Horacio Casarín: goleador, actor, ídolo e inmortal
El Chamaco, como era conocido en sus inicios, se convirtió en una de las leyendas del futbol gracias a su carisma y brillo en la cancha

CIUDAD DE MÉXICO.
Horacio Casarín caminaba junto a su inseparable esposa María Elena King por las calles de la Ciudad de México al momento que su mirada se centró en un un expendio de billetes de lotería. El ídolo del futbol mexicano contempló una serie que en su numeración tenía 1918 (año de su nacimiento) y no dudó en comprarla. La suerte le sonrió, esos cachitos se convirtieron el mejor ingreso que tuvo, por encima de los sueldos que recibió como el mejor futbolista mexicano de la época. Fue el gol de su vida.

Hoy se cumple el centenario del nacimiento de uno de los máximos ídolos del futbol mexicano. El goleador de los Once Hermanos del Necaxa, de los Prietitos del Atlante y del que estuvo a punto de ser firmado por el Barcelona para la temporada 1947-1948. Del delantero que le acompaña la leyenda de haber provocado un incendio en el Parque Asturias porque el árbitro Fernando Marcos no marcó una dura entrada de un defensor que le destrozó la rodilla. Del actor que interpretó a Horacio Fernández junto a Joaquín Pardavé en la película Los Hijos de Don Venancio.

Si hay que definir a Horacio Casarín en una sola palabra es la de ídolo”, opina Antonio Moreno, director del Salón de la Fama del Futbol, que se ubica en Pachuca.
Son sorprendentes las fotografías en la que salía a hombros de los estadios como si fuera un torero. Era un hombre sencillo, carismático e idolatrado. Sus cualidades como goleador eran indiscutibles, era un rematador impresionante”, agrega el también periodista.

Moreno resalta la leyenda de Casarín, en una época en la que los partidos de futbol eran seguidos por la radio o en las reseñas de los periódicos al otro día.

Me tocó entrevistarlo en varias ocasiones en la década de los 80, cuando Casarín ya era entrenador del Atlante. Era un hombre con un físico impresionante ya que le gustaba hacer mucho ejercicio, además de futbol le gustaba practicar el frontón. Recuerdo cómo la gente lo reconocía en la calle y lloraba al ver a su ídolo.
Era sumanente educado y también muy ocurrente, ya en corto le gustaba alburear y contar chistes, era pícaro, pero su trato con la gente en general era sumante correcto. Un hombre muy decente, pero lo que más me llamaba la atención era su fortaleza, parecía un tipo de 40 años a pesar de que ya pasaba de los 60”.

Por eso sorprendió al mundo del futbol cuando el Alzheimer comenzó a afectarle.
Al momento en el que empieza a perder la memoria se le hicieron una serie de homenajes. Se ha comentado mucho de la relación del Alzheimer con exfutbolistas por el golpeteo con el balón, pero es algo que no se ha comprobado, yo lo veo como una dramática coincidencia”.

Una final como entrenador
Fueron 21 años los que Horacio Casarín estuvo ligado al futbol profesional, sin embargo, su periplo en el tricolor, no fue tan dulce como su etapa como jugador de clubes, pues solamente jugó 14 partidos oficiales con el tricolor, aunque en aquel periodo, el combinado sólo disputó 37 partidos reconocidos por la FIFA, debido a que se suspendieron las competencias internacionales durante la Segunda Guerra Mundial que tuvo lugar entre 1936 y 1945.

Sólo jugó el Mundial de 1950 y consiguió una anotación frente a Suiza. México quedó en último lugar al perder los tres partidos.
En 1977 fue técnico de la selección juvenil, junto a Alfonso Portugal y llegaron hasta la final que perdieron en penales ante la Unión Soviética.


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