Promesas falsas: Así se crea una vacante apócrifa en internet

Una vacante como “ayudante administrativo” con una paga de 1,500 pesos semanales fue el gancho que hace algunos meses atrajo a Azul -quien pidió conservar su anonimato- para acudir a Manuel Tolsá #64 en la colonia Centro. Una vez que pasó por diversos filtros para entrar a trabajar le avisaron que con su posición también reclutaría a más personas.

La joven se dio cuenta de que no haría las funciones de la vacante original, más bien se dedicaría a promocionar el mismo empleo para que otras personas acudieran a entrevista. Para ello debía utilizar nombres falsos y manejar cuentas apócrifas de Facebook.

“Te imponían una meta de 20 contrataciones. Tenías que publicar por cualquier medio: portales de trabajo o redes sociales sobre la misma vacante. Ellos te proporcionaban un machote y si lograbas que 20 personas fueran a entrevista en una semana cumplías con los puntos para que te pagaran hasta 1,800 pesos. Si no llegabas a la meta solo te daban 200 pesos por ‘bono de puntualidad’”, asegura.

Con perfiles falsos en redes sociales estas personas invaden diversos grupos con las vacantes falsas, las cuales incluyen mensajes atractivos donde se ofrecen pocas horas de trabajo, sueldos atractivos, bonos, contratación inmediata, actividades sin salir de casa u oportunidad de emprender.

Este tipo de vacantes las vuelven ideales para amas de casa, muchachos que recién inician su vida laboral o quienes no tienen experiencia previa . La joven ejemplifica que la mayoría de sus compañeros no rebasaba los 30 años, incluso quienes fungían como “reclutadores” eran adultos jóvenes.

Para llegar a este punto, explica Azul, los postulantes debían convencer a los encargados de que tenían las habilidades adecuadas, por lo que previamente les daban a vender ocho perfumes con un precio de 350 pesos cada uno en un lapso de 5 días. Si no cumplían con esa venta quedaban fuera.

“Es ahí donde se juega con la gente porque la mayoría de los que aplicamos optamos por poner nuestro propio dinero. Lo entregamos y nos dieron más perfumes, pero en esta ocasión nos dijeron que unas cosmetólogas iban a venderlos en establecimientos y en los tianguis, pero que debíamos darles una comisión para que las ayudáramos a venderlos”, asegura.

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A la joven la estafaron con 3,160 pesos entre la venta de perfumes, la supuesta comisión y una credencial de identificación, una cifra que ya no logró recuperar. En su grupo de reclutamiento había al menos treinta personas más, por lo que nunca supo cuánto dinero obtuvieron los estafadores en ese periodo.  

A pesar del dinero que había desembolsado y tras haber caído en la cuenta de que se trataba de una vacante fraudulenta, Azul continuó yendo para ver qué información podía sacar; sin embargo, no logró obtenerla, ya que el ambiente se tornó cada día más pesado, pues estaba prohibido sacar teléfonos celulares y el personal de seguridad se encargó de amedrentar a quienes cuestionaban las irregularidades.

El ambiente lo describe como el de una oficina “chafa” llena de computadoras desde donde se publican las vacantes falsas para atraer a más personas. Los encargados de la firma “Líderes en Tecnología” jamás le dieron un contrato ni información adicional, pero sí le pidieron datos personales y copias de documentos oficiales.

La última vez que la sacaron del lugar por haber cuestionado las operaciones ya le dio miedo volver, ya que alcanzó a ver que personal de seguridad la iban siguiendo hacia el transporte y temió por su seguridad. “La empresa no tiene razón social por ser falsa y aun así tenían mis datos personales”.

“No denuncié ni nada porque no tenía ningún papel de la empresa, ningún contrato y desgraciadamente en este tipo de delitos necesitas tener bastantes pruebas para proceder. Yo no tenía ni el tiempo ni el dinero para dar seguimiento como se debe”, puntualiza Azul.

El coaching y el miedo para enganchar

Valeria -quien pidió mantener el anonimato- explica que siempre buscaba empleo en plataformas formales; sin embargo, en octubre del año pasado descubrió una vacante en el área de Recursos Humanos en la empresa “Corporativo Delta” por 2,000 pesos semanales más comisiones y con la seguridad de que el mismo día de la entrevista le darían respuesta.

