A dos años de la matanza en El Paso, Texas

Gracias al trabajo diplomático de ambos países, nuestras naciones han encontrado muchas más convergencias que obstáculos en la construcción de un futuro común. Nuestros dos gobiernos tienen importantes coincidencias en algunos de los asuntos clave para la región. Por ejemplo, coincidimos en la defensa de los dreamers, los jóvenes DACA, que son uno de los puentes más importantes que unen a México y Estados Unidos. Suscribimos la importancia de crear oportunidades económicas para hacer que la migración no sea una obligación, como ha señalado el presidente López Obrador.

Debemos reconocer un doloroso hecho: las motivaciones detrás del tiroteo de El Paso están asociadas a ideologías extremistas y xenófobas. Pero también debemos reconocer, celebrar y nutrir el rechazo unánime que la sociedad, sin distingos partidarios o nacionales, ha manifestado en contra de esta violencia. Es a partir de esa unidad, el rechazo categórico contra la violencia xenófoba, que nuestras dos naciones deben continuar trabajando para erradicar la violencia que producen las ideologías extremistas y de odio. Debemos recordar que cuando personas mexicanas son vulneradas en cualquier parte del mundo, el gobierno de México estará presente.

La mejor manera de honrar la memoria de las víctimas y los deudos hoy, a dos años de los sucesos de El Paso, es trabajar para que el horror no tenga cabida en nuestras comunidades. Hace dos años, junto con el canciller Marcelo Ebrard, viajé a esta ciudad para garantizar el respaldo del gobierno de México para con nuestros connacionales afectados. Junto con nuestro cónsul, Mauricio Ibarra, visitamos hospitales y hablamos con los familiares. Dimos seguimiento puntual a cada uno de los casos.

Jamás olvidaré ese viaje a El Paso; la conmoción de una herida que nos reunirá nuevamente el día de hoy. Como lo he dicho antes, El Paso y Juárez son dos caras de una misma ciudad y uno de los ejemplos más poderosos de la cooperación y la hermandad entre México y Estados Unidos. A dos años de la matanza, no sólo los acompañamos en su dolor, sino que les decimos que seguiremos trabajando arduamente para ampliar la protección para nuestros connacionales en el exterior, para frenar la violencia que lastima a nuestros países y para que la barbarie que vivimos hace dos años no se repita jamás.

Por otro lado, hago mención de la visita de trabajo que realizamos a Washington, D.C., el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, el consultor jurídico de la Cancillería, Alejandro Celorio, y el autor de este texto. En compañía del embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán, llevamos a cabo un encuentro con distintas agencias del gobierno estadunidense con los objetivos de tener una migración ordenada, segura y regular en la región y de avanzar en una vía conjunta para acelerar el desarrollo de los países del norte de Centroamérica.

Asimismo, junto al embajador Moctezuma, pude conversar con la directora para Norteamérica del Consejo de Seguridad Nacional sobre los avances rumbo a los diálogos de alto nivel en materia de seguridad y economía, así como visitar nuestra sección consular en esa ciudad para revisar los avances en la implementación de las distintas políticas para atender el rezago de citas para documentación y para la mejora continua de los servicios que ofrece nuestra red. Con el liderazgo de nuestro embajador, cónsules y consulesas, trabajamos todos los días para que nuestras paisanas y paisanos en Estados Unidos tengan a su disposición cada vez más y mejores herramientas consulares.

                *Abogado y maestro en políticas públicas.
                Jefe de la Unidad para América del Norte
                de la Secretaría de Relaciones Exteriores