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Expresiones

Joya nacida de un sueño, Casa Museo Guillermo Tovar de Teresa

La Fundación Carlos Slim compartirá a partir de hoy el acervo de pinturas, fotos, mobiliario y libros antiguos que pertenecieron al célebre cronista mexicano

Virginia Bautista | 20-12-2018

CIUDAD DE MÉXICO.

Una colección irrepetible. Las más de mil piezas que integran el acervo del historiador y bibliófilo Guillermo Tovar de Teresa (1956-2013), entre pinturas, esculturas, fotografías inéditas, muebles antiguos y tapices —además de los 20 mil volúmenes de 13 mil títulos que alberga su biblioteca—, podrán ser admiradas por los mexicanos a partir de hoy de manera gratuita.

Estos tesoros y joyas, adquiridos de manera selecta por el promotor y defensor del patrimonio cultural a lo largo de su vida, ubicados exactamente como él los dejó en su mansión del número 52 de la calle Valladolid, en la colonia Roma, darán vida a la Casa Museo Guillermo Tovar de Teresa que inauguran hoy, a las 19:30 horas, el empresario Carlos Slim y la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero.

Esta casona porfiriana, adquirida en 1995 en estado ruinoso por el melómano y cinéfilo, que fue, tras ser cuidadosamente restaurada, su última estación de vida, su morada y refugio, se convertirá en la tercera sede del Museo Soumaya después de que hace unos meses fue adquirida, junto con la colección, por la Fundación Carlos Slim.

Es un acervo de primer orden en un espacio muy atractivo. Se trata de un proyecto interesante que inicia los festejos por los 25 años del Museo Soumaya. Pero todos los detalles los dará a conocer el ingeniero Slim la noche del jueves (hoy)”, comentó Alfonso Miranda, director del recinto.

Estudioso del Virreinato, del Segundo Imperio y del Porfirismo, Guillermo Tovar “era un coleccionista múltiple”, explica en entrevista con Excélsior Fernando Tovar y de Teresa, hermano del reconocido cronista, quien detalla que su familia está “muy satisfecha” de que este legado haya quedado en manos de Carlos Slim, quien, “además de ser muy sensible al arte, fue durante décadas amigo cercano de Guillermo; no había mejor opción”.

El magistrado cuenta que la historia de la casa-museo comienza, desafortunadamente, a raíz de la muerte de su hermano, el 10 de noviembre de hace cinco años. “En ese momento, Rafael Tovar, mi hermano aún en vida, y yo, llegamos a la casona, que Guillermo mantenía impecable, y nos dimos cuenta de que el proceso de organizar lo que había en términos de documentos y obras de arte requería un trabajo enorme. Era como encontrarse de golpe con las piezas de un gran rompecabezas en el suelo, pero sin tener una caja para entender cómo se acomodaba todo”.

Fernando Tovar, presidente de la Séptima Sala del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, narra que entraron en contacto con la representación en México de una casa de subastas. “Acordamos que nos ayudarían con su experiencia a organizarnos, a construir lo que luego fue el gran mapa de esa casa. Nos dijeron cómo lograr un orden en el proceso inicial de inventario, cómo tener localizable cada pieza de una manera sencilla y cómo crear un catálogo por género o tipo de obra”.

Añade que esto los llevó con distintos especialistas, que fueron construyendo un primer acercamiento, el catálogo inicial, cuyas cifras compartió. “Entendimos que no bastaba con ellos, sino que debíamos acudir a los expertos. Se recurrió a la librería más importante de Madrid, para que revisaran los libros antiguos y raros que había que clasificar con el mayor detalle posible”.

El abogado señala que, una vez con los inventarios, “que nos dio una idea del valor del acervo”, se acercaron al ingeniero Slim.

Él conocía a detalle la casa de Guillermo. Fue fácil, por su sensibilidad al tema, que entendiera que esta casa podía ser un museo completo; que no es la suma de las piezas, sino una colección irrepetible, incluso en el siglo XXI”.

VALOR, MÁS ALLÁ DE LO ECONÓMICO

Sin especificar el valor monetario de la colección ni el monto en que fue adquirida por la Fundación Carlos Slim —“al margen del valor económico, lo importante es la suma de objetos de extraordinaria calidad”—, Fernando Tovar destaca que reúne muchas joyas, lo mismo retratos del pintor Hermenegildo Bustos  (1832-1907) y álbumes de fotógrafos franceses del siglo XIX, que la colección completa de los libros de Sor Juana Inés de la Cruz y muebles enconchados o esculturas y marcos coloniales.

Sin olvidar que en la casa-museo también se podrá consultar el archivo personal del autor de 39 libros. “Tenía decenas de miles de fichas que elaboró durante toda su vida, cajas con documentos, la carta de enero de 1969 en la que lo designaron consejero de la Presidencia de la República cuando tenía 11 años, ensayos sobre arte que hizo en la secundaria y sus premios y reconocimientos”.

La casa reúne, además del vestíbulo, el comedor, la biblioteca, la recámara y el patio-jardín, tres salas: amarilla, roja y azul. “Tras subir escalones de mármol, un extraordinario espejo de herencia veneciana fabricado en 1817, en Amozoc, Puebla, multiplica la luz y el área de la estancia”, se describe en el catálogo dedicado a la casona, cuyo acervo ha sido digitalizado para consultarse sin costo desde el Museo Soumaya de Plaza Carso.

El sueño de Guillermo era compartir sus colecciones con los mexicanos y éste se ha hecho realidad”, concluye Fernando Tovar y de Teresa.

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