Batean su orgullo

Jim Thorpe encontró un par de zapatos en el bote de basura para reemplazar a los que le habían robado el día de la competencia. El atleta estadunidense ajustó con una doble calceta el botín derecho, que era de un número más grande, y con ellos corrió para ganar dos ...

Jim Thorpe encontró un par de zapatos en el bote de basura para reemplazar a los que le habían robado el día de la competencia. El atleta estadunidense ajustó con una doble calceta el botín derecho, que era de un número más grande, y con ellos corrió para ganar dos medallas olímpicas en los Juegos de Estocolmo 1912.

Thorpe, un nativo americano quien constantemente era despreciado por su origen, es considerado como el atleta más completo de la historia.

Dwight D. Eisenhower, quien fuera presidente de Estados Unidos, salió lesionado, en su época de colegial, luego de un intento por taclear a Thorpe en un juego de futbol americano.

El rey Gustavo V de Suecia lo definió como “el mejor atleta del mundo”, luego ser testigo de la demostración de Thorpe al ganar los oros en pentatlón y decatlón en la máxima justa deportiva.

Jim Thorpe también destacó en el basquetbol, tenis, boxeo, gimnasia, incluso en baile de salón, una actividad en la que fue campeón nacional.

Pero el deporte que amaba Jim Thorpe era el beisbol, sin imaginar que sería el que condenó su carrera como atleta.

Una investigación periodística reveló que antes de competir en los Juegos Olímpicos de 1912 y convertirse en leyenda, Thorpe había jugado beisbol profesional en las ligas menores y recibió un pago por ello. Esta situación rompía la regla de ser un atleta amateur al momento de competir en Suecia, por lo que el Comité Olímpico Internacional decidió retirarle las medallas que había ganado.

Jim Thorpe siguió con su carrera en el beisbol y firmó un contrato con los Gigantes de Nueva York por tres años y 18 mil dólares en 1913.

Los números que consiguió en Grandes Ligas como jardinero no fueron los esperados al conectar en total siete cuadrangulares y empujar 82 carreras en las seis temporadas que jugó, aunque apareció en la Serie Mundial de 1917. Fue un atractivo para el mejor beisbol del mundo al ser parte de equipos que realizaron varias giras internacionales.

El desenlace de la historia de Jim Thorpe resultó trágico. Cayó en el alcoholismo y murió en la pobreza a los 65 años en 1953. Tres décadas después, el Comité Olímpico Internacional decidió regresarle las medallas olímpicas, ya sin la oportunidad de recuperar su orgullo.

El lugar en donde descansan los restos del considerado mejor atleta de la historia también está envuelto en la controversia. Un poblado de Pensilvania pagó a la esposa del atleta para que fuera enterrado en ese lugar y transformarlo en un lugar turístico con el nombre de Jim Thorpe, como es conocido el lugar actualmente. 

Libros, películas y documentales se han hecho sobre la vida de Jim Thorpe, nacido en Oklahoma el 28 de mayo de 1887 y quien protagonizó una de las historias deportivas más extraordinarias.

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