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El informe de Sheinbaum

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

Dos años en los que ha tenido que andar con la distancia precisa para acentuar sus diferencias, pero sin dar la espalda al movimiento del que forma parte. A pesar de todo lo que puede reprocharse a la 4T, Claudia Sheinbaum supo cómo evitar mimetizarse en un discurso que, con todo y la defensa diaria en Palacio Nacional, no ha sabido entregar resultados, sólo estrategias mediáticas.

Un ejemplo es el manejo de la emergencia sanitaria. La jefa de Gobierno no se obligó a caminar al ritmo que se marca desde la subsecretaría de Salud, por el contrario. Sus mensajes han sido mucho más directos, sensatos y estudiados.

El llamado a quedarse en casa o a usar cubrebocas lo escuchamos de ella con mayor prontitud que de las autoridades federales. Ella junto al Presidente, siempre dando el ejemplo, no sólo portando mascarilla, sino evitando eventos públicos.

Transportó su escenario al mundo digital. Y su armado del plan para la pandemia, los SMS, el seguimiento, los kits, el registro de la capacidad hospitalaria, para el cual destinó más de cuatro millones de pesos, necesarios para la reconversión de los hospitales, así como para apoyos a la ciudadanía y negocios.

Con ello, completó un camino mucho más robusto, con mayor claridad. Una estrategia más firme. Incluso fue valiente al aceptar un subregistro de los fallecimientos que suceden en todo el mundo, pero a pesar de la cercanía entre el Antiguo Palacio del Ayuntamiento y Palacio Nacional, no todos son capaces de reconocerlo e informar con la sensibilidad correcta.

 

 

“Somos parte de un movimiento de transformación (…) con ideales claros que tiene como mandato popular eliminar la corrupción y privilegios de gobernantes; ampliar la democracia para consolidar el progreso y justicia…”, expresó ayer al rendir su Segundo Informe de Gobierno.

En él, habló de otras cifras que permiten evaluar su desempeño: destacó la disminución de delitos de alto impacto, al pasar de 168 a 84 reportes diarios de enero del año pasado a agosto del 2020.

Pero también habló de la violencia de género, el asunto que ha ocupado la agenda de colectivos feministas que, hay que decirlo, se han sentido desamparados ante la presencia policiaca durante sus manifestaciones. Aunque Sheinbaum precisó que, durante el 2019, se detuvo tres veces más en flagrancia a agresores sexuales con respecto al año anterior.

Subrayó la aprobación del banco de ADN, registro de agresores sexuales y de la Ley Olimpia. Habló también de la iniciativa presentada al Congreso local para combatir la violencia doméstica. Además, señaló que aumentó un 60 por ciento la inversión en obra pública. Una ciudad donde la movilidad ya no se reduce a la ampliación de carriles para vehículos particulares.

En su mensaje no podía dejar a un lado a su secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, su brazo derecho en el combate a la inseguridad, labor que casi le cuesta la vida.

Aun con su cercanía a Andrés Manuel López Obrador, no podemos negar que Claudia Sheinbaum, en casi dos años de gobierno, ha sabido marcar su propio camino.

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