Una aguja en el pajar

Después de ver los trabajos perniciosos de los árbitros en la primera jornada, en donde se presentó una serie de errores que van desde el conocimiento, la interpretación y la aplicación de reglas, así como faltos de recursos, personalidad e incluso honestidad de los ...

Después de ver los trabajos perniciosos de los árbitros en la primera jornada, en donde se presentó una serie de errores que van desde el conocimiento, la interpretación y la aplicación de reglas, así como faltos de recursos, personalidad e incluso honestidad de los silbantes, a la Comisión le espera un intenso trabajo para poder mejorar el rendimiento de sus agremiados, pero que, desafortunadamente, en el área técnica-teórica no tienen los elementos adecuados, pues el presidente no puede ejecutar el tiro de esquina y rematarlo, ya que para sustituir a Jorge Gasso, Julio Escobar, Carlos González y Arturo Ángeles, que no han dado resultados, sobre todo González Iribarren, que ya lleva más de diez años ahí, se necesita “buscar una aguja en el pajar”. Incluso, recordemos que en aquella rebelión de la AMA lograron quitar del área técnica al susodicho González Iribarren.

Con respecto a la personalidad, sería interesante llevar a un buen sicólogo que busque motivarlos para que crezcan en ese aspecto. Incluso, hacerles exámenes sicológicos y sicométricos para saber si tienen el perfil adecuado o la vocación de ser árbitros y, por ende, querer esa disciplina, ya que, a la distancia, pareciera que sólo están ahí por el aspecto económico, pues sólo así entendemos cómo soportan vejaciones y menoscabos, como fue el encaramiento con gritos de Bruno Valdez en el Necaxa-América, con el asistente uno y tanto el asistente Hernández como el juez central se mantuvieron impávidos. ¿Dónde quedó su dignidad, autoestima y honestidad? Porque no me digan que lo invitó a cenar en forma acomedida sin palabras soeces.

Misma situación con José Alfredo Peñaloza en Toluca-Monarcas, que le faltó lo antes descrito al no tomar ninguna medida disciplinaria con Loeschbor y Sambueza cuando se encaran y golpean la frente, y estando a menos de un metro, se comporta en forma pusilánime, sin olvidar que no reportó en la cédula el comportamiento de los jugadores purépechas que lo insultaron soezmente, no habiendo honradez al elaborar la cédula para reportar lo acontecido. Qué tristeza para el futbol y el arbitraje.

Ahora bien, recordemos que a esa camada de silbantes los federativos le han traído un sinnúmero de instructores y concursos para una mejora, como Rodolfo Cibrián, instructor de Concacaf en varias ocasiones; el uruguayo Ernesto Filippi; Manuel García Aranda, español, o el colombiano Óscar Ruiz, y hasta el capo de la Comisión de Árbitros de FIFA actualmente, Pierluigi Collina, que para maldita cosa han servido.

¿No será que esa madera (árbitros) no agarra el barniz? ¿Y que es puro ocote para hacer hogueras?

Anímese, licenciado Arturo Brizio Carter, y lleve un trascabo para hacer una limpia, pues si ya logró quitarle a la Federación Mexicana de Futbol la lacra de la AMA, que no pueda con los limitados árbitros. Por favor, ayude al futbol.

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