Retrato hablado: Roberto Osuna, del campo agrícola al de beisbol
Pasó de ayudarle a su papá en la siembra de tomate y chile a ser hoy el pitcher cerrador de los Azulejos de Toronto en las Ligas Mayores; debutó en el beisbol profesional a los 16 años y luego tuvo que reponerse de una cirugía reconstructiva en el codo derecho
CIUDAD DE MÉXICO.
El teléfono del bullpen visitante sonó en el mítico Yankee Stadium. Roberto Osuna fue el elegido para venir a la loma en medio de una situación crítica: octava entrada, bases llenas con un out, el marcador en contra por sólo una carrera y, en la caja de bateo, el sexto mejor jonronero de todos los tiempos, Alex Rodríguez.
El joven Osuna está acostumbrado a lidiar con situaciones así: su vida no ha sido fácil.
Cuando tenía 12 años, pese a ser hijo de un pelotero profesional, tuvo que combinar sus actividades en los campos de beisbol infantil con el trabajo en campos agrícolas. El dinero que su papá había ahorrado durante su carrera resultó insuficiente para mantener a la familia de cuatro hijos, donde Roberto era el mayor, y por eso su padre le propuso dejar la escuela para ganar un poco más de dinero trabajando en la siembra de legumbres, como tomate y chile.
Roberto, quien nunca tuvo un gusto real por la educación en las aulas, aceptó la propuesta.
Antonio Cañón Osuna, jugador con 11 temporadas en Grandes Ligas, es su tío, sin embargo existe un distanciamiento familiar y es por eso que Roberto pide que no se le mencione como el Cañoncito, apelativo con el que hasta ahora ha sido mayormente conocido.
El beisbol siempre estuvo en sus genes y su gran talento fue evidente desde que era pequeño. Los scouts de Grandes Ligas notaron sus habilidades en torneos infantiles internacionales y en 2011, con sólo 16 años, debutó como profesional en la Liga Mexicana.
“Estuvo muy poco tiempo aquí en los Diablos (Rojos del México)”, dijo José Luis Sandoval, quien fuera el shortstop de aquellos pingos. “Desde entonces se le veía que tenía una recta poderosa, pero sobre todo mucho carácter. Yo creo que eso es lo que más le ha ayudado”.
Tras su debut con los Diablos firmó un contrato récord para un pelotero mexicano: 1.5 millones de dólares con los Azulejos de Toronto.
En pocos años había dejado atrás las jornadas de sol a sol en los campos de siembra en Sinaloa.
Vendrían ahora otro tipo de vicisitudes: luego de una buena presentación en Estados Unidos en 2012 (2-0 y 2.27 de efectividad en liga de novatos y Clase A), en 2013 experimentó problemas al lanzar, que lo llevaron a someterse a una operación de reconstrucción del ligamento del codo (la cirugía llamada Tommy John).
Y es que comenzó a sentir cansado el brazo cuando ya enseñaba una recta de hasta 99 millas y un buen repertorio de lanzamientos.
Su regreso se dio hasta mediados de 2014. En ocho aperturas entre Clase A y Liga de Novatos tuvo una alta efectividad de 6.26 y en la liga otoñal de Arizona tuvo 9.49, que hacía pensar que las Ligas Mayores estaban aún muy lejos; sin embargo, previo a la primavera de 2015 tuvo un gran trabajo.
“Creo que la lesión le ayudó, porque después fue cuando se puso a trabajar más. En el invierno trabajó muy duro, bajó 15 libras (siete kilos)... tenía la mentalidad de llegar a Grandes Ligas este año”, dijo su padre, Robero Osuna, a Excélsior en abril de 2015.
En febrero fue invitado al entrenamiento de Grandes Ligas de los Azulejos, pero pocos analistas de las Mayores pensaban que pudiera llegar a quedarse en el último corte del roster. No obstante, sus números (2-0, con 2.19 de efectividad) en el Spring Training le valieron para dar la sorpresa e iniciar la temporada en el roster del equipo grande, con apenas 20 años.
Tras no ser requerido en el primer juego de la campaña, donde los Azulejos le dieron preferencia al novato dominicano Miguel Castro, Osuna entró en acción en el segundo.
Entonces, con lluvia en Nueva York y después de pasarle las primeras dos bolas a Rodríguez, mostró ese carácter que lo ha llevado a superar la adversidad: le envió al yanqui tres rectas de arriba de 95 millas y lo finiquitó con un lanzamiento rompiente. Terminó ese imborrable octavo rollo dominando a Stephen Drew con elevado.
Osuna, quien en junio fue nombrado cerrador, implantó récord en Ligas Mayores con 66 apariciones y menos de 21 años. Logró 20 salvamentos en temporada regular y tuvo una gran actuación en playoffs.
Pese a su gran año, para esta campaña volvió a toparse con dificultades: Toronto trajo al relevista Drew Storen, con seis años de experiencia y 95 rescates en su carrera. Sin embargo, Osuna lo volvió a hacer y en la pretemporada fue confirmado como cerrador: al día de hoy acumula cuatro salvamentos en sendas oportunidades y el camino ligamayorista sigue, a poco más de un año que todo comenzó frente al icónico A-Rod.
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