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Función

La actuación es sagrada: Cillian Murphy

El actor se tomará unas buenas vacaciones luego del éxito que fue Oppenheimer y de la culminación con su Oscar

Fabián W. Waintal | 17-03-2024
Fotos: Cortesía / Collage: Señor_eme
Fotos: Cortesía / Collage: Señor_eme

Cillian Murphy era tal vez uno de los menos conocidos en este año del Oscar, pero es el que más promoción tuvo desde que le hizo sombra al estreno de Barbie, para bautizar el doble éxito como Barbenheimer. Y aunque no se puedan negar las nominaciones al Oscar que consiguió la muñeca más famosa del planeta, la verdadera historia del creador de la bomba atómica, Oppenheimer, vuelve a hacerle todavía más sombra en el Oscar, ganándole siete a uno, incluyendo el premio al Mejor Actor de Cillian Murphy.

¿Cómo reaccionaron cuando Japón aceptó mostrar la historia de la bomba atómica, después de la tragedia que ellos mismos sufrieron con Hiroshima y Nagasaki?

Me alegra que en Japón se hayan interesado en ver nuestra película. Y me pone contento saber que Universal Studios se puso de acuerdo con los distribuidores locales para que puedan ser también cuidadosos en la sensibilidad del tema. Pero también ya se había estrenado antes, en todo el resto del mundo y me parece que era apropiado que en Japón, que tanto gusta el cine, puedan ver nuestro trabajo.

Entre tantas nominaciones al Oscar, ¿hay alguna en particular que puedas decir que te ayudó a conseguir el tuyo o la “bomba” que te ayudó a identificarte mejor Oppenheimer?

Te voy a dar una idea... Oppenheimer es la única persona que usa sombrero en toda nuestra historia. Ni siquiera te das cuenta. Oppenheimer es el único que fuma, cuando en esa época era lo más común. Pero son cosas que ayudaron a clarificar nuestra visión. Así estaba escrito el guion, en primera persona, con todos estos detalles que te hacen ver la historia a través de sus ojos y lo destacan en una forma muy subliminal.

¿La nominación al Oscar como Mejor Vestuario que ganó Pobres criaturas te ayudó a tu nominación como Mejor Actor?

Sí, son todos elementos importantes. Yo trabajé mucho, leyendo, investigando la forma en que él hablaba y hasta cómo caminaba, cosas así. Pero también hubo veces en que trabajamos muy de cerca con Chris (Nolan). Yo viajaba especialmente a Los Ángeles para probarme trajes y sombreros, para crear la visión de aquella época. Y se ven en el cine, elementos como el traje, la pipa, tan esenciales, con un equipo extraordinario y un director que tenían una visión increíblemente muy clara. No se podía pedir nada mejor.

¿Qué aprendiste del verdadero Oppenheimer, más allá del guion del cine?

Hubo tanto... lo más útil entre todo lo que leí es la formación que tuvo en su infancia, aunque no es algo que se toca en nuestra historia, para nada. Pero me dio bastante información para conocer la persona que terminó siendo después como adulto. Había estudiado Química en la Universidad de Harvard y recién después Física. Estudió también en Cambridge y tenía un doctorado en Alemania, hasta que volvió a Estados Unidos para dar clases en la Universidad de Berkley. Y eso fue mucho antes de ser el director del Proyecto Manhattan.

¿Recuerdas con claridad el primer día del rodaje?

La primera escena que filmamos fue en Los Álamos. Estábamos en pleno desierto, con un escenario increíble, pero no puedo acordarme bien lo primero que filmamos. Hicimos mucho en las oficinas que se construyeron especialmente y a lo mejor debe ser una de las escenas de la oficina.

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Cillian Murphy tiene una larga historia de haber trabajado casi 20 años con Nolan. Desde que interpretó en 2005 al supervillano Espantapájaros de la trilogía de Batman, para volver a trabajar en El origen (2010) y Dunquerque (2017). Y si cerráramos los ojos, es difícil reconocerlo al escucharlo, porque personalmente habla con el acento irlandés que esconde muy bien en el cine. Nacido el 25 de mayo de 1976 en las afueras de la ciudad de Cork, con una familia de maestros, la madre enseñaba francés y el padre trabajaba en el Departamento de Educación. Pero él eligió otro camino cuando en la escuela secundaria subió por primera vez al escenario con la Compañía de Teatro Corcadorca. En un principio soñaba con ser una estrella de rock, cantando con el hermano Páidi y hasta le ofrecieron un contrato de cinco discos que tuvo que rechazar porque el hermano no había terminado los estudios. Por un año, Cillian probó con otro estilo de carrera, estudiando leyes, aunque al volver a ver la producción de Corcadorca de La naranja mecánica, se decidió por la actuación. Buen amigo de otro actor irlandés como Colin Farrell, siguió el consejo de presentarse a las pruebas de audición de Batman, donde incluso se probó el famoso traje “encapotado”. Y aunque ya sabemos que aquel rol se lo quedó Christian Bale, Nolan quedó tan encantado con su audición que le ofreció el rol del archienemigo Jonathan Crane-Espantapájaros. Pero a la hora de elegir un protagonista de Oppenheimer, ya no había dudas. Y al parecer no se equivocó, después de haber superado los mil millones de dólares en las recaudaciones, además de la gran la atención del Oscar.

