Agua caliente vs. fría al lavar los trastes: descubre qué temperatura es mejor

Elige la mejor temperatura para lavar los trastes: la ciencia revela si el agua caliente vence al agua fría (o no) para matar gérmenes.

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¿Es mejor lavar los trastes con agua caliente o fría?

En esos momentos de terapia frente al fregadero, es cuando nos preguntamos si lavar los trastes con agua caliente o fría hace alguna diferencia, ¿es realmente una mejor que la otra o no importa?

Tal vez lo haces por costumbre, porque crees que el agua tibia “lava mejor”, o simplemente porque no quieres quemarte las manos. La buena noticia es que la ciencia ha investigado justo eso: ¿qué temperatura limpia mejor, cuánto bacterias puede matar y cuáles son las ventajas y desventajas en eficiencia, costo y seguridad?

En el día a día, la decisión entre agua caliente o fría no solo afecta al olor de los trastes o al placer de lavar, sino que tiene impacto real en higiene, salud y hasta en el gasto de energía. 

Sabemos que muchos gérmenes sobreviven en restos de comida, grasa, trapos y superficies húmedas, y que la temperatura puede jugar un papel clave para eliminarlos o al menos reducirlos.

Para que tus platos estén limpios y seguros, sin malgastar agua ni energía, es mejor conocer la temperatura ideal para lavar los trastes: ¿agua caliente o fría?

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Temperatura ideal para lavar trastes. Foto: Canva

¿A qué temperatura es mejor lavar los trastes? 

Agua caliente:

  • Las grasas se vuelven más fluidas con el calor, lo que facilita que los detergentes las emulsifiquen y luego sean enjuagadas. 
  • Muchos jabones y detergentes funcionan mejor cuando el agua está caliente, porque ciertas enzimas o surfactantes requieren temperaturas más elevadas para actuar con toda su eficacia.
  • Las altas temperaturas pueden dañar proteínas de bacterias, romper membranas celulares, y reducir significativamente la carga microbial. 
  • Sin embargo, si el agua es demasiado caliente, puede quemar la piel. En hogares con niños o personas mayores, es importante regular la temperatura del calentador.
  • Además, calentar agua cuesta energía eléctrica o gas, lo que puede aumentar facturas. 
  • El agua caliente también puede desgastar utensilios plásticos, esmaltes, ciertos tipos de madera o cuchillos si se exponen repetidamente a mucho calor.
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Temperatura ideal para lavar trastes. Foto: Canva

Agua fría:

  • No quema las manos, es más cómoda en climas fríos.
  • Si no necesitas calentar agua, reduces el consumo eléctrico o de gas.
  • Es menos agresiva para ciertos utensilios delicados (plásticos, barnices, madera).
  • Enjuaga residuos sueltos rápidamente, especialmente si se usó detergente adecuado.
  • Pero el agua fría no disuelve grasa tan bien; los restos grasos pueden quedar pegados.
  • Tiene menos capacidad de matar bacterias por efecto térmico. 
  • Requiere quizá más tiempo, más detergente y más esfuerzo físico a la hora de fregar.

¿Qué dice la ciencia?

Un estudio de Ohio State University encontró que lavar a mano con agua caliente seguido de desinfección casi elimina todas las bacterias incluso en platos con queso seco, pero usando agua fría con jabón y enjuague débil también se alcanzaban resultados aceptables para ciertos estándares de inocuidad, aunque con menos margen de seguridad. 

Otro punto que se menciona en guías y recursos técnicos: aunque agua fría + jabón + buen fregado puede eliminar la mayor parte de la suciedad visible y reducir bacterias, no siempre alcanza los niveles de sanitización que pueden requerir personas vulnerables, ambientes hospitalarios o restaurantes.

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Temperatura ideal para lavar trastes. Foto: Canva

Recomendaciones a la hora de lavar los trastes:

  1. Regula el boiler o calentador de agua que surte a la cocina para asegurar que el agua caliente sea lo suficientemente tibia para usos comunes, sin riesgo excesivo.
  2. Si hay restos muy pegados, remójalos antes con agua caliente si es posible, esto facilita la limpieza posterior.
  3. Usa detergentes con acción enzimática, que ayudan incluso con agua tibia o moderadamente caliente. A veces, la composición del jabón puede marcar más la diferencia que la temperatura, especialmente en lavados frecuentes.
  4. No abuses del agua hirviendo, evita usarla demasiado caliente en plásticos u objetos delicados para que no se deformen.
  5. La humedad residual favorece el crecimiento bacteriano, así que asegúrate de secar bien, usar escurridor, o incluso usar toallas limpias.