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'No rotundo a eutanasia de animales discapacitados': Car-can

Javier Herrera, creador de sillas de rueda para mascotas, tardo año y medio para desarrollar el primer prototipo que patentó como modelo de utilidad

Selene Alonzo Romero / Fotos: Car-Can | 09-08-2016
Foto: Facebook Car-Can

CIUDAD DE MÉXICO

En Car-Can se sienten muy a gusto porque han pasado por sus instalaciones, ya más de tres mil quinientos perros. "El año pasado festejamos que pusimos la silla tres mil", recordó Javier Herrera, veterinario y director del Car-Can.

Javier tardó año y medio, entre investigaciones y pruebas, para desarrollar el primer prototipo de silla de ruedas para perros. Herramienta que patentó en México como modelo de utilidad y no como invención.

En países como Estados Unidos y España existía ya, desde hace varios años, un prototipo funcional para las mascotas, sin embargo, en México, Javier sería el pionero en la fabricación de un modelo base que modificaría y diseñaría a su propio estilo.

Un pastor alemán con displacía de cadera, mascota de unos amigos que vivían en Oaxaca, fue la inspiración del veterinario, quien gracias a las habilidades manuales que había desarrollado, se aventuró a crear un artefacto que le brindaría una mejor calidad de vida a la mascota.

 

Encontrar los materiales para construir una herramienta inexistente en México fue todo un reto, recordó Javier, quien explicó que en un principio utilizaba las ruedas de aquellas carriolas que encontraba en mercados de fin de semana, incluso de patines, patinetas o diablitos.

Alguna vez andaba yo en el Zócalo, y me fijé en los banquitos que usa la gente para sentarse, los transportables, si esa persona esta sentada ahí y la loneta resistía y no se rompía, la podría usar yo sí buscará... Encontré entonces un lugar donde lo vendían, negro y rojo", agregó Javier sobre cómo fue que comenzó el proceso de búsqueda del material para crear las sillas. "Caminando y buscando fui localizando".

A diferencia de un inicio, donde algunos de los materiales como las llantas eran remozados para su utilización, hoy en día broches, llantas y correas son nuevos y de excelente calidad.

¿Cómo obtengo una silla de ruedas?

Las sillas de ruedas de dos o cuatro puntos no son las únicas herramientas de apoyo para las mascotas, Car-Can ha desarrollado además otras prótesis para aquellos animales a quienes les falta alguna porción de miembro y ortesis, tal es el caso de las férulas, aureolas para perros invidentes y arneses.

En Car-Can cuentan con un modelo genérico de silla de ruedas que modifican dependiendo de la raza, el tamaño, así como necesidades y actividades de la mascota. Por lo que los dueños pueden estar seguros que durante el proceso de asignación de esta herramienta se considerará el entorno del animal.

El proceso de armar una silla puede tardar hasta cuatro días, debido a que es meramente artesanal. El primer día es para herrería y ensamblaje, el segundo para pintar el carrito, trabajo que desarrolla Fidelia, esposa de Javier Herrera y colaboradora de Car-Can. El tercer día es para montar las lonetas y el cuarto se hacen pruebas con el beneficiado para poder realizar los ajustes pertinentes.

Este trabajo, se hace de forma artesanal. No tenemos maquinaria sofisticada. Se tiene que dar la inclinación adecuada para cada caso, no es que una silla le sirva a todos. Se tiene que equilibrar", afirmó Javier Herrera.

A diez años, sigue siendo Javier quien suelda los carros, les da la inclinación, escoge los tamaños y el tipo de estructura, misma que pasa por las manos de su esposa Fidelia y otros colaboradores como Adrián y su hermana Jessica quienes visten y hacen el armado final de las sillas de ruedas.

Se hacen las pruebas, montan al perrito para que camine, para ver si todo esta bien. Algo se nos tiene que haber pegado después de 3 mil quinientos perros, saber si el este esta a gusto o no", aseguró el veterinario.

