Burbuja

Poco más de 90 días han transcurrido desde que México consumó su peor participación en una Copa Mundial, desde la desastrosa actuación en Argentina 78. En ese periodo, la FMF y la Liga MX anunciaron supuestos cambios estructurales que deben traer como consecuencia mejores resultados que los conseguidos hasta ahora.

Durante el tiempo que ha pasado desde aquel partido ante Arabia Saudita y el juego del domingo ante Jamaica en la Nations League, llegó un cambio en el timón del Tricolor, mientras Gerardo Martino se despedía por la puerta de atrás, luego de sumarse a la larga lista de entrenadores que no han logrado que la selección se ubique entre los mejores ocho equipos del evento más importante que el deporte tiene (incluso quedando en una peor ubicación que los siete seleccionadores que lo antecedieron en la justa mundialista), se le dio la bienvenida a Diego Cocca.

El arribo del argentino no trajo el entusiasmo que la Femexfut buscaba, entre los especialistas, comunicadores y público en general, se sintió un malestar inmediato con su nombramiento, en pocas palabras, no era el nombre que la mayoría esperaba. Aun así, los dos primeros juegos dirigidos por el extécnico de Tigres generaron, como suele ocurrir cuando se trata de la Selección Nacional, cierta expectativa (con las dudas sobre si Cocca es la persona ideal para el trabajo): Un nuevo entrenador trae renovadas esperanzas de algo mejor.

Pero, hay que ser sinceros, nada ha cambiado desde la temprana eliminación en Qatar. Muchas palabras, y promesas al aire pregonaron los máximos dirigentes de nuestro futbol, aunque hasta ahora ningún cambio sustancial se ha dado, y en tres meses era imposible esperar que Cocca pudiera encontrar muchas caras nuevas para el Tri, así como un estilo propio, de hecho me atrevo a decir que no será sencillo si el argentino llega a finalizar el proceso en 2026 que pueda darle un cambio radical al rostro del seleccionado nacional.

Por eso me ha llamado la atención ver las reacciones a los dos primeros juegos de Cocca: una triste victoria en Paramaribo ante Surinam, y un mal desempeño en el Azteca, contra Jamaica. Leer y escuchar lo que se dice no me sorprende, pero no deja de ser curioso que a pesar de las circunstancias y del poco tiempo desde la temprana eliminación en territorio catarí, las exigencias de nueva cuenta sean tan elevadas, como si lo ocurrido en Qatar hubiera sido algo fuera de lo común, cuando ese resultado está más cerca de la lógica que jugar el quinto partido.

Hay quienes se siguen tapando los ojos, o simplemente no quieren ver la realidad: nuestro futbol ya tiene algunos años estancado. La burbuja en la que vive nuestro futbol trae consecuencias, muchas personas siguen sin darse cuenta de en dónde se ubica la Liga MX y la Selección Nacional.

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