Es la sexta vez que trabajan juntos, pero la primera que te eligió como el gran protagonista ¿Cómo fue aquel llamado?

Chris opera así: no te avisa nunca de nada. Yo estaba comiendo queso en casa, cuando llegó su llamada, genuinamente de la nada. Y en su estilo muy poco británico me dio con el martillo, diciendo que él quería que yo interpretara a Oppenheimer. Tuve que sentarme. Yo no sabía qué decirle, porque yo tampoco sabía demasiado del tema, más allá del conocimiento básico, pero sabiendo que era algo demasiado grande. Me dio pánico, el estilo de pánico que también me encanta, porque es importante sentir ese estilo de presiones. Es importante sentir “¿cómo diablos voy a hacer esto?” Y fue todo emocionante. Chris voló especialmente a Dublín, tuvimos una reunión en su habitación de hotel. Ahí mismo leí el guion por primera vez y fue uno de los mejores guiones que leí en mi vida.

Cada vez que te llama Nolan, ¿aceptas automáticamente o en algún momento dudaste en aceptar el rol de Oppenheimer?

No, bueno, sí. Yo acepté antes de leer el guion. Ésa es la buena respuesta. No siempre es el caso, aunque es algo que pasa siempre con Chris. Él también es muy generoso en haber pensado en mí. Sabía lo importante que era esta historia y no es el estilo de ofrecimientos que tampoco llegan a menudo en mi carrera. No llegan tan seguido. Y con un director de su calibre, no se puede dudar. Recién después él fue a buscar al resto de los actores, del nivel de Gary Oldman, Robert Downey Jr., Matt Damon... y obviamente me sentí bastante seguro sabiendo que los tenía enfrente.

¿Qué tiene Nolan de especial en comparación con otros grandes directores de Hollywood?

Para darte una idea, filmamos todo en 57 días. Fue todo tan divertido como rápido, pero la preparación de cada escena es difícil de creer. Tuve que viajar muchas veces a Los Ángeles o incluso estuve en Chile, casi seis meses haciendo pruebas de toda clase, desde el maquillaje, además del vestuario. Y a la hora de filmar, es fácil estar concentrado para trabajar, con un rigor y una total atención de todos en el equipo de filmación. Sin apurar nada ni nadie. Nada se deja atrás. Si necesitábamos repetir alguna escena, también lo podíamos hacer, si lo pedíamos. La actuación es sagrada, porque hay una sola cámara, sin ninguna villa de videos. Se sintió todo muy íntimo, como si fuera el marco de una producción independiente. Para cuando me di cuenta, ya todo había terminado. Ésa fue mi experiencia.

¿Qué hacían detrás de cámara cuando no era tu turno de actuar?

Me acuerdo que nos sentábamos en el piso o sobre algún equipo. Y una vez, Emily (Blunt) llegó maquillada como una mujer grande para las últimas escenas y tres miembros del equipo de filmación le ofrecieron una silla. Se preocuparon que estuviera cómoda, por lo vieja que se veía. No la reconocieron.

Y cuando terminaste con el rodaje, ¿qué tan difícil fue dejar atrás a Oppenheimer para volver a ser el mismo Cillian Murphy?

Me costó un poco, aunque yo tampoco soy de la escuela de los actores que se mantienen todo el tiempo como el personaje. Es algo que no funciona conmigo. Tengo que sentirme cómodo, es lo mejor. Hay que estar lo más cómodo posible para actuar en el cine. Es por eso que también nos reímos tanto detrás de cámara, para evitar las tensiones de tanta preparación durante 16 o 17 horas. Pero cuando todo se termina de golpe, te queda una inmensa energía donde ya no la puedes descargar en un personaje. Una energía que tampoco es muy bienvenida en casa (risas). Tengo una familia amorosa, pero es evidente que al volver después de un largo trabajo, busco algo para hacer. Llega un punto donde es muy sano tomarse vacaciones, como un buen... premio.

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