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Comunidad

¿Qué pasó ahí? Museo de la Ciudad de México, de palacio a vecindad

El recinto cuyo antecedente es el Antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya forma parte del patrimonio cultural de la capital

Redacción / Fotos: Archivo Histórico Excélsior | 23-08-2013

CIUDAD DE MÉXICO, 23 Agosto.- El Museo de la Ciudad de México, cuyo antecedente es el Antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya, fue la casa de varias familias amparadas en títulos nobiliarios que ejercieron una gran influencia en las decisiones de virreyes y obispos.

Ubicación

Se encuentra en la avenida Pino Suarez, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Arquitectura

Es posible que la edificación del palacio se haya iniciado en el siglo XVII y hasta 1777 el palacio fue remodelado. Las obras estuvieron a cargo del arquitecto Francisco Antonio Guerrero y Torres. La fachada del palacio fue recubierta de tezontle y la portada y las ventanas con cantera a la usanza del siglo XVII.

En la esquina inferior derecha se incluyó una cabeza de serpiente, monolito ornamental de origen prehispánico. La casa se trazó en dos plantas, sin entresuelo y con dos patios como todas las casas señoriales. La capilla familiar era un símbolo de abolengo y de intensa actividad social.

Es de reconocerse el esfuerzo del arquitecto Guerrero y Torres para aprovechar partes de la antigua construcción. Los escudos de armas que coronan las arquerías del patio principal corresponden a la intención de resaltar la nobleza familiar; lo mismo ocurre con las gárgolas en forma de cañón que adornan todo el perímetro superior de la fachada.

Los leones que presiden el arranque de la escalera, así como los mascarones del portón principal tienen un aire orientalista.

Otro elemento distintivo del palacio es la fuente en forma de concha ubicada en el patio mayor. El adorno principal es una nereida que toca la guitarra y mira hacia la capilla familiar.

Las accesorias de la casona eran quizás los lugares menos significativos para el abolengo nobiliario, pero los más representativos de la ciudad de su momento; en ellas se albergaron talleres de artes y de oficios, en donde también habitaban los artesanos y vendían sus productos.

Historia

Los orígenes de esta casa se remontan al siglo XVI, cuando el conquistador Hernán Cortés repartió los solares más cercanos al Templo Mayor de los mexicas entre sus compañeros de armas y colaboradores más allegados. Tal fue el caso de Juan Gutiérrez Altamirano, ex gobernador de Cuba y corregidor de Texcoco, quien recibió en dote uno de los solares mejor ubicados sobre la calzada de Iztapalapa, hoy Pino Suárez, entre otras prerrogativas. Asimismo, Juan Gutiérrez contrajo matrimonio con una prima de Cortés: doña Juana Altamirano Pizarro.

Muchos años después, don Fernando Altamirano y Velasco, descendiente directo de Juan Gutiérrez Altamirano, contrajo a su vez matrimonio con una nieta del virrey Luís de Velasco. Fernando Altamirano recibió la merced real de Felipe III en la que se le otorgó el título de conde de Santiago de Calimaya en 1616.

El palacio convertido en vecindad

La casa de los condes de Santiago Calimaya quedó ubicada dentro del área comercial del centro y poco a poco se establecieron tiendas en los locales de la planta baja, a finales del siglo XIX.

Las personas que heredaron el inmueble comenzaron a rentar las habitaciones del segundo patio, reservando para la familia Cervantes, los últimos propietarios, las habitaciones de la planta alta que rodeaban el patio principal.

Museo abre sus puertas al público 

La importancia del antiguo palacio fue reconocida en 1931 cuando se declaró patrimonio nacional. Posteriormente, en 1960, el Gobierno del Distrito Federal decretó que el inmueble se convirtiera en la sede del Museo de la Ciudad de México. Para adecuar el edificio a su nuevo uso, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez llevó a cabo la remodelación en la que las antiguas habitaciones se transformaron en salas de exhibición.

El 31 de octubre de 1964, fue inaugurado y en sus salas se montó una exposición que mostraba didácticamente el concepto de urbe.

Actualidad

A partir de 2002, el Museo de la Ciudad de México emprendió un cambio sustancial en sus espacios: el arreglo de la fachada, la reapertura de la biblioteca Jaime Torres Bodet, la inauguración de la librería del Pórtico y la restauración del estudio de Joaquín Clausell; el recinto en general mejoró su imagen.

Tras diez años de permanecer sin una exposición sobre la ciudad, el 18 de noviembre de 2004 se inauguró Todo cabe en una cuenca.

Hoy en día el Museo de la Ciudad de México presenta diversas exposiciones a lo largo del año; además de brindar talleres, visitas guiadas y cuenta con la Biblioteca Jaime Torres Bodet.

 

gmf/mca

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