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Excélsior en la Historia: Vivien Leigh, a 100 años de una belleza

La actriz, que se convirtió en una leyenda del cine por el filme 'Lo que el viento se llevó', será recordada en el Victoria & Albert Museum de Londres

Azul del Olmo / Fotos: Especial | 05-11-2013

La mujer que inmortalizó a Scarlett O'Hara ganó un premio BAFTA, un Globo de Oro, dos galardones del New York Film Critics Circle, un Tony como Mejor Actriz de un musical en 'Tovarich' y dos estatuillas Oscar

CIUDAD DE MÉXICO, 5 de noviembre.- Con la adquisición del archivo personal de Viven Leigh, el cual incluye siete mil 500 cartas, un diario, fotografías, guiones de teatro, anotaciones que hacía sobre su trabajo, e incluso algunos de los premios, el Victoria & Albert Museum de Londres conmemorará el centésimo aniversario del nacimiento de la actriz británica que conquistó Hollywood con su belleza y talento.

El material —en el que se encuentran fotografías tomadas por la actriz, un libro de visitas a la casa que compartía con su esposo Laurence Olivier y donde se encuentran las rúbricas de personajes como Humphrey Bogart, Lauren Bacall, Orson Welles y Judy Garland, así como cartas con remitentes de figuras como Winston Churchill y la Reina Madre— será exhibido a partir de este mes, coincidiendo con el cumpleaños de Leigh.

“Queremos rescatar a Vivien Leigh de la sombra de Laurence Olivier. Ella era, sin duda, una de las mujeres más bellas del siglo XX, y de alguna manera ésa era su mayor discapacidad. Creo que este archivo va a reescribir las biografías. Da sorprendentes detalles sobre su carácter, su inteligencia, la amplitud de intereses y lo duro que trabajaba para preparar sus papeles en el cine”, explicó en entrevista para el diario español ABC, Keith Lodwick, conservador del Victoria & Albert Museum.

“Vivien Leigh es sin duda una de las más grandes estrellas del cine y el teatro y, junto con Laurence Olivier, en el Reino Unido, sigue siendo una verdadera protagonista de su tiempo. Esta colección no sólo representa la vida de la legendaria actriz, sino que permite conocer el mundo social y del espectáculo que la rodeaba a través de las anotaciones personales de ella”, apuntó para el mismo diario Martin Roth, director del museo londinense.

Además de la exhibición el museo también prepara una lectura a cargo de la escritora Jayne Sheridan titulada Vivien Leigh: Role Model Or Victim Figure, en la que se contará la historia de la protagonista de El Puente de Waterloo.

Vivien Leigh: Lo que el viento no se llevó

Ganadora de dos Oscar como Mejor Actriz por su actuación de Scarlett O’Hara en Lo que el viento se llevó (Gone With The Wind, de 1939) y a Blanche DuBois en Un tranvía llamado deseo (A Streetcar Named Desire, de 1951), Vivien Leigh nació el 5 de noviembre de 1913 en India, bajo el nombre de Vivian Mary Hartley, hija de Ernest Hartley —militar británico— y Gertrude Mary Frances.

La actriz tuvo la oportunidad de subirse a un escenario por primera vez cuando tenía tres años y su mamá la invitó a hacer una breve lectura de Little Bo Peep, en su grupo amateur de teatro. Desde temprana edad Vivien tuvo la inquietud de la actuación, ya que a los seis años, cuando ingresó al colegio en Londres, Inglaterra, decía que quería ser una gran actriz.

Cuando cumplió 18 años, y después de viajar por todo Europa, su padre la inscribió en la Royal Academy of Dramatic Art de Londres, posterior a que la chica le revelara a sus padres su inquietud por convertirse en actriz. En ese mismo año, 1931, conoció al que sería su primer esposo y de quien tomaría el apellido Leigh, el abogado Herbert Leigh Holman.

Comenzando con pequeños papeles en obras de teatro y algunas cintas, el primer paso de la británica para convertirse en una leyenda del cine mundial fue adoptar un nombre artístico, el cual decidió formar con su primer nombre —cambiando una a por una e— y manteniendo el nombre su esposo, con quien tuvo a su hija Suzzane.

Poco a poco la actriz fue haciéndose de un nombre. En 1937 conoció al también actor Laurence Olivier con quien mantuvo una aventura que terminó en matrimonio en 1940, mismo que duró 20 años, colocándolos como la pareja perfecta. Justo dos años antes de que Olivier y Leigh contrajeran matrimonio, ella viajó a Los Ángeles para convencer a David O. Selznick, productor de cine, que ella podía hacer el papel de Scarlett O’Hara en la película que estaban planeando Lo que el viento se llevó, cinta que se entrenó en 1939.

Un tranvía llamado Vivien Leigh

Su actuación la consagró ante la mirada de la Academy Of Motion Picture Arts And Sciences, como la Mejor Actriz Protagónica, llevándose a su casa su primer premio Oscar en 1940, algo que se volvió a repetir en 1951, cuando fue nuevamente reconocida como la Mejor Actriz, ahora por su interpretación de Blanche DuBois en Un tranvía llamado deseo.

La pareja de oro de Hollywood compartió diversos proyectos laborales como Romeo & Juliet, en Broadway; That Hamilton Woman, The School Of Scandal y The Skin Of Our Teeth, entre otros, sin embargo el trastorno bipolar que padecía Vivian Leigh mermó la relación con Olivier, la cual inevitablemente terminó en divorcio en 1960.

Leigh sostuvo una relación con el también actor Jack Merivale, manteniéndose juntos durante casi nueve años, hasta que una recurrente tuberculosis acabó con la vida de la actriz en julio de 1967. 

La mujer Indomable

Aunque era británica, su inolvidable Scarlett O’Hara la hizo pasar a la historia como la encarnación de la belleza trágica e impetuosa del sur de EU, cualidades que también marcaron la vida real de Vivien Leigh. La obstinación y la rebeldía que también compartió con el personaje le ayudaron a conseguir ese papel.

Tan desafortunado como el destino de aquella heroína fue el devenir de la actriz, varias veces sometida a tratamientos de electroshock por un trastorno de bipolaridad mal diagnosticado, según José Madrid en la biografía Vivien Leigh, La Tragedia de Scarlett O’Hara.

Carácter demostró también Leigh cuando en 1957 encabezó una protesta para salvar el Saint James Theater, por un proyecto para construir departamentos, y hasta entró con gritos a la Cámara de los Lores, lo que llevó a Winston Churchill a escribirle una carta admirando su coraje y desaprobando sus formas.

(Con información de EFE)

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