De pesadillas y sueños (II)
Vaya pesadilla automovilística hemos vivido el pasado fin de semana, en el que, para fortuna de sus millones de aficionados, el piloto tapatío de Fórmula 1, Checo Pérez, logró enmendar, en parte, la desgracia de la clasificación, al finalizar en el séptimo sitio, lo ...
Vaya pesadilla automovilística hemos vivido el pasado fin de semana, en el que, para fortuna de
sus millones de aficionados, el piloto tapatío de Fórmula 1, Checo Pérez, logró enmendar, en parte,
la desgracia de la clasificación, al finalizar en el séptimo sitio, lo que no deja de ser loable, pues arrancó nueve lugares atrás, lo malo es que resulta una pesadilla verle arrancar tan atrás, remando
para meterse a los puestos de adelante. La muy mala noticia es que cae un lugar más en el campeonato de pilotos, al séptimo sitio, y ahora está con el británico George Russell, siguiéndolo a corta distancia. Esperemos que el fin de semana por fin logre una buena posición de largada, así como regresar al podio, pues han pasado ocho carreras en las que, por una u otra razón, no lo logra.
De pesadilla también ha sido el fin de semana para el volante regiomontano Pato O’Ward, pues no sólo perdió el auto provocando un terrible percance en la parte final de la carrera de Indy Car, sino que la lentitud de los oficiales de pista para sacar las banderas amarillas ocasionó que varios autos chocaran de fea manera con el de Pato, que quedó atravesado en el circuito callejero de Toronto, Canadá. Afortunadamente, todo quedó en fierros chuecos y fibra de carbono rota, pero sin lesiones físicas que lamentar en los pilotos.
Mejor pasemos a los sueños, pues estamos a tres días de la inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024, la mayor puesta en escena deportiva del planeta, a la que acuden los mejores deportistas del mundo de prácticamente todas las especialidades. Resulta un verdadero privilegio poder verlos en acción. En los últimos días he escuchado una serie de pronósticos de autoridades y medios de comunicación que, de manera muy irresponsable y haciéndole al adivino, intentan predecir las medallas que ganarán los representantes de nuestro país. Desde la descabellada aseveración de la señora de la Conade, que, evidentemente sin análisis serio, se atrevió a pronosticar diez preseas, mientras que en algunos medios se habla de ocho o nueve; francamente que sería genial, pero, como está estructurado el deporte en nuestro país, con una mayoría de pésimos y corruptos directivos, es sencillamente imposible. Sin embargo, no perdamos las esperanzas de hazañas de nuestros clavadistas, encabezados por Osmar Olvera, nuestros tiradores con arco, nuestros pentatletas, nuestros taekwondoínes y muchos otros que podrían, en una competencia excelsa, brindarnos muchas satisfacciones.
Honestamente, creo que no serán más de cinco o seis medallas y párele de contar, no podemos exigirles a nuestros deportistas que triunfen si no cuentan con los medios y apoyos necesarios; son unos guerreros y harán su mejor esfuerzo.
¡Éxito!
