además, personalidades como Elena Urrutia o Ángeles Mastretta, han dirigido el museo e impulsado el legado de la cultura alternativa.

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Fotografía de una sección de la exposición del Museo Universitario del Chopo con obras gráficas enmarcadas y una gran fotografía central de un joven con camiseta de la Virgen de Guadalupe. Las piezas exhibidas abordan temas de identidad, cuerpo, género y cultura urbana como parte del enfoque diverso del museo en su 50 aniversario.

En la antesala de su 50 aniversario, la exposición “Era un árbol y se convirtió en un bosque”, busca conmemorar la vida de uno de los inmuebles emblemáticos de la Santa María la Ribera. 

El proceso curatorial colectivo conformado por Sofía Castillo, Israel García, Carlos Gasca, Sol Henaro y Karol Wolley, desarrolló un trabajo de investigación documental a través de acervos incluido el conservado por el propio Chopo.

En entrevista para Excélsior, Karol Wolley, del equipo curatorial, explicó lo siguiente: “Nos percatamos que no teníamos tanto interés en hacer una exposición cronológica que fuera de inicio a fin en un sentido lineal, sino más bien ubicar algunas nubes de pensamiento y de acción que han cruzado estos 50 años del museo”.

Y ahondó acerca de la transición de Museo de Historia Natural al actual Museo Universitario del Chopo, “no queríamos dejar este periodo afuera de la exposición porque sí nos parecía importante traerlo al presente, sobre todo, por la memoria y el legado que ha dejado en la actualidad. A partir de ahí, tratamos de plantear reflexiones formales y contextuales en torno a lo que ha sido el museo en toda su trayectoria”.

Desde su fundación en 1976, ha visto nacer proyectos como el tianguis cultural del Chopo, que a lo largo de la década de los 80 se ha consolidado como un lugar de acercamiento de la música hacia los jóvenes a través de diferentes géneros como el rock o el punk.

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Imagen del muro de exhibición que muestra el "Manifiesto Rupestre", texto central del movimiento artístico alternativo promovido en los años 80, incluido como parte de la exposición por el 50 aniversario del Museo Universitario del Chopo. Acompañado por dos carteles enmarcados con estética punk y contracultural.

“El museo siempre ha sido juez y pionero en albergar prácticas que en su momento eran consideradas marginales o periféricas, y ese fue el caso del rock en los años ochenta, una manifestación artística muy vinculada a la rebeldía de los jóvenes. Eso nos deja recalcar el concepto de este espacio como centro social y cultural”, detalló la especialista.

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Imagen de una instalación artística con fanzines colgantes y fotografías en blanco y negro del tianguis cultural del Chopo. La pieza forma parte de la exposición por el 50 aniversario del Museo Universitario del Chopo y representa la memoria visual del movimiento juvenil, underground y autogestivo en la Ciudad de México.

A través de piezas como animales disecados, una réplica del famoso dinosaurio del antiguo Museo de Historia Natural, fotografías, recortes periodísticos, obras de arte, además de posters y discos, la propuesta exhibe un recuento del acontecer cultural de medio siglo del pasado y el porvenir.

El recorrido finaliza con la recreación de un centro de documentación en la que los visitantes pueden consultar una serie de libros y documentos relacionados con la historia del museo. “Nos parecía pertinente cerrar la exposición con el centro de documentación para que el público tenga disponible ahí la información y pueda generar sus propias texturas, como una ventana para consultar y ampliar la información”, concluyó Wolley. 

La muestra puede visitarse de miércoles a domingo en un horario de 11:30 horas a 18:00 horas; los miércoles la entrada es gratuita y el precio regular es de 20 y 40 pesos. Permanecerá hasta el 7 de diciembre de 2025 en el Museo Universitario El Chopo ubicado en la calle Dr. Enrique González Martínez 10-P. B, Santa María la Ribera, alcaldía Cuauhtémoc, CP 06400, Ciudad de México.