La joven llegó puntual a una cita de trabajo que agendó en La Morena #811, en la colonia Narvarte, en un edificio que daba la pinta de una oficina tradicional y en donde los trabajadores vestían de manera formal. La metieron a un cuarto donde los postulantes entregaron copias de documentos oficiales.

Una vez que los dieron debían volver más tarde para que aplicaran a un examen de conocimientos generales. Cuando regresó a la oficina le dijeron que en realidad acudiría a una actualización, algo que ella considera que más bien se trató de una “actualización de cerebro” que incluía discursos “psicológicos” y sesiones de “coaching” con 50 personas más.

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“Un tipo, que según era del área legal y que sabía de lenguaje corporal, iba a observarnos para ver quiénes éramos aptos, ya que ahora debíamos convencer a la empresa para que nos contratara. Viví emociones y sensaciones que nunca había sentido, una sudoración extrema por nerviosismo y ansiedad”, recuerda.

Con los malos tratos que vivían en la actualización muchas personas desertaron con el paso de los días. Al final de estos supuestos cursos les dijeron que para firmar contrato debían hacer una inversión de 10,000 pesos, mismos que se recuperarían en dos semanas, según le dijeron a Valeria.

Pero después le informaron que la cifra había bajado a 4,200 pesos que podían liquidarse en dos días máximo. En ese momento, Valeria pensó en conseguir esa cantidad hasta que su novio la convenció de no hacerlo, así que al siguiente día ya no acudió.

“Durante los días que fuimos se metieron con asuntos personales y esa era su forma de enganchar a la gente: encontrando un motivo por el que las personas buscan  empleo y darles en la madre presionándolos y haciendo creer que lo que viene después será más chingón”, relata.

El caso para la trata de personas

En primer semestre del año la Línea y Chat Nacional contra la Trata de Personas recibió 887 reportes sobre este delito de enero a junio de este año. El 44% de víctimas identificó la oferta de empleos engañosas como el principal método de enganche para atraer a personas, por encima del enamoramiento o la promesa de ayuda.

De acuerdo con la Secretaría de Gobernación, los tratantes ya tienen estudiados los deseos y carencias de las personas que buscan reclutar desde un nivel económico, social, aspiracional y hasta afectivo, por lo que engañan con propuestas laborales atractivas con sueldos competentes, prestaciones superiores, ambientes agradables de trabajo y promesa de crear proyecto profesional.

El organismo destaca algunas características que distinguen a las vacantes apócrifas que atraen a quienes buscan un empleo: 

• Utilizan textos atractivos en propagandas que son distribuidas en lugares públicos, redes sociales o páginas de internet no reguladas.
• Los nombres de las empresas contratantes son falsos y no cuentan con datos de contacto confiables.
• Los tratantes pueden hacerse pasar por reclutadores de empresas importantes, por lo que es importante siempre verificar vacantes en medios oficiales de las mismas.
• Piden discreción
• Acuerdan citas en lugares poco transitados o citan a víctimas en lugares públicos para luego trasladarlas a otra ubicación.
• En entrevistas de trabajo no hay mayor explicación sobre la empresa contratante o de las funciones a desempeñar.
• Si el trabajo es en otro estado o país ofrecen pagar los viajes y traslados.
• Piden documentos oficiales originales y luego los retienen para utilizarlos como amenaza.

Además, en redes sociales brotan los grupos y publicaciones que evidencian las vacantes falsas con base en las experiencias que los mismos usuarios comparten. Como la lista del colectivo feminista “Rebeldía Negra”, que hizo una lista de las direcciones que comunmente se utilizan para estafar a las personas con empleos falsos. 

Esta constantemente se va actualizando con base en las experiencias recabadas y ayudan a quienes buscan un empleo en la actualidad. Al corte de julio la cifra de personas sin trabajo ascendió a 2.6 millones de personas, lo que significó una tasa de 4.4% de la Población Económicamente Activa (PEA) en México, de acuerdo con el Inegi.