Antes diez de diez perros que iban a Car-Can salían con silla de ruedas, sin embargo ahora gracias a la implementación de nuevos espacios como la consulta ortopédica y neurológica, así como rehabilitaciones tan solo cuatro de diez mascotas salen con este aditamento.

El proceso de ingreso a Car-Can incluye una valoración del médico ortopedista, el doctor Luis Gustavo Álvarez Blanquet quien determinará si es necesario que el animal utilice la silla de ruedas o se puede rehabilitar con alguna terapia. En el caso de las mascotas que ya han sido diagnosticadas por otro médico veterinario y que requieran de la silla de ruedas, simplemente se les hacen los ajustes para que puedan utilizarla sin problema.

***

Javier Herrera Hernández

Médico veterinario, fundador y director de Car-Can, entusiasta amante de los animales.

Car-Can partió de ser un sueño. Ante la discapacidad de los perros, a los dueños, los médicos les decían que había que dormirlos que la opción era la eutanasia. Eso es una forma muy rudimentaria de pensar porque también es una vida".

Casi diez años cambiando vidas

El concepto Car-Can surge hace nueve años como una cooperativa familiar a cargo de Javier Herrera quien hoy funge como director. Su equipo esta compuesto por 15 personas, entre ellas sus hijas, esposa, amigos, un doctor y algunos becarios tienen la intención de ayudar a perros de todo México.

A pesar de que el trabajo de Javier y demás involucrados en Car-Can parezca sencillo, es muy completo, de lunes a miércoles se dedican a la producción de las ortesis y prótesis mientras que de jueves a domingo, el centro abre sus puertas a los pacientes para consulta, compra y rehabilitación.

Esta iniciativa apoya a dueños particulares, albergues caninos, voluntarios independientes y organizaciones sociales tal es el caso de "Milagros Caninos" quién se dedica a rescatar y rehabilitar a perros que pueden ser posteriormente adoptados.

Pacientes de toda la Republica Mexicana, llegan a Car-Can con la esperanza de encontrar el apoyo que necesitan para llevar una mejor calidad de vida. Por lo que Car-Can ha enviado sillas de ruedas a la mayoría de los estados e incluso a Sudamérica, Estados Unidos y Europa.

Entraron dos a Cuba como ayuda humanitaria. Un médico que estaba de intercambio en la UNAM vino y dijo: oiga me voy a llevar una silla aprovechando… y hace poco vino otra persona, ahora que ya hay más apertura en Cuba" expresó el veterinario.

De acuerdo a lo que el zootecnista reporta las sillas de ruedas en Car-Can son las más económicas dentro del mercado mundial. Una silla pequeña cuesta al rededor de mil pesos, mientras que las dirigidas a razas grandes oscilan entre los mil trescientos pesos.

Los recursos con los que el proyecto funciona son en su gran mayoría propios, el veterinario recuerda que han pasado varios años en los ni siquiera han podido salir de vacaciones, debido a que "el rango de ganancia es muy bajo".

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Javier comentó que han recibido donaciones de dueños comprometidos que "han quedado muy felices" y deciden dejar una ayuda a personas que se encuentren en la misma situación y no cuentan con los recursos suficientes.

Otro de los programas de Car-Can incluye el donar sillas de ruedas para las mascotas de dueños con recursos limitados. Hasta ahora de las 3 mil quinientas sillas entregadas, un 15 por ciento han sido donativos hechos por la cooperativa.

Dicha motivación, dio paso al "apadrinamiento", un programa con el cual se da a conocer casos vía Facebook, de animalitos que requieran alguna prótesis u ortesis para que una persona se haga cargo de los gastos y Car-Can por su parte absorba el envío.

Numerosos son los comentarios de agradecimiento y admiración que ha recibido este hombre por su labor, quién asegura que sus objetivos aún no se han cumplido y que pronto espera poder materializar un hospital especializado a bajo costo y diversos programas de ayuda a la comunidad.

sarr

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