Harper hacía falta

En las Grandes Ligas tenemos peloteros de todo tipo: aquellos que son brillantes y se caen en la hora buena, los que aprovechan la oportunidad, pero es un fulgor… Vaya, la historia del mejor beisbol del mundo tiene de todo tipo de remembranzas y las hazañas pueden pasar ...

En las Grandes Ligas tenemos peloteros de todo tipo: aquellos que son brillantes y se caen en la hora buena, los que aprovechan la oportunidad, pero es un fulgor…

Vaya, la historia del mejor beisbol del mundo tiene de todo tipo de remembranzas y las hazañas pueden pasar rápido, pues mañana tienes otro juego de eliminación o para coronarte mediante la proeza de otro compañero. En cambio, una jugada electrizante o la del momento clutch pueden ser la medallita que tendrá siempre un jugador.

Así es rarísimo hablar del “héroe del sexto juego” en una Serie Mundial vibrante jugada a siete encuentros, duele, pero es una verdad de a kilo.

Por cierto, es muy probable que esta Serie Mundial entre Filis de Filadelfia y Astros de Houston se prolongue a seis o siete encuentros.

También como apunte, eso es mucho mejor comparado con una barrida a los Yankees de Nueva York, inesperada para sus propios fans y no los culpamos, aunque se notaba y se sabía que ese pitcheo y esa cantidad de ponches (50 en cuatro juegos) no daban para nada una buena perspectiva.

Bueno, el tema de esta entrega va precisamente por uno de esos peloteros, quienes quizá no han sido ídolos comunes, pero sí han tenido su significado y, hoy, tiene su oportunidad más marcada.

Bryce Harper es un pelotero a quien vimos en Veracruz en el 2008 para una eliminatoria por países, como un superprospecto con todo el potencial para llevarse esa firma MILLONARIA, la cual finalmente sí se llevó en el 2010 con los Nacionales.

La leyenda era que el entonces chamaco era un superdotado, que sacaba las pelotas a tablazos muy lejos de las gradas de su estadio de prácticas en Las Vegas y que jugaba de todo, pero, quizá lo más importante: con una actitud férrea y con mucho respeto al juego al mismo tiempo.

El rubio muchacho se ganó a la afición jarocha del Beto Ávila al regalar, literalmente, casi todo su atuendo beisbolero y la cara de los pequeños era de entre sorpresa y admiración al recibir un objeto del tremendo joven, quien lo mismo jugaba el jardín central, taponeaba juegos en la lomita y hasta cachaba en un —la pura verdad— equipazo que trajo Estados Unidos al certamen.

Forjó su personalidad cuando le gritaban de todo en esos parques a veces complicados de las sucursales, para pegar 22 palos ya en el 2012 para los mencionados Nacionales.

Harper está en esas bonitas oportunidades que da la pelota, en su temporada 11 en las Mayores, puede hacer un paso de héroe y pelearle al equipo que se ve fríamente como el amplio favorito… pero el beisbol es corazón y estos Filis juegan con mucha garra. 

Quizá sea una de las mejores Series Mundiales en muchos años, quizá, aunque en México no vaya por televisión abierta.

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